En el tercer día de GITEX GLOBAL 2025, en el Dubai World Trade Centre, la salud digital y la biotecnología tomaron el centro del escenario. Delegaciones de más de 180 países mostraron cómo la inteligencia artificial ya redefine el diagnóstico y la investigación farmacéutica.
Entre todas las demos, las interfaces cerebro-computadora concentraron miradas. Vas a poder entender por qué: Paradromics, a través de su CEO Matt Angle, anunció el primer implante humano exitoso de una interfaz que convierte pensamiento en palabras. Queda por ver cómo pasa de ensayo a producto seguro.
El dispositivo, implantado en la corteza motora, traduce señales neuronales y las integra en sistemas digitales. Con ello, personas sin capacidad de habla pueden comunicarse. Si lo comparamos con la app del móvil, la diferencia está en que aquí la “entrada de texto” es tu actividad cerebral, y el teclado desaparece. Los ensayos clínicos buscan restaurar conexión humana en trastornos neurológicos graves, y eso abre un camino que, hasta hace poco, parecía imposible.
En paralelo, el descubrimiento de fármacos con IA subió otra marcha. Trevor Martin, CEO de Mammoth Biosciences, detalló cómo la combinación de algoritmos y CRISPR corrige errores en el ADN. Ya hay más de ocho programas activos en hígado, músculo y cerebro, con foco inicial en enfermedades raras. El objetivo es claro: universalizar estas terapias para millones de pacientes cuando la evidencia y el coste lo permitan.
La farmacología también pisa el acelerador con computación cuántica. Jack Hidary, CEO de SandboxAQ, explicó simuladores que prueban millones de combinaciones moleculares en muy poco tiempo, reduciendo ciclos de I+D de décadas a meses. El motor cuantitativo “testea” átomos de forma virtual para buscar la composición óptima, y la IA filtra lo prometedor. Hará falta validación clínica rigurosa antes de cualquier adopción masiva.
Otro ángulo poco habitual llegó desde Fauna Bio. Ashley Zehnder defendió la genómica comparada: estudiar especies como el ratón espinoso para aprender de su regeneración y resistencia, y después trasladar esos mecanismos a medicina humana. “Apenas estamos rozando la superficie de lo que la adaptación natural puede ofrecer a nuevos medicamentos”, resumió, reforzando que la biotecnología no solo mira al humano para avanzar.
La feria no se quedó en salud. Siemens mostró IA para fábricas inteligentes y redes energéticas optimizadas, pensando en menos paradas y menos consumo. Snowflake llevó su AI Data Cloud para acelerar la gestión de datos empresariales a gran escala. Y XPANCEO presentó la primera serie mundial de lentes de contacto inteligentes con realidad aumentada, apuntando a una computación vestible que no ocupa mano ni bolsillo.
El ecosistema se completó con startups. Sharedpro Technologies enseñó análisis de comportamiento para detección temprana de autismo, y Arlan Biotech, plataformas de descubrimiento de anticuerpos basadas en IA. Todo parte del mismo patrón: datos, modelos y validación, con retornos que pueden verse en meses y no en años. Este impulso también empuja a las interfaces cerebro-computadora a salir del laboratorio con mejores algoritmos y sensores más finos.
Una interfaz cerebro-computadora te conecta con un sistema digital sin pasar por manos ni voz. En 2025, el avance está en traducir señales de la corteza motora a palabras comprensibles, y hacerlo de manera estable. Si el rendimiento se sostiene fuera del hospital, vas a poder ver soluciones para comunicarte, manejar un cursor o controlar dispositivos del hogar, todo desde la actividad neuronal.
Falta una parte compleja y no menor: regulación, privacidad y coste total. Las interfaces cerebro-computadora necesitan marcos de seguridad clínica, ciberprotección y garantías de actualización a largo plazo. En edición genética, te conviene mirar la transparencia de los ensayos y los efectos fuera del objetivo. Con todo, los plazos ya no son teóricos porque hay pacientes, prototipos y acuerdos industriales encima de la mesa.
Los siguientes meses traen hitos claros. Si ves que Paradromics amplía pacientes o publica resultados revisados por pares, las interfaces cerebro-computadora darán un salto. Si Mammoth entra en fases II con más indicaciones, la edición genética saldrá del nicho raro. Y si SandboxAQ cierra pilotos con farmacéuticas y valida predicciones in vivo, el descubrimiento de fármacos con IA y cuantización se asentará.
GITEX GLOBAL 2025 confirma que la convergencia de IA, neurotecnología y biotecnología acelera la transformación digital. Desde las interfaces cerebro-computadora que devuelven voz a pacientes, hasta simuladores que recortan I+D a meses, todo apunta a herramientas con impacto real en tu calidad de vida. El éxito dependerá de pruebas sólidas, buenas normas y acceso justo a estas tecnologías que ya dejan huella en Dubái y más allá.
Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.