La promesa de Anthropic ya está en marcha y afecta a cómo programas hoy. En una charla reciente, Dario Amodei ha dicho que, dentro de su empresa, la IA escribe el 90% del código. Entonces fue ambicioso y deslizó que, en tres meses, casi todo podría generarse con modelos. Hoy asegura que ese listón ya lo han cruzado en Anthropic, pero la historia no acaba aquí.

En conversación con Marc Benioff, CEO de Salesforce, Amodei sostuvo que en su compañía la IA escribe el 90% del código. Benioff le recordó que él mismo ligó ese avance a despidos. Aquí llega el matiz: ahora Amodei defiende que no se reduce plantilla, y abre la puerta a necesitar el mismo número de ingenieros o incluso más. Surge la pregunta que a ti te importa: cómo se sostiene esa cuenta.
La clave está en el trabajo humano que no desaparece. Según Amodei, la idea es centrarte en tres frentes: escribir el 10% más difícil del software, editar lo que generan los modelos y supervisar grupos de modelos que colaboran. Con todo, ese reparto cambia el día a día y exige nuevas rutinas de revisión, pruebas y control de calidad. El objetivo es que el ciclo sea más rápido.
El CEO afirma que el resultado es productividad diez veces mayor, porque lo que mejor hace la IA lo ejecuta sin descanso y a escala. Los demás, mientras, se encargan de orquestar, corregir y decidir. Cuando la IA escribe el 90% del código, el cuello de botella pasa a ser el 10% restante, que concentra riesgos técnicos, deuda y decisiones de arquitectura. Y ahí emerge el nuevo valor del ingeniero.
Queda por resolver el calendario para ese 10%. Amodei ha modificado su predicción: ahora habla de dos a cinco años para automatizar completamente ese trozo difícil. En marzo de 2024 prometió seis meses para llegar al 90% y, como “peor” escenario, lo veía factible entonces. Hoy, tras alcanzarlo en Anthropic, asume que el último tramo es más áspero y lento.
La ventana que da Amodei es de dos a cinco años para pasar del 90% actual al 95–100% en los mejores equipos. Ese margen encaja con la dificultad del 10% que falta, donde domina la lógica de negocio sutil, la integración con sistemas viejos y los requisitos no funcionales. Aquí, que la IA escribe el 90% del código no basta: el detalle fino manda y un error cuesta mucho.
También te puede interesar:El Próximo Modelo de Anthropic podría anunciarse en las próximas semanasSi trabajas en producto o plataforma, vas a poder notar señales antes de ese 100%. No todas serán evidentes, porque muchas mejoras llegarán “por debajo” del IDE y de las pipelines. Fíjate en tres pistas prácticas que ya asoman y que, si se intensifican, confirman la dirección:
Tu foco se moverá a seleccionar prompts y herramientas, validar la arquitectura y gobernar riesgos. La edición seguirá siendo clave: nombrar variables, aclarar contratos, afinar la latencia y el coste. También tendrás que auditar modelos, medir sesgos, y decidir cuándo un “atajo” generado compensa o rompe estándares. Ese 10% se parece menos a programar y más a dirigir software.
En cualquier caso, la afirmación de que la IA escribe el 90% del código no implica que sobren manos. Implica que cambian las manos que tocan qué parte. Amodei confía en la adaptación de las personas y en que el empleo se mueva hacia edición, diseño y supervisión. Si se acelera hacia el 95–100%, prepárate para rotaciones rápidas de rol, más control de calidad automatizado y auditorías continuas de modelos.
La foto que deja Anthropic es clara: la IA escribe el 90% del código y el resto se concentra en el tramo difícil, con humanos al mando. El próximo hito a vigilar está entre 2026 y 2029, si ese 10% empieza a caer. Hasta entonces, el valor pasa por saber qué pedir a los modelos, cómo revisar su salida y dónde marcar límites. El equilibrio puede darte más impacto con el mismo equipo.
También te puede interesar:Anthropic lanza un plan de Claude para colegios y universidades
Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.