Las grandes tecnológicas coinciden en algo incómodo: el smartphone podría pasar a un segundo plano antes de lo que esperas. No se trata de una moda pasajera, sino de un cambio de base impulsado por asistentes de inteligencia artificial que ya no solo responden, sino que actúan.
Apple, Google, Samsung, Amazon y Meta trabajan ya, en paralelo, en ese después. La idea es desarrollar un asistente de IA como sistema operativo central, capaz de coordinar todos tus dispositivos y reducir tu dependencia del smartphone. En lugar de abrir apps y menús, hablarás con tu asistente y este hará el resto de forma automática. El camino real tiene límites técnicos y sociales.
Si el plan cuaja, las aplicaciones y los sistemas tradicionales quedarán en segundo plano. Tú pedirás “planea una cena con Marta el jueves”, “genera la lista con lo que falta en la nevera” o “toma notas de la reunión” y el agente lo ejecutará, sin pantallas ni toques. El smartphone seguirá ahí, pero como un soporte más. Para esa transición, el hardware que llevamos encima está cambiando.
El candidato con más ruido son las gafas. La industria persigue desde hace décadas unas que muestren información útil en tiempo real y entiendan tu entorno. Mark Zuckerberg pone fecha mental a esa visión con una frase que marca el tono: “Las gafas que entienden el contexto serán el principal dispositivo informático”. Meta ya integra su asistente en las Ray-Ban Meta para responder sobre lo que ves usando cámaras, altavoces y micrófonos.
Meta también enseñó Orion, un prototipo con pantallas en la montura para mostrar datos como notas al vuelo. Google, por su parte, ha probado gafas de realidad aumentada apoyadas en Gemini, su IA generativa. Dato que pesa: las gafas sin pantalla de Meta superaron los dos millones de unidades hasta 2024, y podrían popularizarse en los próximos dos años. La autonomía y el ajuste a distintos rostros frenan las gafas con pantalla, como recuerda Carolina Milanesi.
El hogar y la oficina forman otra pieza del puzzle. Panos Panay, hoy al frente de dispositivos en Amazon, defiende que los asistentes de IA harán crecer la “computadora ambiental”: altavoces y pantallas Echo repartidos por la casa con Alexa+ manteniendo conversaciones fluidas. Pedir algo durante una cena sin mirar el smartphone suena a detalle pequeño, pero cambia el uso real. Panay también matiza que el teléfono no desaparece, igual que el portátil sigue vivo.
También te puede interesar:Meta fue sorprendida manipulando benchmarks de IAEn la muñeca surge otro aspirante. Carl Pei, de Nothing, ha virado hacia un “reloj inteligente reimaginado” como posible sucesor práctico del smartphone. Un reloj siempre contigo, con cámara opcional y un sistema ajustado por IA que se adapta a ti: deporte si eres de deporte, organización si vives de reuniones. Su apuesta es clara: los agentes de IA automatizarán esas gestiones que hoy haces malabareando apps.
El panorama se pinta con un conjunto orquestado por el asistente. Gafas que entienden lo que ves y oyes para darte contexto, un reloj que resume tu día y ejecuta tareas, y una “computadora ambiental” con altavoces y pantallas en casa u oficina. El smartphone deja de ser el centro, y pasa a ser una pantalla más cuando necesitas escribir, ver vídeo o pagar.
También llegan formatos nuevos. Startups como Limitless AI apuestan por grabadores portátiles con IA, colgantes o pulseras que transcriben conversaciones y generan resúmenes. Dan Siroker defiende que estos dispositivos amplían tu memoria y tu eficacia, recordando promesas o patrones de conducta.
Un ejemplo cotidiano: si dijiste “mañana envío el informe”, el sistema te lo recuerda y sugiere cómo explicarlo al equipo o incluso cómo abordar una charla con tus hijos. Todo avance abre una grieta. Dave Evans, exdiseñador en Apple y Samsung, avisa del choque con la privacidad cuando algo graba y escucha siempre.
Fuera del trabajo, la aceptación social es frágil. En oficinas, donde la privacidad ya es más limitada, estos sistemas encajan mejor integrados en salas, altavoces y pantallas del edificio. Bob Ryskamp, que trabajó en Google Glass, imagina una “sinfonía de IA” con collar, reloj y gafas, afinada por estética y discreción.
El detalle estético no es menor. Los wearables que triunfan hoy lo hacen también porque quedan bien. Google Glass se estrelló en parte por su aspecto. Si las gafas de IA se ven como unas Ray-Ban corrientes y duran la jornada, tienen opciones. La gran señal será cuando ya no sientas que necesitas sacar el smartphone para casi nada, salvo escribir largo, ver vídeos o tareas de banca.
También te puede interesar:Meta Comenzará a Usar Casi Todos Tus Datos Para Entrenar Su IA: Así Puedes ProtegerteLos próximos hitos son nítidos. Entre 2025 y 2027 veremos más gafas con IA sin pantalla en la calle y primeras tandas con microdisplays útiles, si la batería aguanta un día. Alexa+, Gemini y equivalentes irán coordinando tareas entre hogar, muñeca y gafas. Si ves estas señales, el smartphone empieza a perder centro:
No hay consenso sobre el único heredero del smartphone, y quizá eso sea lo más honesto. La tendencia apunta a dispositivos menos intrusivos, más conscientes del contexto y dirigidos por IA. La batería, el diseño y la privacidad pueden frenar la velocidad del cambio. Si 2026 trae gafas que aguantan un día y asistentes que ejecutan tareas sin fricción, tu smartphone seguirá contigo, pero ya no mandará.
Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.