Una propuesta concreta vuelve a poner la inteligencia artificial frente al límite ético: crear clones digitales por IA para pacientes a punto de fallecer. El investigador Muhammad Aurangzeb Ahmad prepara un programa piloto en el hospital Harborview (EE. UU.) para levantar estos sustitutos digitales y entrenarlos con tu propia historia, para que el clon actúe en tus últimos días.

La explosión de la IA generativa explica el contexto. Millones de usuarios probaron estos modelos por su utilidad, su coste cero de entrada y su facilidad. Pasamos de escribir textos y crear imágenes a plantear usos que tocan la identidad y la voluntad personal. Aquí es donde los clones digitales por IA abren preguntas incómodas.
¿Qué ha pasado exactamente? Ahmad propone entrenar un “gemelo” con tus conversaciones previas con familiares, amistades y médicos. Ese clon digital aprendería tus preferencias y, llegado el momento, respondería en tu nombre sobre reanimación, tratamientos invasivos y despedidas. Queda por ver cómo pondera matices como el dolor, las creencias o cambios de opinión recientes.

Para evitar atajos, el plan incluye un paso exigente: usar pacientes que sobreviven para comparar lo que el clon dijo con lo que la persona eligió al final. Con ese contraste se afina el modelo y se corrigen sesgos. El objetivo declarado es acertar en dos tercios de tus preferencias (≈66,6 %), una meta ambiciosa para decisiones tan delicadas.
La metodología combina datos personales y verificación humana. Primero se recogen charlas y notas clínicas, luego el modelo genera respuestas simuladas, y después se contrasta con casos reales. En simple, el sistema intenta “predecir” lo que tú habrías dicho en cada dilema. Un 33 % de desacierto, en media, no es menor cuando hablamos de tu propia voluntad.
El propio Ahmad insiste en que la IA debe conocer “todo” cuanto antes: gustos, límites, religión, experiencias previas y miedos. Cuanta más información tengas en vida, mejor podrá aproximar tu clon digital. La vida cambia deprisa y ese retrato podría quedarse viejo si no se actualiza constantemente.
También te puede interesar:Los programadores del futuro no picarán código: su trabajo será enseñar a pensar a la IAAquí aparecen los dilemas. ¿Es correcto que una máquina asuma decisiones vitales cuando tú ya no puedes? Los clones digitales por IA prometen aliviar a las familias, pero desplazan el criterio humano hacia una herramienta que, por definición, acierta por probabilidad. La propuesta incluso prevé que el clon decida tras tu fallecimiento, lo que añade un peso simbólico y legal difícil de encajar.
Si lo comparamos con la app de voluntades anticipadas de tu comunidad, el clon tiene una ventaja: mayor contexto y flexibilidad. Y tiene una trampa: no eres tú, es un modelo que infiere. Esta idea abre un conflicto moral: una máquina decidiría tu final con un margen de error esperado. Puede ser un apoyo si se usa como consulta y no como árbitro único.
La popularidad de la IA generativa juega a favor del despliegue. Miles de millones de personas han probado chatbots y asistentes en los últimos años, lo que normaliza su presencia en la vida diaria. Pero lo cotidiano no es lo mismo que lo íntimo. Clones digitales por IA en cuidados paliativos es otro nivel de confianza y de riesgo.
Como lector y como paciente potencial, te afecta más de lo que parece. Si esta vía prospera, vas a poder dejar un “rastro” conversacional que alimente tu clon digital y, con ello, orientar decisiones médicas críticas. Nos deja dudas que pesan: la soberanía última sobre tu vida y tu muerte quizá no sea un lugar para algoritmos.
En definitiva, la promesa de los clones digitales por IA es aliviar a familias y médicos cuando tú no puedes decidir, y su riesgo es sustituir tu criterio por una predicción. Si en las próximas semanas Harborview detalla el piloto y publica su protocolo, sabremos si este experimento es un apoyo prudente o una línea roja que no conviene cruzar.
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Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.