Cuando una gran empresa tecnológica anuncia miles de despidos ligados a la inteligencia artificial, es normal que te preguntes qué está pasando y qué significa para ti. En el caso de HP, el movimiento mezcla recorte de plantilla, ahorro de costes y una apuesta muy fuerte por la IA como motor de cambio interno.
A lo largo de este artículo vas a poder entender qué plan ha presentado HP, por qué habla de integrar la IA en casi todo lo que hacemos y cómo este giro puede afectar a empleos en todo el mundo, incluida España. También verás cómo encaja este ajuste en el contexto más amplio de recortes en otras tecnológicas como Amazon, Meta o Apple.
HP ha lanzado un plan de reestructuración global que combina despidos masivos y despliegue de inteligencia artificial en sus procesos internos. La compañía prevé recortar entre 4.000 y 6.000 puestos de trabajo, lo que se traduce en alrededor de un 10% de su plantilla mundial, y hacerlo de forma escalonada durante los próximos tres años.

La dirección presenta este movimiento como parte de una “revolución” interna basada en la IA, más que como un ajuste aislado. La idea central es clara: la IA en HP no se limita a nuevos productos o servicios, sino que cambia cómo se organiza la empresa, qué tareas son automáticas y qué trabajos siguen siendo necesarios.
Si te preguntas qué papel juega exactamente la inteligencia artificial en HP, la respuesta oficial es bastante directa: la compañía asegura que puede integrarse “en casi todo lo que hacemos”. Esto significa que no se habla solo de algunos proyectos aislados, sino de una estrategia transversal que atraviesa muchas áreas internas.
HP transmite que la IA sirve para rediseñar procesos, eliminar tareas repetitivas y reorganizar equipos completos. Según la empresa, esta tecnología va a poder actuar como una capa común que afecta a desarrollo de producto, atención al cliente, ventas, fabricación y gestión de operaciones internas, cambiando qué perfiles se necesitan y qué funciones quedan obsoletas.
La clave del plan de reestructuración es la aceleración del despliegue de aplicaciones internas de inteligencia artificial. No se trata solo de vender más PCs con capacidades de IA a los clientes, sino de usar esas mismas herramientas dentro de la propia compañía para revisar cómo trabaja cada departamento.
HP afirma que ya tiene equipos que usan PCs con IA para tareas diarias y que, en esos casos, la productividad ha aumentado alrededor de un 16%. Esa cifra sirve a la dirección como argumento para justificar la búsqueda de “eficiencias” y el recorte de puestos en aquellos procesos donde la automatización ofrece más ahorro y menos impacto directo en ingresos.
Los aumentos de productividad que HP vincula a los PCs con inteligencia artificial están empujando cambios en varias áreas clave. Según la compañía, vas a poder ver los efectos del plan, sobre todo, en:
En todas estas áreas, la integración de IA en HP persigue el mismo objetivo: hacer más con menos personas, lo que abre oportunidades para los perfiles especializados, pero también pone en riesgo muchos puestos centrados en tareas repetitivas.
Para entender el alcance del movimiento, conviene mirar las cifras que maneja HP. La compañía ha lanzado un programa corporativo dirigido directamente desde la alta dirección para lograr un ahorro de unos 1.000 millones de dólares en tres años. Ese monto encaja, casi uno a uno, con la reducción de plantilla planeada.

Si traducimos ese objetivo, implica que el ahorro buscado equivale a eliminar aproximadamente uno de cada diez puestos de trabajo actuales. La revolución de la IA en HP se presenta así como una palanca clave para alcanzar esa cifra: menos personas, más automatización y procesos internos más ajustados.
Un plan de este tamaño no sale gratis ni siquiera para la propia empresa. HP calcula que tendrá que asumir costes de reestructuración de unos 650 millones de dólares ligados directamente a este programa de despidos y cambios internos.
De esa cantidad, unos 250 millones se reconocerán contablemente en el ejercicio fiscal actual. El resto se irá registrando a medida que avance el calendario de recortes durante los próximos años. Estos costes incluyen indemnizaciones, cierre o reducción de centros y otros gastos asociados a reorganizar equipos y procesos.
La oleada de despidos en HP vuelve a poner sobre la mesa una pregunta incómoda: ¿qué pasa con el empleo cuando la inteligencia artificial entra con fuerza en las grandes tecnológicas? El caso de la compañía sirve como ejemplo claro de cómo la automatización puede chocar con la estabilidad laboral.
HP insiste en que la IA va a poder abrir nuevas oportunidades y crear funciones distintas, pero a corto plazo el efecto visible es la eliminación de miles de puestos de trabajo. Al mismo tiempo, se refuerza la idea de que los perfiles con menos formación en tecnologías emergentes, especialmente en IA, son los más vulnerables a este tipo de reajustes.
En procesos de reestructuración como el de HP, las fuentes del sector suelen señalar un patrón que se repite. Los perfiles menos alineados con competencias de inteligencia artificial o con conocimientos tecnológicos avanzados tienden a ser los primeros en verse afectados cuando la empresa reorganiza equipos.
Esto no quiere decir que todo trabajo “no técnico” vaya a desaparecer, pero sí que las tareas puramente rutinarias, administrativas o muy repetitivas se convierten en candidatas claras a la automatización. Quienes no adaptan sus habilidades hacia la IA, el análisis de datos o la gestión de sistemas digitales quedan en una posición mucho más frágil en una compañía que se redefine alrededor de la tecnología.
Un aspecto que genera mucha inquietud es cómo se van a repartir geográficamente estos recortes. HP, por ahora, no ha detallado qué regiones asumirán un mayor peso en los despidos ni qué países quedarán menos afectados. La revolución de la IA en HP se diseña desde la cúpula, pero su impacto local aún está lleno de interrogantes.
En el caso concreto de España, la compañía cuenta con alrededor de 2.600 empleados. No se ha hecho público qué parte de la plantilla española podría estar en riesgo dentro del recorte global de entre 4.000 y 6.000 trabajadores.
Fuentes del sector apuntan que el nivel de especialización en tecnologías emergentes, y muy en particular en inteligencia artificial, será un factor clave para determinar el grado de afectación en España. Es decir, cuanto más cerca esté un equipo de los proyectos de IA de HP, más opciones tendrá de mantenerse o incluso crecer.
Por el contrario, los perfiles menos ligados a estas nuevas competencias suelen estar más expuestos en este tipo de procesos. Si trabajas en un área con pocas tareas digitales o con un fuerte componente manual y repetitivo, el riesgo aumenta cuando una empresa orienta su estrategia a la automatización y al uso intensivo de datos.
La situación financiera de HP ayuda a entender por qué la compañía está presionando tanto con la IA y los ajustes laborales. Los resultados recientes muestran una empresa que todavía logra aumentar ingresos, pero que al mismo tiempo sufre tensiones internas y externas que complican su camino.

