SoftBank anuncia la compra del negocio de robots de ABB por 5.400 millones de dólares, más de 4.600 millones de euros. El grupo japonés lo intenta después de años tanteando la robótica con Pepper, Berkshire Grey y AutoStore.
La operación, confirmada por el grupo suizo ABB, es su mayor apuesta en este campo y SoftBank pondrá inteligencia artificial, software y computación avanzada. El plan tiene letra pequeña en costes, tiempos y demanda real.
Desde el lado de ABB, el movimiento es igual de grande. Renuncia al plan de separar y sacar a bolsa su negocio de automatización industrial y firma la primera gran decisión del nuevo CEO, Morten Wierod, que tomó el cargo el año pasado.
La unidad de robótica, con 7.000 empleados y ventas de 2.300 millones de dólares en el último año —el 7% de los ingresos del grupo—, arrastraba presión por rentabilidad y encaje con el resto del negocio, muy enfocado en electrificación y automatización.
En Asia, muchas empresas han retrasado inversiones por la incertidumbre económica y la demanda de robots se ha enfriado. A lo largo del 2024, las nuevas instalaciones se quedaron prácticamente planas, en 542.000 unidades, según la Federación Internacional de Robótica.
El anuncio gustó al mercado: las acciones de ABB subieron algo más del 1% en la primera parte de la sesión del miércoles y acumulan cerca del 20% en el año. ABB dice que habrá valor inmediato para el accionista y que el dinero irá a dividendos y otras fórmulas de retorno.
En fabricación, el terreno a batir es duro. El negocio de automatización de ABB compite con Fanuc y Yaskawa en Japón y Kuka en Alemania, nombres muy asentados. Aquí es donde SoftBank busca el golpe diferencial: unir robots industriales con modelos de IA que planifican, corrigen y colaboran con personas. Masayoshi Son lo resumió con ambición: “La integración con ABB Robotics nos acerca a la IA física”
Si lo miras en clave práctica, la jugada dibuja tres vectores claros que puedes vigilar sin perderte en tecnicismos. El primero tiene que ver con software y datos. El segundo, con cadenas de suministro. El tercero, con adopción en planta y retorno de inversión. La pregunta es el cuándo, no el si, y aquí el calendario industrial manda.
En logística, vas a poder ver picking más preciso y rutas dinámicas sin frenar la línea. En electrónica, reajustes de celda en horas, no semanas. Para automoción, robots que alternan tareas con menos parada. Si lo comparamos con la versión de escritorio del pasado, la diferencia está en modelos que aprenden del error y coordinan equipos humanos y máquinas sin scripts eternos.
Hay límites que no conviene ignorar. La demanda industrial sigue fría en Asia y, si los pedidos no repuntan, el retorno puede tardar. La integración cultural entre equipos de ABB y SoftBank también exigirá foco, igual que el encaje entre estándares de planta y software de IA. Si no ves interoperabilidad clara con sistemas existentes, el despliegue se atasca.
Para ABB, la venta cierra una etapa y reduce complejidad. El grupo se concentra en electrificación y automatización, y distribuye efectivo a los accionistas, como ha comunicado. Para SoftBank, es la pieza que faltaba para su visión de “IA física”: modelos de superinteligencia conectados a robots que operan en el mundo real. A partir de aquí, el reto es ejecutar con disciplina y no perder tracción si la economía se enfría.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.