Durante años repetiste que una buena entrevista dependía de la intuición humana. Hoy, una investigación de la Universidad de Chicago y la de Róterdam en Filipinas, junto a PSG Global Solutions, pone esa idea en cuarentena. La sorpresa está en quién decide mejor el primer filtro.
El equipo trabajó con más de 70.000 candidatos a atención al cliente en un gran hub de call centers. Cada persona se asignó, al azar, a una de tres vías: entrevista con reclutador humano, entrevista con un agente de voz que dejaba claro desde el inicio que era una IA, o libertad para elegir. En todos los casos, la decisión final siguió en manos humanas, y eso importa para entender el resultado.
La metodología fue simple: los reclutadores humanos evaluaban transcripciones y pruebas estandarizadas de lenguaje y razonamiento, luego decidían la contratación. Ese diseño permitió aislar el efecto de quien te entrevista al principio. Aquí aparece el giro: los propios reclutadores estaban convencidos de que las entrevistas con IA serían peores, menos fluidas y con menos información útil.
Cuando los candidatos pudieron elegir, un 78% optó por la IA entrevistadora. La preferencia ya da una pista, pero faltaba saber si esa elección mejora el resultado o solo hace la experiencia menos tensa. La respuesta llega con datos y, sobre todo, con lo que vas a poder ajustar si diriges un equipo de selección.
Los candidatos entrevistados por IA recibieron un 12% más de ofertas que los evaluados por humanos. Y no fue un espejismo: las incorporaciones efectivas crecieron un 18%, y la retención al primer mes subió un 7%. Para puestos de alta rotación, estas cifras mueven el negocio.
El análisis de transcripciones explica parte del salto. Las entrevistas con IA cubrieron más temas relevantes, con un 42% de sesiones “completas” frente al 39% humano, y dejaron más espacio para que tú te expreses, con menos interrupciones.
También te puede interesar:OpenAI Presenta un Agente para Investigación ProfundaLa IA entrevistadora siguió una estructura consistente y evitó desviaciones y preguntas redundantes, lo que redujo sesgos. Incluso la percepción de discriminación por género casi se redujo a la mitad.
El primer tramo se automatiza sin perder calidad y los reclutadores recuperan tiempo para decidir, no para preguntar lo básico. Menos variabilidad entre entrevistadores significa métricas más estables y, en la práctica, menos sorpresas en el desempeño inicial.
Para el candidato, el entorno cambia. Muchos de los que se sienten menos seguros prefieren la IA entrevistadora porque la perciben menos intimidante y más justa. De hecho, quienes eligieron la IA tenían, de media, peores puntuaciones en pruebas lingüísticas y analíticas. La autoselección existe, y Las entrevistas con IA terminan arrojando mejores contrataciones y mejores primeros meses.
Hay límites claros. Un 5% de candidatos abandonó por no querer hablar con una máquina y en un 7% hubo fallos técnicos. La interacción con la IA se percibe menos natural que con un humano, y eso no se arregla de un día para otro. Las entrevistas con IA mejoran el filtro, pero no sustituyen la lectura de matices complejos ni la decisión final.
El futuro inmediato apunta a un modelo híbrido: la IA estructura, filtra y recopila datos, y los profesionales humanos interpretan, valoran y deciden. Con todo, el estudio desafía la idea de que la tecnología deshumaniza el reclutamiento o introduce más sesgos. Los datos indican lo contrario: entrevistas con IA más predecibles, menos sesgadas y con mayor cobertura temática.
También te puede interesar:Relevance AI recauda $24 millones para expandir su plataforma de agentes de inteligencia artificialDirectora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.