La Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la UBA estrenó en el segundo cuatrimestre de 2025 un proyecto de chatbots personalizados por cátedra, entrenados con contenidos propios y pensados para acompañar tu estudio fuera del aula. El plan piloto cubre 20 asignaturas de ocho departamentos —Administración, Contabilidad, Derecho, Economía, Humanidades, Matemática, Sistemas y Tributación— con más de 3.000 estudiantes y 300 docentes implicados.
Los chatbots personalizados responden dudas, explican conceptos, corrigen errores, guían al alumnado, hacen simulaciones y plantean evaluaciones usando solo el material de cada materia. La evaluación formal llegará al cierre del cuatrimestre.
El diseño es obra de un equipo interdisciplinar de las secretarías Académica, de Investigación y de Sistemas. La IA generativa se plantea como un “acompañante cognitivo” para que tú pienses mejor, comuniques mejor y aprendas con más contexto. La intención no es solo ganar eficiencia, sino acompañarte cuando el profesor no está disponible, sobre todo en vísperas de examen. Y hay una diferencia importante frente a los servicios generalistas.
Cada cátedra tiene su propio asistente exclusivo, entrenado solo con su bibliografía, guías y casos. El equipo técnico prepara los datos con criterios de limpieza y estructura para asegurar una base sólida. Las respuestas se generan a partir de contenidos validados por los docentes, lo que minimiza las “alucinaciones”. El bot evoluciona con tus preguntas reales.
El uso en clase ya cambió la dinámica. En Administración Tributaria se exige trabajar con el asistente y luego comparar en clase lo que generó cada grupo. El chatbot personalizado no siempre responde igual a la misma pregunta y eso se aprovecha para analizar variaciones, precisión y enfoques.
La intención es que puedas preguntar por definiciones, conexiones entre temas y pasos de un método, y recibir una explicación basada en la bibliografía de tu cátedra. También puedes simular escenarios, practicar un caso y pedir evaluación formativa. Los chatbots personalizados están entrando en trabajos prácticos con IA: desde prototipos de apps hasta ensayos sobre el uso de ChatGPT, Gemini o Deepseek con criterios críticos.
También te puede interesar:Un Virus Artificial Creado por IA Desafía a la Ciencia y Puede Acabar con Bacterias ResistentesAlgunas materias integran debates y resolución de casos reales con herramientas de IA como parte del proceso formativo. El objetivo es que investigues y leas más, no menos, usando el bot como guía. En paralelo, hay aplicaciones para tu futuro profesional: optimizar tu perfil de LinkedIn, ajustar tu CV y planificar trayectorias laborales con ejemplos y recomendaciones contextualizadas.
Para sostener el cambio, la FCE diseñó formación específica para equipos docentes. Aprenden a integrar la IA generativa con criterio pedagógico, a definir límites y a crear consignas que pidan análisis, no copia. Nadie plantea sustituir la figura del profesor: el asistente oficial complementa, abre un canal continuo de consulta y mejora el flujo comunicativo. En la práctica, sube la confianza y tú te animas a preguntar lo que antes callabas.
La calidad se mide antes de abrir cada bot. El testeo combina cuatro pruebas: pedagógica (claridad y tono), conceptual (detección y corrección de errores), factual (ajuste estricto a los materiales) y de robustez (manejo de preguntas fuera del temario). Los resultados preliminares de este cuatrimestre muestran alta fidelidad al material y menos respuestas desviadas. Con todo, siguen puliendo el prompt para hacer las réplicas más útiles.
La clave está en la fuente. El asistente solo bebe de contenidos validados por la cátedra, así que no mezcla bibliografía ajena ni inventa referencias. Por eso, los chatbots personalizados generan confianza y sentido de pertenencia entre los alumnos: usas un “asistente oficial” con el mismo marco teórico que se trabaja en clase. Si una respuesta flojea, el diseño contempla revisión y ajustes rápidos.
El impacto no es solo técnico, también emocional. Puedes preguntar de forma más relajada, sin miedo al juicio del grupo, y eso dispara la participación. Muchos estudiantes cuentan que encuentran la definición precisa que necesitaban y que, a partir de ahí, conectan teoría y práctica con más soltura. Los chatbots personalizados responden al instante y, al estar anclados al material, dan seguridad en momentos clave.
El proyecto está en fase inicial y se evaluará formalmente al finalizar el periodo actual. Con los datos de uso y las pruebas, el equipo ya introdujo cambios, como la optimización del prompting para encajar mejor el tono docente y el tipo de tareas. El diseño es evolutivo: se ajusta a lo que piden profesores y estudiantes y aprende de las preguntas que recibe cada semana.
También te puede interesar:Ley de Seguridad en IA en California Prueba que la Regulación e Innovación es Posible¿Qué viene ahora? La siguiente fase busca sumar nuevas materias, incorporar más docentes y entrenar asistentes para ampliar ámbitos de aplicación. Si ves que tu cátedra anuncia materiales normalizados para el bot y pautas de consulta, prepárate para más actividades con IA. Los chatbots personalizados podrían cubrir más departamentos en 2026 si la evaluación al cierre de 2025 confirma los resultados positivos.
Para ti, el valor está en estudiar con un “acompañante cognitivo” que conoce tu programa, está disponible 7x24 y evita respuestas fuera de foco. Y para la FCE, el modelo mezcla rigor académico y tecnología con una premisa simple: poner la IA al servicio del aprendizaje. La señal a vigilar es la expansión a nuevas cátedras y cómo evolucionan las pruebas de robustez en el próximo cuatrimestre.
Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.