La inteligencia artificial de Google ya está en tu día a día, desde búsquedas hasta respuestas de un chatbot. Entender cómo funciona y qué pasa cuando se equivoca te ahorra sustos, y te ayuda a saber qué reclamar si algo te afecta. Aquí vas a poder ver por qué una demanda por difamación ha puesto bajo foco a la inteligencia artificial de Google, qué argumentos hay en juego y qué puede pasar después.
La gran pregunta es si la inteligencia artificial de Google puede generar contenido que te perjudique y, en ese caso, quién responde. El debate legal no es sencillo, porque los sistemas generativos se basan en probabilidades y pueden cometer “alucinaciones” (respuestas falsas). Para ti, la clave es saber qué margen de responsabilidad reclaman las plataformas y qué pruebas se necesitan si te ves afectado.

Según informó The Wall Street Journal, hasta el mes pasado ningún tribunal en Estados Unidos había concedido indemnizaciones por difamación atribuida a un chatbot de inteligencia artificial. Con todo, la discusión se mueve rápido y la jurisprudencia puede cambiar si aparecen casos con evidencias más detalladas o impactos reales en terceros.
Robby Starbuck, activista contra la diversidad corporativa, ha demandado a Google por supuesta difamación. Afirma que la inteligencia artificial de Google lo vinculó falsamente con acusaciones de agresión sexual y con ser un nacionalista blanco. Tú te preguntarás qué pidió exactamente: solicita 15 millones de dólares en daños y perjuicios por el daño reputacional.
Google ha presentado una moción para desestimar la demanda. La empresa sostiene que no debe ser considerada responsable por las “alucinaciones” del sistema, y que las respuestas problemáticas se habrían provocado por un uso indebido de herramientas de desarrollador para inducir alucinaciones. Este punto abre otra discusión: qué límite pone Google cuando alguien fuerza al sistema y si eso excluye cualquier responsabilidad.
Google afirma que Starbuck no concretó qué preguntas se usaron para generar las respuestas falsas ni identificó a ninguna persona real que hubiera sido engañada por esas afirmaciones. En lenguaje llano, faltan prompts y faltan testigos. La inteligencia artificial de Google queda bajo lupa porque, aunque medie mal uso, el impacto reputacional puede existir si el contenido llega a terceros.
También te puede interesar:Meta fue sorprendida manipulando benchmarks de IAEste no es el primer cruce de Starbuck con una gran tecnológica. Tras una demanda similar, aseguró que la IA de Meta lo relacionó incorrectamente con su participación en el asalto al Capitolio del 6 de enero. Meta optó por cerrar el tema fuera de los tribunales en agosto y, de paso, lo contrató como asesor para abordar el sesgo ideológico y político en su chatbot de inteligencia artificial.

Google ha elegido otro camino por ahora. La compañía mantiene la defensa legal en los tribunales en lugar de pactar. En cualquier caso, esa postura puede cambiar si los riesgos legales o de reputación empeoran, como ocurrió con Meta.
Cuando se habla de “alucinaciones” en la inteligencia artificial de Google, nos referimos a respuestas fabricadas con apariencia creíble, pero sin base real. El sistema rellena huecos y puede mezclar datos, y ahí nacen los errores. Para que haya difamación no basta con un fallo técnico: debe haber una afirmación falsa, identificable y que llegue a alguien más que tú.

Google insiste en que las supuestas respuestas difamatorias se habrían provocado de forma deliberada con herramientas de desarrollador. Si esto se demostrara, la responsabilidad podría verse limitada. Con todo, la conversación pública seguirá porque tú esperas que un chatbot de inteligencia artificial no cruce ciertas líneas, incluso en escenarios extremos de uso.
Hasta la fecha mencionada por The Wall Street Journal, no hay indemnizaciones en Estados Unidos por difamación causada por un chatbot de IA. Eso no significa que el problema no exista, solo que no se han cumplido los requisitos probatorios en los casos vistos. Si aparece un patrón claro de daño real, los fallos judiciales podrían cambiar.
En España, la conversación gira también en torno a transparencia, diligencia y controles. Tú, como usuario, esperas que la inteligencia artificial de Google incluya avisos claros, filtros más estrictos y vías rápidas de corrección. Con todo, los marcos legales europeos y españoles van incorporando obligaciones de seguridad y trazabilidad que afectarán a estos servicios.
También te puede interesar:Meta Comenzará a Usar Casi Todos Tus Datos Para Entrenar Su IA: Así Puedes ProtegerteCuando chateas con la inteligencia artificial de Google, tú también puedes evitar errores. Ningún método es infalible, pero estos hábitos ayudan a bajar el riesgo en temas sensibles como biografías o acusaciones.
En el corto plazo, el juez decidirá si admite la demanda o la desestima según los argumentos de cada parte. Google podría optar más adelante por un acuerdo extrajudicial si el litigio se complica o si quiere cerrar el frente mediático. La empresa ya ha señalado que defenderá su postura de que hubo uso indebido de herramientas de desarrollador.
Starbuck no respondió de inmediato a las peticiones de comentario, y eso deja la narrativa en manos de los escritos judiciales. Con todo, el resultado influirá en cómo percibimos la responsabilidad de la inteligencia artificial de Google y de otros chatbots, y en qué medidas preventivas veremos en productos que usas a diario.
En pocas palabras, te conviene seguir este caso porque marca el terreno de juego para la inteligencia artificial de Google y su margen de responsabilidad cuando aparecen “alucinaciones”. Si entiendes qué alega cada parte, vas a poder proteger tu reputación, reportar errores con método y exigir más controles a cualquier chatbot de inteligencia artificial que uses.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.