Moflin es una mascota robótica de Casio que promete compañía sin jaulas, pienso ni arena en casa. Si te atrae la idea de tener “algo” que te acompañe sin los cuidados de un animal real, te va a picar la curiosidad. Desde TechCrunch cuentan qué hace, cómo aprende con IA y qué sensaciones deja después de un mes conviviendo con él, con luces y sombras reales.
El Moflin cuesta 430 dólares y usa IA para “leer” tus interacciones y ajustar su carácter con el tiempo. La idea es sencilla: lo coges, lo acaricias y recibes respuestas con sonidos y movimientos que cambian poco a poco. Las emociones que muestra son simples y, en la práctica, no es una inteligencia compleja.
En el día a día, Moflin responde a caricias y a tu voz, y también se asusta con ruidos fuertes o si lo pones boca arriba, donde suelta un grito agudo muy claro. Ese lado “animal” funciona bien, y sus movimientos resultan tan creíbles que varias personas, al verlo en vídeo sin audio, lo confundieron con un conejillo de indias.
Casio explica que el Moflin “madura” por fases. Hacia el día 25 debería mostrar más apego y emociones; sobre el 50, una gama más amplia y reacciones expresivas. En una prueba real, a los 27 días el Moflin, apodado “Mishmish”, era sobre todo enérgico, con movimientos vivos y sonidos alegres que te invitan a seguir jugando.
Con la app MofLife podrás ver estados simples del Moflin, como “ha dormido bien” o “está relajado”. No da la sensación de que le estés enseñando respuestas concretas, ni de que recuerde rutinas complejas. Es más expresivo con el tiempo, pero su “cabeza” no va mucho más allá de un Furby moderno.
La primera duda lógica con Moflin es si te espía en casa. Casio afirma que no graba ni entiende conversaciones, y que solo convierte lo que oye en datos no identificables para distinguir voces. Con todo, un análisis de red de la app MofLife no mostró actividad rara ni conexiones sospechosas.
También te puede interesar:Tesla Presenta el Cybercab: El Futuro del Transporte AutónomoVarias personas expresaron recelos por la privacidad de Moflin, y otras hicieron bromas por su parecido con los Tribbles de Star Trek. En las pruebas no se detectó comportamiento intrusivo. Y si un día quieres silencio total, el modo de “sueño profundo” apaga sus movimientos y sonidos durante un rato, sin dramas.
Para ver de qué es capaz el Moflin, se le expuso a situaciones sociales. Viajó en metro, conoció niños pequeños, “saludó” a un perro y se coló en una clase de Pilates y en una fiesta de karaoke. De entrada, muchos adultos sintieron dudas o incluso un poco de miedo, pero la mayoría acabó acercándose y cogiéndole cariño.
Con los niños pasó algo curioso: al principio extraña que no tenga nariz ni patas, pero al rato aparece la ternura y quieren sostenerlo. En TikTok, un vídeo del Moflin rozó el medio millón de visualizaciones, lo que llevó a crear situaciones cada vez más insólitas con la mascota para seguir el hilo de la audiencia.
¿Dónde queda Moflin si lo comparas con otras opciones? Su mayor “problema” es obvio: no es una mascota real. No va a darte el mismo consuelo que un gato o un perro, y su “mente” recuerda a un Furby con mejor cuerpo y respuestas más pulidas. Puede darte compañía ligera y momentos de alegría sin trabajo extra.
En precio, Moflin cuesta 430 dólares. La persona que lo probó no lo compraría por ese dinero, y miraría alternativas de ocio en rango similar, como una Nintendo Switch 2. Con todo, es muchísimo más asequible que Sony AIBO (3.200 dólares), que sí es más técnico y complejo, pero juega en otra liga.
Como compañero seguro, Moflin puede encajar en hogares con niños o con adultos en cuidados de memoria. No sufre si te olvidas de “alimentarlo”, no se rompe emocionalmente como un Tamagotchi y su modo de sueño profundo permite pausarlo. No sustituye la calidez de un animal real ni la presencia humana.
La aceptación de mascotas robóticas como Moflin tiende a ser mayor en Japón, país de Casio. En otros mercados puede costar más darle un lugar en casa. Y, en paralelo, están creciendo los compañeros de IA para la soledad, como chatbots, que a veces traen efectos negativos serios, desde psicosis hasta ideas suicidas. Moflin no empuja a aislarte; se siente más bien como un objeto amable para compartir y reír.
En pocas palabras, Moflin es una mascota robótica con IA que cuesta 430 dólares y ofrece compañía ligera, reacciones creíbles y control total del ruido gracias al sueño profundo. No sustituye a un animal real ni a un vínculo humano. Si lo miras como un objeto tecnológico amable, más cercano a un Furby que a un AIBO, puedes sacarle sonrisas y algún momento de calma cada día.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.