Nintendo vuelve a marcar el paso en 2025 y lanza una advertencia clara sobre la inteligencia artificial generativa: si usas a Mario, Zelda o Pokémon sin permiso, entras en zona de riesgo. La compañía explica que sus franquicias están protegidas por derechos de autor y que tomará “las acciones necesarias” contra la reproducción, modificación o distribución no autorizada hecha con IA.
No rechaza la tecnología por sistema y deja espacio para un uso legítimo. La línea es fina, y ahí es donde muchos creadores suelen tropezar sin darse cuenta.
Si usas inteligencia artificial generativa para copiar estilos, voces o escenarios de Nintendo, te expones a reclamaciones incluso cuando no hay ánimo de lucro. El auge de herramientas de vídeo como Sora 2 ha disparado contenidos que imitan con realismo personajes y mundos, y eso puede confundir al público sobre el origen de la obra. Esa confusión, dice la empresa, es justo lo que quiere evitar.
En paralelo, Nintendo deja otra pieza importante: no planea incorporar inteligencia artificial generativa en su proceso creativo. Su filosofía sigue centrada en el diseño manual y la dirección artística humana, que definen sus juegos desde hace más de cuarenta años. Reconoce la evolución tecnológica y no cierra la puerta a herramientas que respeten esa identidad y los derechos de los autores.
Para ti, creador o fan, los límites legales ya no se ven a simple vista, y las IA actuales pueden replicar rostros, voces y entornos con un parecido extremo. La difusión de estas obras puede dañar la integridad de las marcas y la reputación de los equipos creativos, y eso dispara el nivel de vigilancia. Aquí aparece el primer matiz práctico: el riesgo no desaparece por publicar “solo por diversión”.
Este movimiento no llega solo. Disney, Warner Bros. y Universal están en la misma sintonía y han enviado notificaciones de cese y desistimiento a proyectos y plataformas que infringen derechos. Algunas empresas del sector ya experimentan con inteligencia artificial generativa para crear escenarios, música y animaciones, lo que abre un contraste visible con la postura de Nintendo.
Falta un detalle que muchos pasan por alto: ¿qué entra en terreno seguro y qué no? La regla práctica es sencilla, pero exige disciplina. Si lo comparamos con la app móvil de tu día a día, vas a poder seguir creando, pero con señales claras que no induzcan a error ni copien elementos protegidos. Aquí tienes tres gestos rápidos que marcan diferencia:
En cualquier caso, el debate es más amplio que una compañía. La inteligencia artificial generativa difumina la frontera entre la creación original y la imitación a gran escala, y obliga a adaptar el copyright y la moderación de contenidos. Algunos expertos ven la IA como apoyo al talento humano, pero otros alertan de una posible sustitución de la autoría y de una vulneración masiva de derechos.
Un dato que ayuda a contextualizar: la identidad visual y sonora de estas franquicias se moldea durante más de 40 años de trabajo continuado, y eso explica el celo con el que se protege. Si ves que plataformas de IA añaden filtros contra marcas, o que llegan más notificaciones de cese y desistimiento, prepárate para una ola de ajustes en reglas y en revisiones automáticas.
Al final, si bien puedes crear con inteligencia artificial generativa, debes mantener respeto a las normas y a los equipos que levantaron esas franquicias. Nintendo insiste en que la tecnología no es el enemigo, sino el uso que ignora los derechos. Ese equilibrio decidirá qué proyectos despegan y cuáles se quedan fuera del juego en los próximos meses.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.