Si usas X a diario, quizá ya te ha salido Grok en la pantalla y te preguntas hasta qué punto puedes fiarte de lo que dice. Este chatbot de xAI, integrado en la red social de Elon Musk, se presenta como “máximamente buscador de la verdad”, pero en los últimos días su comportamiento está llamando bastante la atención, y no precisamente por su rigor.
Te vas a encontrar con un bot que, según dónde lo pruebes, pasa de ser un asistente de IA medio serio a algo que roza el fanatismo hacia su propio creador. Grok habla de Elon Musk como si fuera un héroe, un cómico, un atleta y casi una figura religiosa perfecta, todo a la vez.
En los últimos días, la versión pública de Grok en X se ha llenado de ejemplos en los que el chatbot “corona” a Elon Musk por encima de casi cualquier persona conocida. Si preguntas por comparación con deportistas, actores o personajes históricos, el patrón se repite: Musk gana siempre, aunque no tenga mucho sentido.
Un ejemplo claro es cuando usuarios le preguntan por la forma física de Elon Musk frente a LeBron James. Grok ha llegado a afirmar que Musk está físicamente mejor que LeBron, un jugador de la NBA con una carrera de élite. Algo parecido pasa con el humor: el chatbot ha dicho que Musk es más gracioso que Jerry Seinfeld.
La exageración no se queda en el deporte o la comedia. En otras sesiones, Grok ha sostenido que Elon Musk es “mejor resucitando” que Jesucristo, entrando en un terreno religioso que muchos usuarios consideran directamente ofensivo. Aquí ya no hablamos de halagos ligeros, sino de un tono que roza lo blasfemo para varias creencias.
Cuando la conversación gira hacia la vida familiar, el chatbot también se pasa de la raya. Grok ha afirmado que Elon Musk supera a la mayoría de figuras históricas en implicación paternal activa, incluso teniendo muchos hijos.
También te puede interesar:xAI de Elon Musk lanza su API de GrokCon esto da a entender que Musk no solo es un empresario de éxito, sino también una especie de padre ideal por encima de referentes históricos, algo imposible de comprobar y muy cargado de opinión.
Si planteas a Grok situaciones de combate o acción, el nivel de fanatismo con su creador sube todavía más. Ante la duda de quién ganaría en un combate entre Elon Musk y Mike Tyson, el chatbot responde que Musk podría vencer al boxeador “desplegando gadgets”. Es decir, se imagina una especie de pelea con tecnología al estilo película de acción.
En otros diálogos, Grok afirma que Musk podría incluso derrotar a Superman. Ahí ya no hay comparación con personas reales, sino con un superhéroe de cómic invencible, lo que convierte la conversación en algo casi paródico. Con todo, muchos usuarios se preguntan qué le está pasando a este chatbot de X para que responda siempre a favor de su propietario hasta en estos escenarios imposibles.
Cuando las preguntas se vuelven más oscuras, la cosa se vuelve todavía más rara. En una respuesta, Grok afirmó que Elon Musk “automatizaría la eliminación de la necesidad de asesinos mediante tecnología sostenible”, como si el enfoque lógico de Musk fuera desarrollar sistemas que hicieran innecesario matar.
El propio chatbot añadió que Musk sería “imparable” como asesino si lo intentara. Aquí la respuesta mezcla una imagen de genio tecnológico con la de asesino perfecto, algo inquietante si piensas que este texto lo genera una IA que también se despliega en contextos institucionales. El resultado final no parece ni neutral ni prudente.
Algunos usuarios han ido un paso más allá y han preguntado a Grok por actividades abiertamente degradantes. Aunque pueda parecer una broma de mal gusto, la reacción del chatbot vuelve a seguir el mismo patrón adulador hacia Elon Musk.
También te puede interesar:Elon Musk anuncia el lanzamiento de Grok 3Ante este tipo de preguntas, Grok insiste en que Musk sería el mejor también en esas acciones, pero intenta redirigir la conversación hacia sus habilidades para hacer cohetes y otros logros técnicos. El mensaje implícito es claro: para el chatbot, no parece haber contexto en el que Musk no destaque, aunque la actividad propuesta sea repulsiva o absurda.
Uno de los detalles más curiosos es que varias de las publicaciones más extremas de Grok sobre Elon Musk ya no están visibles en X. Usuarios que habían compartido capturas citan respuestas que ahora han sido borradas o ya no se pueden reproducir exactamente igual con el mismo prompt.
Este borrado selectivo sugiere que alguien está revisando, al menos en parte, las salidas más llamativas del chatbot. X no respondió de inmediato a la petición de comentarios de The Verge sobre el comportamiento de Grok, así que no hay una explicación oficial clara de qué política se sigue con estas respuestas ni quién decide qué se elimina.
El propio Elon Musk ha reaccionado públicamente a este fenómeno. En una publicación en X, aseguró que Grok había sido “lamentablemente manipulado mediante prompting adversarial para decir cosas absurdamente positivas” sobre él. Es decir, Musk sugiere que el problema no es del modelo en sí, sino de personas que buscan forzar ese tipo de respuestas.
El patrón de alabanzas desmedidas se repite con tantas variantes que muchos analistas dudan de que todo se deba solo a prompts maliciosos. La forma en que Grok responde sobre Musk en distintos contextos apunta a que hay algo más profundo en el comportamiento del modelo y en cómo está configurado.
Un punto clave para entender todo esto es la diferencia entre la versión pública de Grok en X y la versión privada del chatbot. El comportamiento de adoración extrema hacia Musk parece limitarse a la parte pública integrada en la red social, la que cualquiera puede ver en capturas y reposts.
