El mercado de la nube para IA está que arde y tú lo notas cada semana: nuevos acuerdos, más capacidad y promesas de rendimiento. En este contexto, Microsoft y Lambda llegan a un acuerdo que apunta a más potencia de cálculo y opciones reales para entrenar modelos grandes sin esperas eternas. Te contamos qué hay detrás, qué piezas técnicas entran en juego y cómo puede afectarte en tus próximos proyectos.
La idea central es más GPUs, más clusters y una relación que se refuerza tras años de colaboración. Todavía quedan cifras por confirmar y detalles que la propia compañía no ha desvelado. Con todo, vas a poder entender las claves del acuerdo, comparar con otros megatratos del sector y detectar oportunidades prácticas si trabajas con IA generativa o visión por computador.
El nuevo acuerdo entre Microsoft y Lambda se centra en desplegar decenas de miles de GPUs de Nvidia para acelerar cargas de trabajo de entrenamiento y fine-tuning. La compañía, respaldada por Nvidia, ha comunicado que el trato es multimillonario, aunque sin revelar la cifra exacta. El mensaje es nítido: más capacidad disponible para modelos cada vez más grandes y complejos.

Stephen Balaban, CEO de Lambda, habla de un “paso fenomenal” dentro de una relación que ya acumula más de ocho años. La colaboración no nace de cero y eso te beneficia si buscas estabilidad y roadmap predecible. Con todo, la confirmación pública llega con una mezcla de entusiasmo y prudencia, porque el tamaño final y la estructura del acuerdo no se han detallado en abierto.
Dentro del despliegue de Microsoft y Lambda entran sistemas NVIDIA GB300 NVL72, presentados a principios de año y ya en fase de envío en los últimos meses. Estos racks integran GPUs de última generación pensadas para entrenar LLMs con más parámetros y para servir inferencias complejas con menor latencia. El rendimiento real dependerá de la interconexión, el almacenamiento y la orquestación que acompañen al hardware.
Microsoft puso en marcha su primer clúster con GB300 NVL72 en octubre, lo que indica una rampa operativa ya en curso. Si trabajas con pipelines exigentes, vas a poder beneficiarte de colas más cortas y de ventanas de mantenimiento más previsibles, siempre que el aprovisionamiento y la red cumplan con lo prometido.
Para entender por qué Microsoft y Lambda refuerzan su alianza, conviene mirar atrás. Lambda nació en 2012, antes del boom de la IA actual, y desde entonces se ha especializado en hardware y nube para aprendizaje profundo. La empresa ha recaudado 1.700 millones de dólares en capital de riesgo, lo que le ha permitido crecer en catálogo y capacidad.

La demanda de infraestructura para IA no deja de aumentar, y eso favorece a proveedores con experiencia específica en GPUs. Medios como TechCrunch han solicitado más detalles sobre la estructura del acuerdo y su tamaño preciso, por lo que todavía queda información relevante por aclarar. Con todo, el respaldo de Nvidia y la trayectoria previa suman credibilidad al movimiento.
El anuncio de Microsoft y Lambda llega en un día de mucha actividad. La propia Microsoft comunicó un acuerdo de 9.700 millones de dólares para capacidad de nube de IA con la australiana IREN, lo que refuerza la idea de que el coste y la disponibilidad de cómputo son el nuevo campo de batalla. No es el único movimiento de gran tamaño que debes tener en el radar.

OpenAI cerró un pacto con Amazon valorado en 38.000 millones de dólares para los próximos siete años, y en septiembre trascendió otro trato con Oracle por 300.000 millones de dólares para computación en la nube. Con todo, las cifras varían por alcance y horizonte temporal, pero el patrón es el mismo: asegurar capacidad a escala durante años.
Amazon Web Services (AWS) reporta que va camino de su mejor año en ingresos operativos de los tres últimos ejercicios, con 33.000 millones de dólares en ventas en lo que va de año. Andy Jassy, presidente y CEO de Amazon, habla de una re-aceleración interanual del 20,2% impulsada por la demanda de IA y servicios de infraestructura.
Para sostener esa demanda, Amazon ha sumado más de 3,8 gigavatios de capacidad en doce meses. La disponibilidad real no solo depende de añadir megavatios, también de dónde se instalan los clústeres y de cómo se gestiona la logística de GPUs. Con todo, el panorama explica por qué acuerdos como el de Microsoft y Lambda son estratégicos y urgentes.
¿Qué cambia para ti con el movimiento de Microsoft y Lambda? La respuesta corta: más opciones para entrenar y desplegar, y potencial de precios más estables si la oferta crece. No todo depende del hardware; la calidad de red, el almacenamiento y el soporte marcan la diferencia en producción.
En los próximos meses conviene observar cómo escalan Microsoft y Lambda la entrega de hardware y qué tiempos de espera reales afrontan los clientes. También importa la disponibilidad por regiones, la calidad de la interconexión y el rendimiento efectivo en cargas de entrenamiento e inferencia.
Recuerda que el valor no está solo en la GPU. Vas a poder ganar más ajustando pipelines, afinando el almacenamiento y usando herramientas de observabilidad. Con todo, la combinación de nuevos clústeres y acuerdos de gran escala puede traducirse en colas más cortas, precios más predecibles y lanzamientos de modelos más rápidos.
La foto completa muestra que Microsoft y Lambda apuestan fuerte por más cómputo de IA con GPUs de Nvidia, incluidos sistemas GB300 NVL72, dentro de una carrera global por capacidad en la nube.
Entre pactos como el de IREN con Microsoft, los acuerdos de OpenAI con Amazon y Oracle, y el empuje de Amazon Web Services (AWS), vas a poder planificar mejor tu estrategia: reservar recursos con antelación, optimizar costes y acelerar tus modelos con una infraestructura que, por fin, empieza a estar a la altura de la demanda.
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