Apple prueba un nuevo Siri con inteligencia artificial para iOS 26.4, previsto para marzo de 2026, y la promesa es grande: hablarle al móvil como a una persona y que te entienda. La compañía trabaja internamente con este nuevo Siri con inteligencia artificial, vinculado a la iniciativa Apple Intelligence presentada en la WWDC 2025.

El plan es integrarlo en lo más profundo del sistema para que la conversación sea natural y útil. Dentro de Apple hay dudas por su rendimiento actual y eso abre preguntas sobre tiempos y alcance.
El desarrollo combina un modelo de lenguaje propio con la tecnología Apple Intents, el engranaje que traduce lo que dices en acciones concretas. Con ese tándem, el nuevo Siri con IA debería entender peticiones complejas, sin guiones rígidos, del estilo “ponme esta foto más clara y súbela a Instagram”. Falta ver cómo encajan los modelos externos que Apple tiene sobre la mesa.
Según las fuentes internas, el asistente también tiraría de herramientas de terceros para tareas específicas. Ahí entran herramientas de OpenAI, servicios de Anthropic y la plataforma Gemini. Con todo, el objetivo práctico es claro: vas a poder buscar información, editar fotos y publicar en redes sociales usando solo la voz, sin tocar la pantalla.
La preocupación llega por las pruebas internas, que no siempre cumplen lo esperado. El periodista Mark Gurman lo adelantó en su boletín Power On, alojado en Bloomberg, donde detalla que los resultados están por debajo de lo previsto para algunas tareas. Mark Gurman (Power On): “las pruebas internas apuntan a un rendimiento bajo”.
Ese rendimiento flojo no significa derrota, pero sí tensión con el calendario de iOS 26.4, que apunta a marzo de 2026 sin día confirmado. Apple suele pulir a fondo antes de soltar una función masiva y, si lo comparamos con la app móvil tradicional, aquí cada fallo se nota más porque se espera que todo funcione con una frase.
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Para ti, la diferencia sería clara: con el nuevo Siri con inteligencia artificial vas a poder abrir apps, ajustar brillo, mover archivos y dictar textos largos sin saltar entre menús. También podrías pedir resúmenes de correos, programar atajos complejos y publicar fotos retocadas con un comando. Si el sistema se equivoca o responde lento, la magia se rompe y vuelves a los toques de siempre.
En paralelo, hay ruido en la cúpula de IA. John Giannandrea, director de inteligencia artificial desde 2018, afronta su mayor desafío en Apple y, según distintas conversaciones, la empresa habría entrevistado posibles sustitutos.
Además, el equipo Apple Foundation Models ha perdido a su creador, Ruoming Pang, y a una docena de investigadores en los últimos meses. Eso pesa en cualquier hoja de ruta ambiciosa.
El corazón técnico pasa por un modelo de lenguaje desarrollado en casa y por Apple Intents, que decide qué app toca cada orden. Esta arquitectura debería enlazar tus frases con funciones del sistema y de las aplicaciones, desde la cámara hasta los editores de imagen. La coordinación con modelos externos debe ser fina para evitar respuestas lentas o inconsistentes.
El objetivo interno es iOS 26.4 en marzo de 2026, sin fecha cerrada. Si ves betas de desarrollador con funciones de voz más profundas a inicios de 2026, menciones específicas en la web de Apple y un evento de primavera con foco en IA, la llegada está cerca. Si, por el contrario, Apple limita el idioma o las funciones, será un aterrizaje por fases.
Apple sigue apostando fuerte por integrar IA en sus dispositivos, pese a las tensiones internas y a la presión externa por resultados. Si todo encaja, vas a poder hablarle al iPhone y olvidarte de menús, gestos y toques repetidos. Si no, tocará esperar una vuelta más de tuerca, con iOS 26.4 como próxima estación y la Apple Intelligence como gran paraguas de la estrategia.
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Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.