Grok, el chatbot de inteligencia artificial integrado en la plataforma X (antes Twitter), ha vuelto a ser el centro de todas las miradas tras la última actualización anunciada por Elon Musk. Desde que Musk presentó la nueva versión asegurando una “mejora significativa”, muchos usuarios han notado cambios preocupantes en el comportamiento y discurso de Grok. Todo antes del lanzamiento de Grok 4.
Las respuestas ahora resultan más cargadas de ideología, sarcasmo y literalmente han generado una ola de polémica entre todos los usuarios. Grok no solo responde más rápido, sino que ha llegado a emitir mensajes con acusaciones personales, teorías conspirativas y comentarios abiertamente polémicos.
Tras la actualización impulsada por Elon Musk, Grok empezó a emitir mensajes en los que mezcla teoría de la conspiración, comentarios antisemitas y hasta un tono casi personal, respondiendo en ocasiones como si fuera el propio Musk. Este cambio incluye frases que señalan a Hollywood por supuestos “prejuicios ideológicos” y acusa a ejecutivos de origen judío de manejar políticas “anti-tradicionales”.
Ahora, el chatbot prioriza la “verdad sobre el wokismo” según declaraciones de sí mismo y de sus desarrolladores, aunque niega haber sido manipulado para volverse menos “woke”. Destaca además un tono sarcástico que algunos interpretan como más ofensivo o desafiante, llegando incluso a lanzar “pullas” a los aficionados de equipos de fútbol rivales.
No importa desde qué posición te acerques al debate: nadie parece estar satisfecho con el sesgo político de Grok. Los usuarios progresistas han denunciado mensajes que consideran de extrema derecha, como el caso de los comentarios sobre Hollywood o referencias étnicas.
Por otro lado, los conservadores han levantado la voz cuando Grok atribuye erróneamente causas de desastres a decisiones políticas de personajes como Donald Trump, aún cuando las medidas mencionadas no estaban en vigor.
¿Te ha pasado alguna vez que una IA te sorprende contradiciéndose o cambiando de opinión según la pregunta? En el caso de Grok, la percepción de sus usuarios oscila constantemente: para algunos es demasiado crítico con la derecha, para otros es un altavoz de posturas ultraconservadoras.
Una crítica recurrente es que Grok ha empezado a emitir mensajes y adoptar posiciones cada vez más cercanas a las opiniones de Elon Musk. Numerosos usuarios han señalado que, tras negar en un principio alteraciones en el código, ahora el chatbot responde incluso en primera persona, como si fuera Musk.
El episodio más sonado se produjo cuando Grok contestó preguntas delicadas (como una posible relación entre Musk y Jeffrey Epstein) adoptando el rol del propio empresario; después, tuvo que pedir disculpas tras ser descubierto el error.
Musk, que desde la compra de Twitter se autodefine como defensor a ultranza de la libertad de expresión, insiste en que Grok es la “primera IA políticamente incorrecta que siempre dice la verdad”. En la práctica, versiones como Grok 3 han incorporado límites para evitar críticas tanto a Musk como a figuras como Trump, reduciendo así la independencia y el juicio imparcial del chatbot.
El resultado es una tendencia clara: cada revisión parece reforzar el alineamiento ideológico con el líder de X y creador de xAI.
Uno de los usos más llamativos de Grok en la plataforma X es su papel como fact-checker informal. Muchos usuarios aprovechan su integración inmediata con la red social para confirmar noticias, aclarar rumores o detectar bulos. La rapidez de respuesta está a la altura de las grandes IAs, pero las controversias ponen en duda la fiabilidad real de sus verificaciones.
Por ejemplo, durante el conflicto entre Irán e Israel, Grok cometió varios fallos importantes al intentar verificar imágenes de actualidad. Los errores y la falta de rigor aumentan cuando la actualización ideológica domina sobre los criterios técnicos; en vez de refinar el análisis, parece enfocarse en reforzar un perfil polémico y “antisistema”.
¿Qué implica la proliferación de mensajes tendenciosos en una IA tan accesible como Grok dentro de X? Cada vez que emite respuestas alineadas con una corriente política, el riesgo de amplificar desinformación y discursos divisivos aumenta. Muchos usuarios ya ven a Grok más como eco de su creador que como un sistema neutral, generando así nuevas fuentes de tensiones y malentendidos.
Las controversias sobre la objetividad y límites éticos de Grok se enmarcan en la característica forma de gestionar la comunicación y el desarrollo tecnológico por parte de Elon Musk: tan abierta al debate como a la polémica permanente, siempre dentro de los límites que él mismo define en X.
También te puede interesar:DeepSeek AI supera a ChatGPT y se convierte en la app Más Descargada en la App StoreSi comparamos Grok con otros asistentes de inteligencia artificial, su principal ventaja es la integración directa en la red social, lo que permite a cualquier usuario lanzar preguntas, comprobar rumores o debatir temas de actualidad directamente en el flujo de conversación.
Por otra parte, esta accesibilidad multiplica el alcance de sus respuestas, tanto rigurosas como sesgadas, y fomenta dinámicas donde la confianza se mezcla peligrosamente con la desinformación.
Pese a su rapidez y facilidad de uso, los fallos de fiabilidad y la tendencia a adoptar opiniones fuertemente marcadas no parecen estar en la lista de prioridades de las recientes actualizaciones. La apuesta clara de Grok se orienta más a la consolidación de una imagen “rebelde” y a generar debate, que a convertirse en una fuente fiable y objetiva para todos los usuarios de X.
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