El anuncio del acuerdo entre Oracle y OpenAI ha agitado el mercado con una cifra fuera de escala: 300.000 millones de dólares en cinco años. Oracle lo comunica desde Estados Unidos y OpenAI se compromete a comprar capacidad de cómputo en su nube durante el próximo lustro.
Hablamos de uno de los mayores contratos de servicios en la nube jamás firmados, y de un gasto que supera los ingresos actuales de la propia OpenAI. La reacción del mercado añade otra capa que conviene mirar con calma.
OpenAI estima que necesitará 4,5 gigavatios de capacidad, una potencia equiparable al consumo de unos cuatro millones de hogares occidentales. Si lo comparas con la demanda de una ciudad mediana, entiendes el giro: vas a poder medir la IA por gigavatios, no por apps o usuarios. Esa es la escala real que introduce este contrato.
La reacción fue inmediata. Las acciones de Oracle subieron un 40% en un día tras una previsión de crecimiento multiplicada por 14 hasta 2030, y su capitalización roza el billón de dólares con 969.000 millones. El acuerdo entre Oracle y OpenAI se convierte así en un catalizador visible de la narrativa de hipercrecimiento en la nube y, por arrastre, en la IA generativa.
El impacto llega a las personas. Larry Ellison, fundador y dueño del 41% de Oracle, ha pasado a ser el más rico del mundo, según Bloomberg, con 397.000 millones de dólares, por delante de Elon Musk, que ronda los 384.000 millones. El salto no es casual: viene empujado por los resultados, la escalada bursátil y la expectativa de contratos gigantes.
La tubería comercial se ha ensanchado de golpe. Oracle firmó cuatro contratos multimillonarios con tres clientes en el trimestre, y la cartera de pedidos pendientes creció un 359% hasta 455.000 millones de dólares. La propia compañía cree que pronto superará el medio billón, lo que, si llega, consolidará el acuerdo entre Oracle y OpenAI como palanca de demanda para todo el ecosistema de centros de datos.
La consejera delegada, Safra Catz, lo resumió con claridad: “Esperamos firmar contratos adicionales por valor de miles de millones.” El beneficio está plano, una señal de que la inversión para crecer pesa en márgenes y de que esta carrera se gana con escala y contratos a varios años.
Para el accionista, hay otro apunte: Oracle ha declarado un dividendo trimestral de 0,50 dólares por acción, pagadero el 23 de octubre a quienes figuren como accionistas al cierre del 9 de octubre. Si sigues la acción, ese calendario importa tanto como la guía de crecimiento a 2030.
En definitiva, el acuerdo entre Oracle y OpenAI lleva la IA a una escala energética y financiera inédita, impulsa a Oracle hacia el billón y coloca a Ellison en la cima del patrimonio. Los márgenes cuentan y la ejecución pesa. El próximo hito será comprobar si la cartera supera el medio billón y si la nube mantiene crecimientos cercanos al 30% mientras se materializa la potencia de 4,5 gigavatios.
Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.