El proyecto Stargate de OpenAI está diseñado para ampliar la infraestructura de inteligencia artificial construyendo centros de datos tanto en Estados Unidos como fuera de sus fronteras. Quizás te preguntes: ¿qué hace que un proyecto tan ambicioso se detenga justo cuando el sector de la IA parece vivir su mejor momento? La respuesta está en una mezcla de factores económicos, preocupaciones de los inversores y ajustes de estrategia por parte de gigantes tecnológicos.
Al obtener hasta 500 millones de dólares, OpenAI y sus socios esperaban transformar el panorama de la computación avanzada. Sin embargo, el camino se complica: los aranceles y el encarecimiento de componentes clave disparan los costes de construir centros de datos. Si sumamos a esto el recelo de los principales bancos y grupos de inversión, el escenario se vuelve todavía más incierto.
En el siguiente recorrido vas a ver por qué el proyecto Stargate avanza más despacio de lo esperado, cómo impactan los aranceles en el sector tecnológico y las verdaderas dudas que frenan el impulso de las grandes infraestructuras de IA.
Cuando hablamos de construir un centro de datos para IA, no basta con alquilar un espacio y enchufar unos ordenadores. El aumento de los aranceles encarece todo: desde los bastidores donde se instalan los servidores hasta los sistemas de refrigeración necesarios para que los equipos funcionen sin fallos. Incluso los chips, uno de los componentes más demandados, suben de precio.
Según cálculos de TD Cowen citados por Bloomberg, este efecto puede elevar el precio final entre un 5 y un 15%. Imagina que el presupuesto inicial fuera de 500 millones de dólares: la diferencia, solo en aranceles y sobrecostes, llegaría fácilmente a decenas de millones.
Si lo comparamos con la situación de hace unos años, te das cuenta de lo rápido que puede cambiar el panorama solo con un cambio en las reglas del comercio internacional. Aunque el objetivo de Stargate sea claro, los números no terminan de cuadrar cuando cada componente cuesta más de lo previsto.
También te puede interesar:Los Emiratos Árabes Unidos invertirán miles de millones para un centro de datos IA en Francia¿Te has preguntado por qué el dinero que apoyaba grandes proyectos tecnológicos ahora se mueve con tanta lentitud o incluso se frena? Los grandes bancos, fondos de capital privado y gestores de activos sienten ahora más dudas antes de comprometerse con gigantes del sector como OpenAI. En su momento, el propio Elon Musk calificó de Fraude al proyecto Stargate.
La volatilidad del mercado y la llegada de servicios de IA a precios mucho más bajos han cambiado las reglas. Nadie quiere quedarse atado a un proyecto tan caro si otras opciones pueden ser más rentables a corto plazo. Es aquí donde muchos sospechan de un posible exceso de capacidad: levantar muchos centros de datos y no tener suficiente demanda puede llevar a inversiones estancadas y pérdidas.
No es solo una cuestión de números. Los inversores quieren entender si sigue siendo una apuesta segura o si es mejor esperar a ver cómo evoluciona el sector en los próximos meses.
SoftBank había dado un paso al frente en enero al anunciar su plan de contribuir con una cantidad importante de capital para impulsar Stargate. Sin embargo, este entusiasmo inicial se ha topado con la realidad económica. Hasta el momento, SoftBank no ha presentado ni una plantilla firme de financiación ni ha tenido encuentros profundos con otros potenciales socios financieros, según Bloomberg.
Esto bloquea una parte fundamental del proyecto: sin un plan financiero claro, resulta muy complicado convencer al resto de inversores o planificar compras, obras y contrataciones. Por cada semana de retraso, los precios pueden seguir subiendo y el interés pueden caer aún más. La incertidumbre se convierte en una especie de “efecto dominó” que ralentiza todo el proceso.
Otra barrera significativa la encontramos en el proverbio “no pongas todos los huevos en la misma cesta”. Los inversores temen que el impulso de la IA termine generando demasiados centros de datos y no todos acaben siendo útiles o rentables. Si grandes empresas como Microsoft y Amazon recalculan sus necesidades y deciden paralizar obras o reducir sus planes, es una señal que preocupa al sector.
También te puede interesar:Elon Musk y Sam Altman se enfrentan en X por el proyecto Stargate de OpenAIEstos cambios muestran que un giro inesperado en la demanda puede llevar a infraestructuras sobredimensionadas y millones invertidos que no se recuperan. Vas a poder ver, entonces, cómo cada movimiento de los gigantes tecnológicos marca el ritmo y afecta de forma directa al interés y la confianza de los bancos y fondos internacionales.
Estas decisiones envían mensajes claros a los mercados: construir por construir ya no basta, y el riesgo de tener capacidades que no se usan preocupa cada vez más.
Pero, ¿cuáles son los retos más palpables cuando una empresa de IA quiere levantar infraestructuras físicas en 2024?
La suma de todos estos factores convierte la construcción de un centro de datos de IA no solo en un desafío técnico sino también financiero. No basta con la tecnología más avanzada: necesitas respaldo económico en un entorno de precios inestables, visibilidad sobre la demanda futura y socios fiables que no pongan en pausa su apoyo en el último minuto.
Si miramos el panorama actual, el proyecto Stargate de OpenAI se enfrenta a los aranceles, al encarecimiento de componentes y a un clima inversor mucho más corto de miras que hace solo un año. Los grandes actores financieros y tecnológicos optan cada vez más por medir con detalle cada euro invertido, atentos a no crear un exceso de capacidad que deje recursos sin rentabilidad.
De fondo, el miedo a que el mercado de centros de datos para IA y la demanda real no crezcan tan rápido como se preveía. La apuesta de OpenAI sigue viva, pero para cruzar la meta hará falta más que solo buenas ideas: hará falta superar la inestabilidad económica y convencer, uno a uno, a los inversores que han pasado del “sí” rotundo al “mejor esperamos un poco”.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
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