Si usas WhatsApp a diario y te interesan los chatbots de IA, lo que está pasando con Meta te afecta más de lo que parece. La Unión Europea ha puesto la lupa sobre una decisión que cambia quién ofrecer asistentes inteligentes dentro de la app, y de qué forma hablar con ellos. Todo gira en torno a una política nueva, una investigación antimonopolio muy seria y un posible bloqueo a parte de la competencia.
La clave del conflicto está en un cambio de reglas que WhatsApp hizo en octubre sobre su API de negocio, que es la herramienta que usan empresas y desarrolladores para conectar sus servicios con la app. A partir de ese momento, Meta decidió que en WhatsApp solo iba a estar disponible su propio chatbot, Meta AI, para el uso directo por parte de los usuarios, cerrando la puerta a los grandes bots de propósito general.

Según esas nuevas condiciones, la API de negocio de WhatsApp deja de aceptar chatbots de IA generales que se parezcan a ChatGPT. Esto significa que servicios de empresas como OpenAI, Perplexity o Poke dejan de poder ofrecer sus bots de manera oficial dentro de la plataforma, aunque la tecnología siga existiendo fuera de ella. La propia compañía adelantó que esta política tendrá efecto a partir de enero, con lo que muchas integraciones que estaban en marcha tendrán que adaptarse o desaparecer.
WhatsApp ha explicado que su decisión de bloquear chatbots de propósito general tiene una motivación técnica y de diseño del servicio. La empresa argumenta que su Business API no está pensada como una plataforma para distribuir bots generales a millones de usuarios, sino como una herramienta de comunicación directa entre empresas y clientes.
Un portavoz de WhatsApp ha llegado a decir que la llegada de chatbots de IA de propósito general a su API crea una carga sobre sus sistemas que estos no estaban preparados para soportar. Con esta idea, la compañía intenta dejar claro que el problema no es solo de competencia o de negocio, sino también de mantener el servicio estable y predecible para empresas y usuarios finales.
La política nueva diferencia de forma clara entre dos tipos de servicios: los chatbots de IA de propósito general y los bots centrados en atención al cliente. El primer grupo es el que se ve golpeado, sobre todo aquellos que buscan ser un asistente para casi cualquier tema, desde redacción de textos hasta explicación de conceptos, como hace ChatGPT.
También te puede interesar:WhatsApp se vuelve más inteligente: Interactua con comandos de voz con Meta AIEn ese grupo se encuentran empresas como OpenAI, Perplexity o Poke, que estaban empezando a explorar integraciones con WhatsApp usando la API de negocio. Con el bloqueo que entra en vigor en enero, estas compañías ya no van a poder usar esa vía para ofrecer sus chatbots directamente dentro de los chats de la aplicación. Sus productos seguirán existiendo en otras apps, en la web y en otros canales que no pasan por la plataforma de Meta.
La redacción de la nueva política de WhatsApp deja poco espacio a la duda. Los chatbots de propósito general, especialmente los comparables a ChatGPT, quedan expresamente prohibidos como servicios distribuidos mediante la API de negocio. Es decir, una empresa no va a poder crear un “ChatGPT dentro de WhatsApp” usando esa interfaz oficial.
Si una compañía quiere ofrecer dentro de la app un asistente que responda sobre cualquier tema, converse libremente y haga tareas variadas, necesitará otra vía que no pase por la API de negocio, algo que ahora mismo está muy limitado. Al mismo tiempo, el servicio Meta AI de la propia empresa seguirá siendo accesible para los usuarios de WhatsApp, lo que ha encendido todas las alarmas en Bruselas en cuanto a competencia.
A pesar del bloqueo a los chatbots de propósito general, WhatsApp deja claro que no cierra la puerta a todo uso de inteligencia artificial. Un punto esencial es que la prohibición no se aplica a las empresas que usan IA para atención al cliente dentro de WhatsApp, siempre que el bot esté vinculado a un negocio concreto y a casos de uso limitados.
Esto significa que un comercio online, una aerolínea o una tienda física pueden seguir usando un bot basado en IA para contestar dudas sobre pedidos, reservas o horarios. Siempre que ese sistema de IA se centre en dar soporte específico al cliente de esa marca, la API de negocio de WhatsApp seguirá disponible y sin restricciones adicionales.
Para aterrizarlo, imagina que compras en una tienda de ropa que tiene un bot en WhatsApp. Ese asistente puede usar IA para responder cuándo llegará tu paquete, cambiar una talla o gestionar una devolución. Ese tipo de bot de soporte entra dentro del uso permitido y no se ve afectado por la nueva regulación de Meta.
