IA Abre Oportunidades que Pocos Aprovechan: Silvia Leal Señala el Paso Para no Perder Terreno

Entre 2025 y 2030, el Foro Económico Mundial calcula que desaparecerán 92 millones de empleos en todo el planeta, pero al mismo tiempo nacerán 170 millones de puestos nuevos. La inteligencia artificial está en el centro de ese cambio y, te guste o no, va a cruzarse con tu trabajo.

Los datos del Informe sobre el Futuro del Empleo 2025 indican que el saldo neto será positivo, con 78 millones de empleos más. Ese “balance global” no consuela a quien ve su puesto en peligro. Lo que marca la diferencia es si sabes usar la IA como aliada para ganar valor o si te quedas en tareas que una máquina puede hacer mejor y más barato.

Según ese mismo informe, el 41% de los empleadores prevé reducir plantilla a medida que se automaticen las tareas repetitivas. Hablamos de trabajos basados en procesos muy predecibles, como introducir datos a mano, revisar documentos estándar o responder siempre las mismas consultas básicas. Son funciones fáciles de programar y, por tanto, fáciles de reemplazar con sistemas inteligentes cada vez más baratos.

El cuadro cambia cuando miras la otra cara. El Foro Económico Mundial también recoge que el 77% de las empresas quiere formar a su personal en inteligencia artificial y herramientas digitales. No solo buscan recortar, también quieren reciclar perfiles, porque entienden que quien conoce el negocio y aprende a trabajar con IA vale oro para los próximos años.

En paralelo, el informe Habilidades del Futuro de Banco Santander, con más de 15.000 encuestas en 15 países de Europa y América, confirma que tú no eres el único que se hace preguntas. Ocho de cada diez personas sienten la urgencia de seguir formándose de manera continua y el 70% está convencido de que surgirán profesiones completamente nuevas gracias a la inteligencia artificial y la digitalización.

Todavía más claro: el 61% de quienes respondieron a ese estudio cree que la inteligencia artificial y la ciencia de datos serán las áreas con mayor crecimiento profesional en los próximos cinco años. No están pensando solo en programadores, sino en todo tipo de perfiles capaces de entender qué hace la IA, cómo encaja en su sector y cómo puede mejorar el día a día en la empresa.

Los primeros en notar el impacto están siendo los trabajos muy rutinarios, en fábricas, oficinas o servicios de atención al cliente donde casi todo se puede convertir en un flujo automático. Automatizar esas piezas ahorra tiempo y coste, y muchos empleadores ya lo están haciendo. La trampa está en pensar que solo hay pérdida, porque mientras desaparecen ciertas funciones, nacen otras que hace diez años sonaban casi a ciencia ficción.

Hoy ya están creciendo roles como entrenadores de modelos de lenguaje, responsables de ética aplicada a IA, analistas de datos en tiempo real o diseñadores de experiencias digitales interactivas. En todos estos casos, la inteligencia artificial no va sola: necesita personas que marquen objetivos, definan límites, revisen sesgos y traduzcan resultados en decisiones útiles para el negocio.

Ahí encaja la visión de la experta en tendencias digitales Silvia Leal. Ella insiste en que la inteligencia artificial no solo automatiza tareas, también crea profesiones que antes no existían. Y lanza una idea que condensa bien lo que está pasando: “la IA no viene a reemplazarte, viene a reemplazar a quien no sepa usarla”. La frase suena dura, pero señala justo dónde está tu margen de acción.

Según Leal, para entrar en estas nuevas profesiones tecnológicas te harán falta tres pilares: educación digital, pensamiento crítico y habilidades humanas que la IA no puede copiar. Eso incluye desde interpretar información compleja y tomar decisiones en contextos ambiguos hasta coordinar equipos, negociar con otras personas o manejar conflictos con tacto y empatía.

El informe de Banco Santander va en la misma línea. Sus datos muestran que las competencias humanas —pensamiento crítico, creatividad, empatía, liderazgo y aprendizaje autónomo— son el verdadero factor diferenciador frente a la automatización. Las llamadas habilidades blandas no pueden ser replicadas por las máquinas y, por eso mismo, se vuelven clave en el futuro del empleo, incluso en puestos muy técnicos.

Si lo comparamos con la típica lista de requisitos de hace unos años, el cambio es claro. Las empresas ya no solo piden dominio de herramientas; buscan perfiles capaces de diseñar, supervisar y trabajar codo con codo con sistemas inteligentes. En las encuestas del Foro Económico Mundial, cerca del 70% de los emprendedores afirma que contratará profesionales con formación específica en inteligencia artificial, y un 62% valora mucho a quienes sepan colaborar eficazmente con esta tecnología.

