¿Te apetece crear una app sin aprender a programar? Con Opal de Google vas a poder describir lo que quieres en texto y ver cómo aparece una miniaplicación web lista para probar. La propuesta se expande a más regiones y llega con mejoras técnicas muy concretas. Te explicamos cómo funciona, qué ofrece y por qué tanta gente está hablando de este “vibe-coding”.
La herramienta nace con enfoque sin código y un editor visual cómodo, pensado para que construyas, pruebes y publiques en minutos. Con todo, lo interesante no es solo la velocidad, sino el control total sobre el flujo de trabajo y la depuración guiada. A partir de aquí, vamos a ver dónde puedes usar Opal de Google y cómo sacarle partido desde el primer día.
Opal de Google es un servicio web que genera miniaplicaciones a partir de indicaciones de texto. Escribes qué necesitas, por ejemplo “un comparador de precios con filtros y exportación”, y la IA monta una primera versión funcional. La versión web permite actuar como “cliente en línea”, así que no instalas nada y puedes trabajar desde móvil u ordenador.
Tras tu descripción, Opal de Google combina distintos modelos de la casa para construir la app inicial. A partir de ahí, vas a poder abrir un editor visual, revisar cada parte y ajustar entradas, salidas y pasos intermedios. Si lo prefieres, te quedas con lo básico y pruebas rápido el resultado para decidir los siguientes cambios.
Google ha ampliado el acceso a Opal de Google a más regiones tras su estreno en Estados Unidos. La creatividad de los primeros usuarios superó las expectativas internas y empujó la expansión global. Desde Google Labs apuntan que esperaban utilidades simples y divertidas, y llegaron apps sorprendentemente prácticas, sofisticadas y creativas.
Con todo, la disponibilidad sigue avanzando por fases, así que puede variar por cuenta o región. Si estás en la lista, ya puedes empezar a probar Opal de Google desde su versión web y crear prototipos sin tocar código.
En el editor de Opal de Google ves un flujo de trabajo con cada bloque bien marcado: lo que entra, lo que sale y los pasos de generación. Así entiendes la lógica de tu app y localizas rápido qué parte modifica un texto, procesa un dato o llama a un modelo concreto.
Vas a poder revisar cada paso, editarlo y, si te hace falta, añadir otros nuevos con la barra de herramientas. Este enfoque “una especie de ‘vibe-coding’” te deja experimentar sin miedo y construir funciones como importar datos, validar formularios y mostrar resultados con claridad.
Cuando estés listo, publicas tu proyecto directamente desde Opal de Google y obtienes un enlace para compartir. Cualquiera puede probar tu miniaplicación usando su propia cuenta de Google, lo que facilita pruebas con amigos, equipo o clientes.
Te conviene avisar sobre el alcance: es una versión accesible desde navegador, pensada para testear rápido y recoger feedback. Si todo va bien, vas a poder iterar, repasar el flujo y lanzar una nueva versión en minutos.
La depuración en Opal de Google está diseñada como un sistema sin código y centrado en el editor visual. Puedes ejecutar el flujo paso a paso, ver qué falla en cada bloque y ajustar los pasos específicos desde la consola del editor sin escribir una sola línea.
Los errores aparecen justo donde ocurren, con contexto inmediato, así eliminas la incertidumbre típica de un “¿y ahora qué?”. Con todo, si tu flujo es grande, te será útil probar por segmentos y dejar notas para recordar qué cambiaste entre versiones.
Google ha reforzado el rendimiento de Opal de Google y se nota al crear nuevas apps. Lo que antes podía tardar cinco segundos o más ahora se reduce de forma clara, así iteras más veces por sesión y te cunde el tiempo de prueba.
Otra novedad clave es la ejecución en paralelo de pasos. Con esta mejora, vas a poder manejar flujos complejos con múltiples pasos que se realizan al mismo tiempo, lo que acelera tareas como transformar datos, generar textos y renderizar vistas.
Con el lanzamiento en julio en Estados Unidos, Opal de Google se sumó a competidores como Canva, Figma y Replit, que ya ofrecían vías para crear prototipos sin programar. La gran diferencia está en la generación por texto más el control del flujo visual, algo muy útil si vienes de diseño o producto.
Si ya trabajas con otras suites, puedes combinar Opal de Google como “servicio web” para validar lógica y pantallas. La idea es clara: prototipar rápido, compartir feedback y ajustar hasta que el flujo esté listo para un desarrollo más profundo.
Si buscas crear aplicaciones sin saber programar, Opal de Google te da un camino directo: describes, generas, editas y publicas en la web en pocos pasos. Entre la depuración sin código, el editor visual y la ejecución en paralelo, vas a poder probar ideas reales y compartirlas rápido. Con todo, empieza simple, itera a menudo y exprime la velocidad de Opal de Google para llegar antes a algo útil.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.