También te puede interesar:WhatsApp Crea Resúmenes Automáticos con IA y Promete Proteger la Privacidad de los ChatsTambién vas a poder chatear con sistemas de IA que trabajen como recepcionistas virtuales, asistentes de reservas de restaurantes o informadores de servicios públicos, siempre que su función sea la atención directa al cliente de una empresa concreta. Lo que no estará permitido es que ese mismo bot se convierta en un “ChatGPT dentro de WhatsApp” listo para hablar de cualquier cosa con cualquier usuario.
Ante este cambio, la Comisión Europea anuncia que abre una investigación antimonopolio para estudiar si la nueva política de Meta en WhatsApp vulnera las normas de competencia de la Unión Europea. La gran preocupación es que la decisión de bloquear chatbots de terceros, mientras se mantiene Meta AI dentro de la app, pueda suponer un abuso de posición dominante en un mercado en expansión.

Bruselas teme que los proveedores de IA externos vean cerrado uno de los canales más importantes para llegar a los usuarios del Espacio Económico Europeo. Al mismo tiempo, el propio asistente de Meta quedaría bien colocado dentro de la aplicación de mensajería más usada, lo que podría distorsionar la competencia entre diferentes servicios de inteligencia artificial.
La Comisión Europea ha explicado que los mercados de IA están creciendo con rapidez tanto en Europa como en el resto del mundo. En este contexto, considera esencial que ciudadanos y empresas europeas puedan aprovechar al máximo la llamada revolución tecnológica de la inteligencia artificial, accediendo a opciones variadas y no solo a la propuesta de un único gigante digital.
Desde Bruselas también se insiste en que hay que actuar cuando una plataforma digital con un papel central, como es WhatsApp, pueda usar su poder para expulsar o dificultar la entrada de competidores innovadores. La gran duda es si el bloqueo de chatbots de IA externos es una decisión puramente técnica y de diseño o si, en realidad, sirve para reforzar el papel de Meta AI frente a otras alternativas.
En esta investigación destaca la figura de Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea para Transición Limpia, Justa y Competitiva. Ella ha señalado públicamente que se está analizando si la nueva política de Meta en WhatsApp podría ser ilegal según las normas de competencia de la Unión Europea, algo que no se toma a la ligera.
Ribera también ha remarcado que la institución estudia si tiene que actuar con rapidez para evitar un daño que luego sea imposible de reparar en el mercado de la IA. Si los competidores de Meta quedan fuera de WhatsApp durante un tiempo clave de crecimiento del sector, el efecto sobre la competencia podría ser muy difícil de revertir, incluso aunque más adelante se cambien las reglas.
Si la Comisión Europea concluye que Meta ha infringido las normas antimonopolio de la Unión, las consecuencias pueden ser muy duras. Una de las sanciones más habituales en este tipo de casos es una multa de hasta el 10% de la facturación anual global de la empresa, lo que supone miles de millones de euros para un grupo del tamaño de Meta.
Además de esa posible sanción económica, la Comisión podría imponer medidas adicionales para corregir el problema de competencia. Esas medidas podrían obligar a Meta a modificar de nuevo la política de WhatsApp, abrir de manera controlada la plataforma a otros chatbots de IA o cumplir ciertas condiciones técnicas y comerciales que eviten el cierre del mercado a rivales. Todo dependerá de lo que se concluya al final de la investigación.
Desde el lado de la empresa, WhatsApp rechaza frontalmente la acusación de la Unión Europea. La compañía ha calificado las quejas de Bruselas como “infundadas” o “sin base”, dejando claro que no comparte la idea de que su cambio de política dañe a la competencia o limite la innovación en inteligencia artificial.
Para Meta, la realidad del sector es justo la contraria: sostiene que el mercado de la IA es muy competitivo, con muchos actores grandes y pequeños luchando por ganar usuarios. En ese contexto, WhatsApp argumenta que sus reglas sobre la API de negocio no impiden a las personas acceder a los chatbots de empresas rivales, porque esos servicios siguen estando disponibles por muchas otras vías fuera de la app.
Un punto que WhatsApp repite es que tú, como usuario, vas a poder seguir usando los servicios de IA que quieras, aunque no estén integrados en la app. Según la empresa, puedes acceder a chatbots de terceros a través de varios canales distintos que no dependen de la plataforma de mensajería.
Entre esos canales cita las tiendas de aplicaciones para instalar apps dedicadas, los motores de búsqueda para entrar en versiones web, los servicios de correo electrónico, las integraciones fruto de acuerdos de colaboración empresariales y los propios sistemas operativos de tu móvil o tu ordenador. La discusión clave sigue ahí: una cosa es poder usar esos bots desde otros sitios y otra distinta es poder hablar con ellos directamente dentro de WhatsApp.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
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