El auge de la inteligencia artificial (IA) ha traído avances significativos, pero también preocupaciones sobre su impacto ambiental. Un estudio reciente revela que ChatGPT produce más de 260,930 kg de CO2 al mes, lo que equivale a 260 vuelos transatlánticos entre Nueva York y Londres.
A medida que la demanda de herramientas de IA sigue creciendo, también lo hace su consumo energético, lo que plantea preguntas urgentes sobre sostenibilidad y eficiencia.
De acuerdo con un estudio realizado por KnownHost, la popularidad de ChatGPT es el principal factor detrás de su impacto ambiental. Si bien la herramienta es más eficiente que otras IA en términos de emisiones por página vista (1.59 gramos de CO2 por vista), su gigantesca base de 164 millones de usuarios mensuales amplifica su huella de carbono.
En comparación:
Ambas herramientas producen más CO2 por página vista que ChatGPT, pero su menor cantidad de usuarios mitiga su impacto total.
El funcionamiento de ChatGPT y otras herramientas de IA depende de centros de datos de alta capacidad, que requieren enormes cantidades de electricidad para operar y refrigerarse.
También te puede interesar:OpenAI recauda $6.6 mil millones y alcanza una valoración de $157 mil millonesEl informe de Berkeley Lab (2024) encontró que la demanda energética de los centros de datos en EE.UU. se ha duplicado desde 2017 y sigue en aumento. Según la Agencia Internacional de la Energía, el consumo de energía de tecnologías como la IA, el big data y las criptomonedas podría duplicarse para 2025, y un tercio de ese aumento provendría de los centros de datos.
El presidente Joe Biden ha reconocido el problema en una reciente orden ejecutiva, donde enfatiza la necesidad de operar los centros de datos con energía limpia. Con EE.UU. albergando el 33% de los centros de datos del mundo, esta transición podría tener un gran impacto en la reducción de emisiones.
Las empresas tecnológicas pueden optimizar sus modelos de IA para que necesiten menos recursos computacionales sin perder precisión. Esto reduciría significativamente el consumo de energía por cada consulta realizada en herramientas como ChatGPT.
Los usuarios también juegan un papel clave. Si bien la IA es una herramienta poderosa, su uso indiscriminado incrementa innecesariamente su huella de carbono. Optar por alternativas más ligeras o versiones optimizadas podría ser una solución viable.
El impacto ambiental de la inteligencia artificial es un tema que seguirá cobrando relevancia a medida que estas tecnologías se expandan. Si bien la IA ofrece soluciones innovadoras, es esencial que su crecimiento vaya acompañado de medidas de eficiencia energética y sostenibilidad.
La clave estará en equilibrar el avance tecnológico con prácticas responsables, asegurando que la IA siga evolucionando sin comprometer el medio ambiente.
También te puede interesar:ChatGPT Amplía el Modo de Voz Avanzada para Usuarios Gratuitos de EuropaDirectora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.