Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI y figura clave detrás de ChatGPT, ha puesto fecha corta a un vuelco laboral guiado por la Inteligencia Artificial (IA). Altman recuerda un patrón histórico: siempre que llega una gran tecnología, aproximadamente la mitad de los empleos cambia de forma significativa cada 75 años. Con todo, no se trata de desaparición masiva, sino de funciones que se transforman.
En esta ola, la IA apuntará antes a la atención al cliente por teléfono o por ordenador. Si trabajas en soporte, el riesgo es claro: los modelos conversacionales ya gestionan preguntas repetitivas, cambios de estado y consultas estándar, y van a poder hacerlo a cualquier hora y en múltiples idiomas. Ahí está el primer impacto tangible.
Con los programadores el cuadro es más matizado. La productividad sube con copilotos y asistentes de IA, y eso ya lo notas en revisiones de código y pruebas automatizadas. Altman admite que la demanda de estos puestos dentro de cinco o diez años es una incógnita. Podría crecer por nuevos productos o comprimirse si las herramientas absorben más tareas.
Sanidad juega otra liga. Enfermería y medicina de trato directo no parecen sustituibles a corto plazo, porque el paciente busca una relación humana, confianza y contexto. La IA puede ayudar a detectar señales tempranas de enfermedad y priorizar casos, pero no reemplaza el juicio clínico. "La tecnología puede ayudar, pero la IA no sustituirá a los médicos", insiste Altman, que convive con glaucoma y recurre a sistemas de apoyo para la detección.
Todo esto dibuja una “ola de rotación” comparable en escala a transformaciones industriales anteriores, y más rápida. En perspectiva, el proceso encaja con el patrón histórico, solo que comprimido en menos tiempo.
Si tienes que ubicarte rápido, la brújula es clara. En riesgo: atención al cliente por teléfono y por ordenador, con gran parte de las consultas automatizadas por la IA. Bajo revisión: programación, con más productividad hoy y una demanda difícil de prever a 5–10 años. Resistentes de momento: enfermería y medicina presencial por su componente humano insustituible.
También te puede interesar:El Impactante Despido de Sam Altman: ¿Qué Ocurrió Realmente en OpenAI?La apuesta económica refuerza el mensaje. OpenAI ha comunicado a sus inversores que elevará su proyección de gasto hasta 2029 de 35.000 millones de dólares a 115.000 millones, un salto del 228,57%. Parte irá a chips y a centros de datos, esenciales para mantener la potencia de IA que sustenta productos como ChatGPT. La idea, según Altman, es controlar costes operativos y asegurar músculo de cómputo.
La pregunta ya no es si la IA tocará tu empleo, sino dónde y a qué ritmo. Atención al cliente se automatiza antes, la programación queda abierta, y la sanidad presencial resiste por el vínculo humano. Con inversiones que apuntan a 115.000 millones de dólares en 2029, la capacidad seguirá subiendo. Quien vas a poder reorientar tareas y aprender a colaborar con la IA tiene ventaja real en esta década.
Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.