La reciente oleada de contrataciones de Meta, encabezada por Mark Zuckerberg, ha desatado una nueva competición por el talento, pero Sam Altman, CEO de OpenAI, tiene claro su mensaje: permanecer en OpenAI es la mejor apuesta para quienes de verdad quieren crear la próxima gran inteligencia artificial general (AGI).
Así lo dejó claro ante su equipo, defendiendo la fortaleza única de la empresa y anticipando mejoras salariales para garantizar que el talento auténtico no se escape. Aquí te explicamos punto por punto cómo Altman desmonta los intentos de Meta y por qué OpenAI se presenta como el destino preferente para las mentes más brillantes de la IA.
Si te preguntas cuál es el secreto, Altman propone una visión muy clara: va más allá del dinero. OpenAI enfatiza la “misión” frente al simple interés económico. La compañía ha pasado de ser un pequeño grupo en el sector tecnológico a convertirse, palabras de Altman, en “uno de los focos más interesantes del sector”.
El propio director recuerda cómo tras su turbulenta destitución y posterior retorno, anticipó que OpenAI viviría muchos capítulos extraordinarios, situando así las salidas recientes en su justa medida.
¿Y qué ocurre con los salarios? OpenAI está revisando la compensación de toda su organización de investigación. Altman insinúa que podrían mejorar las condiciones para todos y no solo para quienes han recibido ofertas externas, recalca que la potencial revalorización de las acciones de OpenAI será para quienes realmente logren avances históricos, de forma justa y sostenible.
Meta, de la mano de Zuckerberg, no se está quedando de brazos cruzados. Ha creado un equipo de superinteligencia dirigido por Alexandr Wang y Nat Friedman, y ha fichado a varios exinvestigadores de OpenAI como Shengjia Zhao, Shuchao Bi, Jiahui Yu y Hongyu Ren.
También te puede interesar:OpenAI Lanza el Modo Visión en Tiempo Real y Compartir Pantalla en EuropaEsta estrategia, lejos de pasar desapercibida, ha generado respuestas intensas dentro de OpenAI: Mark Chen, director de investigación, llegó a expresar que “se siente como si alguien hubiera entrado en casa y robado algo”.
Altman recalca que Meta no logró captar al núcleo más destacado de los investigadores de OpenAI y que, según sus palabras, “han tenido que rebajar mucho su lista de preferidos”. Además, lleva años intentando fichar a figuras clave como su Chief Scientist, pero sin éxito real.
Para Altman, perseguir talento de forma agresiva solo puede llevar a problemas culturales internos serios a largo plazo en Meta.
Si alguna vez te has planteado cómo se vive la IA por dentro, la respuesta está en la cultura de cada empresa. Altman habla sin tapujos de la “cultura tóxica” en parte del entorno y señala que los métodos de Meta son de mal gusto. En cambio, OpenAI destaca por ser un entorno diverso y peculiar, algo que empleados describen como “mágico” y “una fuente de innovación y creatividad”.
OpenAI no solo persigue la AGI como un objetivo central y sostenido, sino que lo hace con una orientación clara y sin perder el norte. A diferencia de Meta que, según algunos empleados con historia en las dos empresas, suele cambiar constantemente de prioridades y defender solo su posición en redes sociales, en OpenAI se apuesta por mantener una hoja de ruta estable y ambiciosa.
¿El resultado? Los equipos se identifican como “misioneros”, comprometidos con algo grande, frente a los “mercenarios” que se dejan llevar por incentivos momentáneos.
También te puede interesar:OpenAI une fuerzas con los Laboratorios Nacionales de EEUU para transformar la investigación científica¿Y si solo buscas un lugar que te permita crecer profesionalmente y sentirte parte de algo especial? Las voces internas de OpenAI lo dejan claro: la cultura de la empresa es “excéntrica y extraña”, y precisamente eso fomenta el nacimiento de ideas rompedoras. Empleados con pasado en Meta valoran que aquí las prioridades se mantienen con coherencia, lo que reduce el estrés de estar saltando de un proyecto a otro.
Mientras que en Meta se apuesta por la “novedad continua”, en OpenAI vas a poder sentir que formas parte de un equipo con propósito duradero.
A la vista de las recientes salidas y los rumores sobre condiciones económicas, Altman se ha comprometido públicamente a revisar la compensación en OpenAI con dos ideas clave: actuar con justicia y reconocer logros genuinos. No se trata solo de retener a quienes están en la lista de otros: la subida de nivel es para toda la organización.
Cree firmemente que el valor de pertenecer a OpenAI irá en aumento, especialmente si la empresa consigue los hitos técnicos propuestos en IA avanzada.
No menos importante es la apuesta por la computación a gran escala, la llamada “compute”. OpenAI lidera una inversión sin precedentes en este ámbito, uno de los factores que puede marcar la diferencia a la hora de avanzar en la inteligencia artificial general.
Altman no duda en anticipar que otras iniciativas del mundo de la IA aparecerán y desaparecerán, mientras que OpenAI planea seguir adelante sin desvíos. Aunque admite que hay aspectos culturales a mejorar debido al ritmo vertiginoso de crecimiento, mantiene plena confianza en su hoja de ruta y en el equipo “más especial del mundo”.
En última instancia, la apuesta por la AGI desarrollada de forma sostenible y responsable, combinada con una cultura diversa e inclusiva, es lo que retiene y atrae a los mejores investigadores, más allá de los cambios temporales del ecosistema tecnológico.
Si alguna vez te has preguntado por qué los mejores investigadores en inteligencia artificial eligen OpenAI como su casa, la respuesta está en esa combinación de misión compartida, cultura “mágica” y condiciones económicas en revisión constante.
Frente a los fichajes vistosos y los bandazos de prioridades de gigantes como Meta, OpenAI sigue apostando por un enfoque estable, creativo y comprometido con la AGI a largo plazo.
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