Por un lado, la inversión en inteligencia artificial y el propio coste de la reestructuración pesan sobre las cuentas a corto plazo. Por otro, la competencia en el sector del hardware y los cambios en la demanda de PCs añaden presión, justo cuando HP intenta vender más equipos con capacidades de IA para sus clientes y para su propia plantilla.
El mercado no ha recibido el anuncio del plan de reestructuración como un golpe de confianza inmediato. Tras comunicar los despidos y el ajuste ligado a la inteligencia artificial en HP, las acciones de la compañía cayeron alrededor de un 3% en bolsa.
Esta caída de un solo día se suma a una tendencia bajista que la empresa arrastra desde principios de año. Es decir, los inversores parecen ver con buenos ojos el intento de ahorrar costes y apostar por la IA, pero al mismo tiempo muestran dudas sobre la capacidad de HP para ejecutar el plan en un entorno tan competitivo y volátil.
A todo esto se suma un problema muy específico, pero con impacto directo en el negocio: el precio de la memoria RAM. HP se enfrenta a un aumento acelerado del coste de este componente, que puede llegar a representar hasta el 18% del coste total de fabricación de un PC.
Este encarecimiento de la RAM presiona los márgenes de la compañía, sobre todo en los modelos más ajustados de precio. Justo cuando la empresa intenta impulsar PCs con capacidades de inteligencia artificial, ve cómo uno de los componentes clave de esos equipos se encarece de forma significativa.
Para responder a esta subida de costes, HP está valorando varias opciones que afectan de lleno a sus productos. Una de ellas es rediseñar algunos modelos con menos memoria RAM, de modo que el coste de fabricación sea menor y los márgenes no sufran tanto.
Otra posibilidad que la empresa estudia es subir precios en ciertos segmentos para compensar el incremento del coste de los componentes. Esto podría traducirse en PCs algo más caros para el usuario final, especialmente en aquellos modelos donde la reducción de RAM no sea viable sin comprometer demasiado el rendimiento.
El caso de HP no es aislado, sino parte de una racha de recortes laborales en la industria tecnológica estadounidense que coincide con un momento de fuerte inversión en IA generativa y automatización. Muchas compañías parecen estar entrando en una fase donde la prioridad ya no es solo crecer, sino mejorar márgenes y ajustar estructuras.

Amazon, Meta o Apple han anunciado en los últimos meses movimientos similares, cada uno con su matiz, pero todos ligados a reorganizar equipos, recortar costes y reorientar recursos hacia áreas donde la inteligencia artificial y los sistemas automatizados tienen más peso estratégico.
Si lo miras con algo de distancia, la revolución de la IA en HP encaja con estos otros ejemplos recientes:
Estos casos reflejan una tendencia compartida: las grandes empresas tecnológicas ajustan plantilla, especialmente en áreas menos alineadas con IA, automatización y nuevos modelos de negocio digitales, mientras redirigen inversiones hacia proyectos que consideran más estratégicos.
El conjunto de estos movimientos en HP y en otras compañías apunta a una especie de nueva fase de “maduración” del sector tecnológico. Ya no se trata solo de crecer a cualquier precio, sino de combinar crecimiento con rentabilidad y foco en tecnologías como la inteligencia artificial.
En esta etapa, la presión por mejorar márgenes, la competencia para liderar sistemas de IA y la volatilidad macroeconómica llevan a replantear estructuras laborales. Las empresas revisan sus organigramas, cierran o fusionan equipos y priorizan los proyectos donde la IA aporta más valor medible.
En paralelo a los despidos, las compañías tecnológicas también están revisando a fondo sus procesos internos para adaptarse a la nueva realidad marcada por la IA y la automatización. En el caso de HP, esto se traduce en integrar herramientas inteligentes en flujos de trabajo que antes eran manuales y en reorganizar la forma en que se toman decisiones.
La inteligencia artificial en HP se presenta como una especie de columna vertebral que conecta departamentos y permite trabajar con más datos y menos tareas repetitivas. Al mismo tiempo, la empresa se enfrenta al reto de mantener la motivación de las personas que siguen dentro, explicar los cambios de forma clara y formar a sus equipos en las nuevas herramientas.
Para quienes trabajan en tecnología, el mensaje es relevante: mientras más cerca estás de la IA y las nuevas competencias digitales, más opciones tendrás de encajar en esta nueva etapa.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.