En los últimos doce meses, las principales compañías de inteligencia artificial han disparado su precio en mercados privados. Los números proceden de valoraciones comunicadas en rondas y de cálculos publicados por medios como Financial Times y firmas como PitchBook, contrastados con anuncios de inversores en Estados Unidos.
OpenAI lidera el grupo con una cifra cercana a medio billón de dólares. xAI, fundada por Elon Musk, ronda los 200.000 millones. Anthropic se mueve en niveles similares, y las fuentes del FT apuntan a una valoración próxima a esos 200.000 millones. A cierta distancia, Databricks, nacida en 2013, se estima en 100.000 millones.
El resto del top lo completan Figure (robótica), SSI (la apuesta de Ilya Sutskever), Scale AI, Perplexity, Thinking Machine Lab (impulsada por Mira Murati) y Cursor. Todas ellas encajan en el mismo patrón: en un año han añadido un billón de dólares combinado pese a pérdidas constantes. Sus rondas no se frenan.
¿Por qué suben así las valoraciones de las startups de IA? La gasolina es el capital riesgo. Solo este año, los fondos estadounidenses han metido 161.000 millones de dólares en empresas de IA, sin garantías claras de éxito. El fenómeno FOMO pesa: si te quedas fuera y surge la próxima plataforma, pierdes una década. Verás casos llamativos: compañías con 5 millones de ingresos que piden 500 millones de valoración, cien veces sus ventas.
Ese dinero se quema rápido en chips, datos y talento. Las startups de IA están financiando cómputo a gran escala y modelos cada vez más caros de entrenar, con unit economics frágiles. El argumento inversor es simple: si una o dos lo consiguen, pagarán todas las pérdidas.
Dentro del sector, muchos aceptan que hay una burbuja. Hermant Taneja, presidente de General Catalyst, lo define como una burbuja “útil” que alinea capital y talento en tecnologías transformadoras, aunque cause cierta “carnicería”. "Existe una burbuja, pero concentra capital y talento en lo que puede cambiar el mundo", Hermant Taneja (General Catalyst).
También te puede interesar:ChatGPT servirá para iniciar sesión en otras apps, pero hay un detalle que puede costarte dineroSam Altman comparte la idea: habrá caídas, pero quienes sobrevivan capturarán valor masivo. Jeff Bezos distingue una “burbuja industrial” —crea capacidad y conocimiento— de una financiera —destruye confianza—. El aviso de Robin Li, CEO de Baidu, es seco: podría quedar solo el 1% de las empresas cuando se pinche.
Si lo comparamos con la era puntocom, el paralelismo es claro. Entonces se invirtieron 10.500 millones de dólares, unos 20.000 millones ajustados a inflación. En 2021, el SaaS absorbió 135.000 millones. Este año, la inversión en IA puede superar los 200.000 millones, según PitchBook. La escala es otra liga y, con todo, el desenlace podría repetirse: pocas ganadoras, dominio total.
Los fondos de capital riesgo lo asumen: perderán dinero en la mayoría. Mantienen el plan barbell, muchas apuestas pequeñas y unas pocas gigantes. Las startups de IA que aguanten ciclos y consigan clientes que paguen serán las que se queden con el mercado. Si lo comparamos con la app móvil, aquí la barrera tecnológica es más alta y el coste inicial, brutal.
Hay líderes tech que empujan a fondo. Mark Zuckerberg defiende invertir masivamente en IA, incluso si supone perder 200.000 millones, porque lo peor es quedarse atrás. Marc Benioff lo eleva: se podría perder un billón en el camino, y aun así la IA devolvería diez veces más. Su método es simple y duro: experimentar mucho, elegir lo que funciona y concentrarlo todo ahí.
La analogía final ayuda a ponerlo en contexto. En la burbuja puntocom, muchas quedaron por el camino y unas pocas acabaron dominando búsqueda, comercio y cloud. Esta vez el tamaño de la apuesta es mayor, la competencia es global y los costes son más altos. Si sobrevives, el premio se parece a controlar la infraestructura del futuro.
También te puede interesar:OpenAI Lanza el Modo Visión en Tiempo Real y Compartir Pantalla en EuropaDirectora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.