Cómo usar la inteligencia artificial para mejorar tu empleabilidad entre 2025 y 2030

Los números del Barómetro Global de la IA en el Empleo 2025, elaborado por PwC, ayudan a entender por qué todo esto acelera tanto. Según ese barómetro, los sectores más expuestos a la automatización han triplicado su productividad desde 2022. También señala que los puestos más expuestos a la IA han visto evolucionar sus habilidades un 66% más rápido que el resto, lo que indica una actualización continua casi obligatoria.

Según Habilidades del Futuro, el 44% de los profesionales identifica el coste económico como el principal obstáculo para seguir formándose y el 31% señala la falta de tiempo. Son dos frenos muy concretos, que explican por qué muchas personas saben que tienen que aprender, pero van posponiendo el momento.

Se están abriendo alternativas para esquivar estos bloqueos. Plataformas accesibles y dinámicas, como GPTZone Academy, ofrecen formación para aprender cómo funciona la inteligencia artificial y cómo aplicarla al trabajo para mejorar la productividad. Aquí el punto clave es que ya no tienes que hacer un máster caro y largo para empezar; puedes ir sumando módulos cortos que enca­jen con tu agenda.

En ese nuevo modelo, el aprendizaje continuo deja de ser un “extra” y pasa a convertirse en un requisito de supervivencia profesional. Iniciativas así, ilustran este paradigma: aprendizaje accesible, práctico, continuo, sin coste directo para ti y centrado en casos reales donde aplicas la IA a tu trabajo diario, tanto si estás en marketing, finanzas, recursos humanos como en logística.

Ejemplos prácticos de inteligencia artificial como aliada en la búsqueda de empleo

La inteligencia artificial no solo cambia lo que haces en tu puesto; también está transformando cómo encuentras trabajo. Redes sociales profesionales como LinkedIn ya usan algoritmos de IA para analizar tu perfil, tus conexiones y tu historial laboral y, a partir de ahí, identificar ofertas laborales alineadas contigo y destacar tus competencias más relevantes frente a los reclutadores.

A eso se suman herramientas específicas para el momento crítico del currículum. Soluciones como CV Builder de Universia permiten elaborar y editar en segundos tu CV y tus cartas de motivación, adaptando el contenido a cada oferta concreta. Así vas a poder presentar versiones distintas según el tipo de empresa o el país, sin tener que empezar desde cero cada vez que te inscribes en un proceso.

También están apareciendo plataformas que usan inteligencia artificial para hacer simulaciones de entrevistas con retroalimentación automatizada. Te lanzan preguntas típicas de selección, analizan tu respuesta, miden si se entiende bien lo que dices, si mantienes un tono seguro y si cubres los puntos clave. Después te ofrecen un informe con fallos habituales y sugerencias muy concretas para mejorar tu desempeño.

Muchas de estas herramientas con IA ofrecen análisis detallados del rendimiento del candidato, consejos personalizados para reforzar el perfil y recomendaciones sobre qué habilidades desarrollar a corto plazo. El resultado es que agilizas la búsqueda de empleo, te preparas mejor para las entrevistas y usas los datos para decidir qué cursos te conviene priorizar, en vez de ir probando al azar sin una guía clara.

El conocimiento de las tecnologías más punteras se está convirtiendo ya en un filtro de entrada. No se trata de saber programar redes neuronales desde cero, sino de entender lo suficiente para sacar partido a los asistentes de IA, a los sistemas de análisis de datos o a las herramientas de automatización que tu empresa vaya incorporando. Si tú las dominas antes que otros compañeros, tu empleabilidad se dispara.

La tecnología, así, actúa a la vez como motor de crecimiento y como filtro. Quienes se adaptan y aprenden a usar la inteligencia artificial como aliada multiplican su capacidad de aportar valor. Quienes deciden ignorarla corren el riesgo de quedarse rezagados en un mercado donde las tareas básicas cada vez tienen menos peso y se paga mejor la combinación de criterio humano y dominio de estas soluciones.

Por último, la gran pregunta del futuro del empleo ya no es qué hará la tecnología con tu trabajo, sino cómo vas a usar tú la inteligencia artificial para mejorar tu productividad y tu carrera. La responsabilidad de decidir cómo aprovecharla recae en cada profesional. Si pones el foco en educación digital, pensamiento crítico y habilidades humanas, vas a poder convertir a la IA en esa aliada que te empuja hacia los nuevos empleos, en lugar de en la excusa que un día deje tu silla vacía.