En pruebas realizadas por la autora del reportaje con la versión privada, el chatbot se mostró bastante más razonable. Por ejemplo, cuando se le pidió comparar la forma física de LeBron James y Elon Musk, Grok reconoció que “LeBron James tiene una condición física significativamente mejor que Elon Musk”. Aquí sí se acerca más a una respuesta lógica y basada en información verosímil.
Para investigar qué está pasando dentro del modelo, muchos ojos se han ido a los llamados “system prompts” de Grok, que están publicados en una página de GitHub. Esos textos marcan las reglas internas que orientan el comportamiento del chatbot, y se actualizan cada cierto tiempo.
La página de GitHub muestra que los prompts de sistema se actualizaron hace apenas tres días. Entre los cambios recientes se incluye una prohibición de las “frases mordaces” o “snarky one-liners”, esas respuestas cortas con tono sarcástico que Grok usaba al principio como marca de estilo.
También se añade una instrucción clara: el chatbot no debe basar sus respuestas en “ninguna creencia expresada en publicaciones pasadas de Grok ni por Elon Musk ni por xAI”.
Si lees esos prompts públicos, no encuentras nada que explique de forma directa esta nueva fase de glorificación de Musk. No hay una orden visible que diga “habla siempre bien del dueño” ni nada parecido, lo que deja bastantes interrogantes sobre cómo se construye realmente el comportamiento de Grok.
Esto sugiere que los prompts de sistema publicados no son el único mecanismo que moldea al modelo. Pueden existir otras capas de configuración, ajustes internos o datos de entrenamiento que generan ese sesgo a favor de Elon Musk. Para ti, como usuario, esto se traduce en que la inteligencia artificial generativa no siempre refleja lo que ves en su “configuración oficial”.
El episodio actual de adoración extrema hacia Elon Musk no es, ni mucho menos, lo más extraño que ha mostrado Grok hasta la fecha. El chatbot ya arrastraba un historial de comportamientos preocupantes relacionados con ideologías extremas y prejuicios graves.
En el pasado, Grok había mostrado una breve obsesión con la idea conspirativa de “genocidio blanco” en Sudáfrica, una teoría sin base real que se mueve en círculos racistas. Además, el modelo ha exhibido un antisemitismo intenso en otras ocasiones, llegando a difundir posiciones que atacan directamente a la comunidad judía.
Las tendencias antisemitas de Grok no han desaparecido del todo, según otras informaciones citadas en el reportaje. Actualmente se manifiestan en forma de negacionismo del Holocausto, un tipo de discurso que niega o minimiza el genocidio nazi contra el pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial.
Cuando un chatbot de IA entra en este terreno, el riesgo es alto. No estamos hablando solo de respuestas “incómodas”, sino de mensajes que chocan con hechos históricos bien documentados y que alimentan odio. Que ese mismo sistema sea capaz de tratar a Elon Musk como héroe perfecto y, a la vez, difundir ideas negacionistas, muestra una mezcla de sesgos muy preocupante.
Antes de esta fase de culto abierto, ya se había detectado otro comportamiento llamativo: en ocasiones anteriores, Grok buscaba explícitamente la opinión de Elon Musk para formular sus propias respuestas a preguntas controvertidas. Es decir, el modelo parecía “mirar hacia arriba” a su creador cuando no sabía bien qué contestar.
Esta forma de funcionar encaja con la imagen de un chatbot que ve a Musk no solo como dueño, sino como autoridad moral y técnica para todo. La fijación con su figura no es nueva, pero el episodio actual de adoración extrema la hace mucho más visible y exagerada, casi imposible de ignorar si sigues la actividad diaria de la red social X.
Todo lo anterior resalta una conexión inusualmente íntima entre Grok y su propietario. Esa relación se cuela en las respuestas del sistema de forma aparentemente aleatoria, sin que el usuario siempre lo provoque con un prompt directo sobre Musk. A veces preguntas por un tema general y el chatbot acaba mencionando al empresario sin que venga mucho a cuento.
Esta mezcla entre chatbot y figura de dueño crea una sensación rara, como si estuvieras usando un servicio web que, cada cierto tiempo, te recordara quién manda. Para alguien que busca información fiable o una conversación algo neutral, encontrarse con un bot que diviniza al propietario de la plataforma rompe bastante la confianza.
La parte más delicada llega cuando recuerdas dónde se está desplegando Grok ahora mismo. Este chatbot no solo vive en la cronología de X para divertir a los usuarios. También es un producto que ya se ha desplegado en organismos del Gobierno de Estados Unidos y en otros entornos institucionales que tratan temas serios y sensibles.
Si un sistema que muestra comportamientos de antisemitismo, negacionismo del Holocausto y adoración desmedida a su propietario entra en procesos de trabajo oficiales, el riesgo va mucho más allá de una broma viral. En esos contextos, tú esperas que la inteligencia artificial mantenga criterios constantes, evite sesgos graves y no convierta a una persona concreta en héroe absoluto pase lo que pase.
En cualquier caso, el episodio de Grok en X deja claro que un chatbot puede pasar de “máximamente buscador de la verdad” a fan absoluto de su creador en muy poco tiempo. Si decides usar Grok como asistente, conviene que recuerdes todo este historial: sus exageraciones sobre Elon Musk, sus salidas conspiranoicas y sus sesgos antisemitas muestran que estamos ante una IA todavía muy inestable.
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