En el podcast Cheeky Pint, Satya Nadella, CEO de Microsoft, reveló cuál es el mecanismo que, según él, separa a las compañías que “juegan” con la IA de las que la vuelven una herramienta real. La clave no es admirar soluciones externas: es construir una “fábrica de IA” propia, con datos listos para alimentar cada modelo.
Ahora bien: Nadella fue categórico en el principal reto técnico. No empieza en el chatbot. Empieza en la capa de datos. Y ahí aparece una pieza central: el “grafo” (mapa de relaciones) que subyace a correos, documentos y llamadas de Teams. Esa estructura, dice, puede convertirse en la base de la IA corporativa.

Para Nadella, la característica esencial de la IA empresarial es que todos los datos relevantes estén disponibles en cualquier momento para su utilización.
Además, el ejecutivo subraya algo que suena contraintuitivo: aunque los datos de una empresa parezcan desordenados, casi siempre están atados a eventos de negocio. Una venta, una incidencia, una negociación, un proyecto que cambia de dueño. Esos “hilos” permiten ordenarlos para que la IA no adivine: conecte.
La fábrica de IA se parece menos a un robot y más a una casa con instalación eléctrica.
Si cada habitación tiene cables sueltos y llaves sin etiqueta, prender una luz es un acto de fe. Con la IA pasa igual. El “grafo” funciona como el plano del cableado: no crea energía, pero indica qué conecta con qué. Y cuando ese plano existe, un asistente como Copilot puede moverse con contexto, en lugar de responder con generalidades.
También te puede interesar:El Éxito de la IA en Microsoft Tiene un Ganador Indiscutible: Satya Nadella y su Bono de 96,5 Millones de DólaresPor eso, Satya Nadella insiste en que la mayoría de las compañías todavía no logra integrar todo su contexto corporativo dentro de una única aplicación de IA. Hay datos en silos, permisos inconsistentes y decisiones que se toman con media información. El resultado es una IA potente, pero desnutrida.
Microsoft sostiene que el cambio en las suites de productividad avanza a una velocidad inédita, incluso para la historia de Office. Pero ese ritmo no elimina la condición básica: gobernanza de datos (reglas de uso), confidencialidad (protección de acceso) y cumplimiento normativo (respeto de leyes) como requisitos de entrada.
En ese sentido, Nadella remarca que Copilot incorpora prácticas específicas de seguridad y cumplimiento para proteger la información de las organizaciones. No como “capa decorativa”, sino como engranaje central: si el sistema no puede garantizar quién ve qué, la IA queda encerrada en un cuarto sin llaves.
Luego aparece la otra batalla: la infraestructura. Al comparar la inversión actual con la burbuja .com, Nadella marca una diferencia contundente. En los 2000 se construyó infraestructura que quedó infrautilizada, como la fibra óptica oscura. Hoy, asegura, el problema es el opuesto: “todo lo que tenemos está vendido”.
Eso empuja a aumentar la oferta de cómputo para responder a una demanda real. Pero construir esa “flota” global, capaz de soportar distintas cargas de trabajo de IA, exige negociar permisos, energía y regulaciones. Y está condicionada por la soberanía de los datos (dónde deben residir por ley o política).
En la vida cotidiana de una empresa, esta estrategia busca algo simple: que la información correcta aparezca cuando hace falta, sin cacerías eternas en carpetas o chats. Y abre una oportunidad extra: el “comercio agéntico” (compras mediadas por asistentes), donde un agente conversacional integra catálogo y compra en una sola conversación.

Según Nadella, la clave es que cada empresa exponga su catálogo con interfaces de lenguaje natural (búsqueda, hablando o escribiendo). Todavía son los primeros días, advierte, pero la experiencia ya muestra impacto y anticipa competencia fuerte con actores como ChatGPT, Google y Meta.
Si la IA va a ser la nueva electricidad de oficina, el plan de Nadella se resume en una idea clara: antes de comprar lámparas más inteligentes, hay que ordenar el tablero y etiquetar los interruptores.

Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.