OpenAI está llamando a la puerta de muchas empresas con una propuesta, añadir un botón de “Iniciar sesión con ChatGPT” en sus servicios web y apps. La idea promete comodidad y menos fricción, y puede cambiar quién paga la cuenta de la inteligencia artificial.
La compañía quiere que, cuando tú entres en un servicio externo con tu cuenta de ChatGPT, ese servicio pueda usar tu propia suscripción para hacer consultas a los modelos. Hoy lo normal es que la empresa pague cada llamada a la API, pero aquí el gasto se mueve hacia el usuario final. Ese giro no es menor y abre un nuevo juego de incentivos.
Desde mayo de 2025, OpenAI está midiendo interés con un formulario comercial para desarrolladores y equipos de producto. No hay fecha de lanzamiento ni lista pública de socios. Entre bastidores ya prueba piezas del sistema en Codex CLI, donde ofrece créditos de 5 a 50 dólares según el tipo de cuenta, una señal de que la infraestructura está en marcha.
¿Qué cambia para ti con Iniciar sesión con ChatGPT? Si conectas tu cuenta en una app de terceros, ese servicio podría “tirar” de tu plan de ChatGPT como si fuese una cartera digital. Vas a poder usar funciones de IA en varios sitios con una sola identidad, y la empresa reduce su factura de backend. La trampa está en qué control tienes tú sobre ese consumo y cómo se reparte el coste real.
Para las empresas, el incentivo es claro: si el consumo recae en la suscripción del usuario, el coste de infraestructura baja. Para OpenAI, el movimiento consolida su papel como intermediario que controla acceso, identidad y monetización. Con más de 800 millones de usuarios activos semanales, la escala convierte el botón de Iniciar sesión con ChatGPT en una palanca potente de distribución.
La pieza encaja con otros pasos recientes: integración directa de apps como Spotify, Zillow y Canva dentro de ChatGPT, y el lanzamiento de AgentKit para crear agentes. El plan apunta a una “super-app” donde ChatGPT sea tu única capa de autenticación, identidad y pago para IA en móvil, escritorio y cliente en línea. Si sale bien, cambia cómo se compra y se usa la IA en medio Internet.
También te puede interesar:OpenAI Lanza el Modo Visión en Tiempo Real y Compartir Pantalla en EuropaEl flujo es sencillo: enlazas tu cuenta en la app externa, das permiso y la app realiza peticiones a los modelos usando tu “capacidad” de suscriptor. Si lo comparamos con la app móvil de ChatGPT, la diferencia es que aquí el consumo sucede fuera, pero se descuenta de tu mismo plan. Quedan preguntas: límites por servicio, visibilidad del gasto y controles para cortar el uso.
Hay beneficios prácticos. Vas a poder saltarte registros largos, usar tu identidad conocida y acceder a modelos actualizados sin que la empresa replique infraestructura. Y para muchos servicios pequeños, desplazar el coste al usuario puede hacer viable añadir IA sin subir precios. El equilibrio es delicado si tu suscripción se convierte en la “batería” de varios productos a la vez.
Centralizar el acceso en una sola cuenta aumenta superficie de riesgo. En febrero de 2025, un hacker afirmó haber obtenido credenciales de 20 millones de cuentas de OpenAI, y en 2023 se detectaron más de 200.000 credenciales a la venta en la dark web. Si usas Iniciar sesión con ChatGPT en varias apps, una brecha multiplica el impacto.
Juristas advierten de otro ángulo: si OpenAI media en cada uso, puede recopilar datos muy finos sobre tus hábitos, patrones de aprendizaje y ritmo de trabajo en muchas plataformas. Faltan detalles sobre retención, anonimización y opciones reales de opt‑out por servicio. Aquí es donde la letra pequeña va a marcar la diferencia para el usuario final.
El plan no nace de la nada. Sam Altman deslizó la idea ya en 2023, y todo desde entonces —ecosistema de plugins, agentes, integraciones de marcas— empuja hacia ese centro. Pero aún no sabemos cuántas empresas han aceptado, ni cuándo llegará a producción. Esa ausencia de fecha sugiere que OpenAI calibra costes, abuso y gobernanza antes de abrir la compuerta.
Si la estrategia cuaja, veremos reacción en cadena. Anthropic y Google podrían lanzar botones equivalentes y trasladar parte del gasto a tu suscripción, alterando el modo en que el sector monetiza la IA. Señales a vigilar: más apps mostrando “Iniciar sesión con ChatGPT”, cambios en términos de uso que mencionen consumo de tu plan, y paneles de control con límites por aplicación.
También te puede interesar:OpenAI une fuerzas con los Laboratorios Nacionales de EEUU para transformar la investigación científicaTambién conviene mirar el siguiente hito: ampliación de las pruebas más allá de Codex CLI y nuevos tramos de créditos promocionales por tipo de cuenta. Si aparecen dashboards con desglose por servicio y alertas de consumo —“una especie de ‘ping’ cuando te acercas al límite”—, sabrás que el despliegue masivo está cerca.
Para ti, el balance será comodidad frente a control. La promesa de Iniciar sesión con ChatGPT es usar la misma identidad y tu “cartera” de IA en muchos sitios con menos fricción. Pide transparencia: qué gasta cada app, cómo lo ves en tiempo real y qué pasa con tus datos entre capa de identidad y modelo. Ese será el verdadero valor, más allá del botón.
Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.