Este septiembre, la inteligencia artificial llega al regreso a clases como tema central en las aulas y en los pasillos de dirección. Importa porque, usada con cabeza, puede ayudarte a estudiar mejor y a evaluar con más justicia. Falta un detalle clave que conviene aclarar antes de encender cualquier pantalla: no todas las herramientas sirven para lo mismo ni se usan del mismo modo.
Según Catalina Londoño, responsable de Incorporación de Clientes en Turnitin, ya no hablamos de “sí” la inteligencia artificial entra en clase, sino de “cómo” se integra desde el primer día de curso. En los centros, tú la usas para repasar, practicar idiomas y organizar tu tiempo, mientras el profesorado diseña evaluaciones nuevas y revisa procesos de escritura. El punto sensible está en confundir apoyo con atajo
En años recientes hubo debate entre prohibir o abrazar. Muchos centros probaron vetos totales, pero chocaron con su uso real fuera del aula. Ahora, la opción realista pasa por integración consciente y ética, con políticas de integridad académica, criterios de evaluación y formación para docentes y estudiantes. Con todo, todavía hay zonas grises si no se comunica bien qué se permite en cada tarea.
Empieza por alfabetización digital. Antes de adoptar nada, identifica qué herramientas de inteligencia artificial existen y cuál es su finalidad: escribir, analizar, practicar idiomas, organizar contenidos o apoyar la evaluación. El profesorado debe experimentar con ellas y enseñarte su uso, y tú has de comparar alternativas y escoger la que encaja con cada tarea, no la más “llamativa”.
Actúa con transparencia desde el principio. Si dudas sobre el grado de uso permitido, pregunta y acordad condiciones. Después, declara explícitamente cómo usaste la inteligencia artificial, qué herramienta empleaste y con qué función concreta. Esa transparencia reduce ambigüedades y te protege frente a malas interpretaciones.
Las instituciones tienen su parte. Necesitan políticas claras con tres pilares: integridad académica, protocolos ante cualquier uso inadecuado y procesos de formación continua. La coherencia entre directivos, docentes y estudiantes minimiza zonas grises, y deja claro que los informes automáticos de similitud o de posible IA son apoyos para decidir, no veredictos cerrados.
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Calendario en mano, el siguiente hito llega con el arranque de clases en septiembre de 2025. Señales a vigilar: guías de centro sobre inteligencia artificial, sesiones de formación y ajustes en criterios de evaluación. Si ves que una asignatura incorpora orales, portafolios o cuestionarios variados, prepárate para demostrar proceso, no solo resultados.
Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.