Un nombre puede marcar una identidad para toda la vida, pero ¿qué ocurre cuando la inspiración viene del mundo de la inteligencia artificial? Una pareja de Cereté, en Colombia, eligió Chat Yipití Bastidas Guerra para su hija recién nacida. La noticia ha inflamado conversaciones en el país y fuera, dividiendo opiniones y poniendo bajo la lupa los límites de la creatividad cuando se trata de oficializar un nombre.
El caso se conoció en toda Colombia después de que el registro civil lo aceptara oficialmente, y pronto saltó a medios de comunicación internacionales. La referencia al entorno digital y a los servicios de inteligencia artificial ha convertido a la menor en un fenómeno viral.
Pero falta un detalle: este tipo de nombres, aunque hoy generan humor y sorpresa, ¿podrían tener consecuencias reales para los niños en el futuro?
Si lo comparamos con otros registros como "Gokú", "Ender" o incluso "Facebook", notarás que la tendencia a usar nombres poco habituales no es nueva en Colombia, aunque últimamente la cultura digital y la tecnología parecen tener más peso en las decisiones de los padres.
La versión más reciente, "Chat Yipití", parece una especie de “meme legalizado”, con todo lo que ello supone para la familia y, sobre todo, para la niña.
El eco mediático ha sido innegable. Plataformas como X, TikTok y Facebook se llenan de memes, bromas y canciones improvisadas. Abundan retratos humorísticos sobre cómo será su vida adulta, con teorías que la imaginan como “la primera influencer nativa digital” del país. Las publicaciones alcanzaron miles de interacciones en solo 48 horas, según recogen medios locales.
Por una parte, hay quienes celebran la originalidad y el guiño a la tecnología moderna. Por otra, aparecen voces de alerta sobre posibles dificultades para la niña cuando empiece el colegio, encuentre trabajo o interactúe en entornos que no entiendan la referencia.
La preocupación por las “marcas” que dejan los nombres poco comunes en la infancia no es nueva, pero el matiz tecnológico añade un factor inédito al debate.
Expertos en sociología explican que esta tendencia refleja “el deseo de los padres de diferenciar la identidad de sus hijos ante la globalización de los nombres tradicionales”. "La cultura digital influye muchísimo en estos casos; ahora un servicio web o un personaje de moda puede llegar más lejos que los nombres clásicos", apunta un profesor de la Universidad Nacional.
En Colombia, la ley otorga a los funcionarios del registro civil la responsabilidad de bloquear nombres ofensivos, ridículos o que perjudiquen la dignidad de un menor. En teoría, nombres demasiado extravagantes pueden ser rechazados; en la práctica, hay margen de interpretación.
En el caso de"Chat Yipití, la inscripción fue aceptada sin mayor objeción, superando el control burocrático.
Según fuentes verificadas del registro civil de Cereté, la documentación cumple con todos los pasos del proceso. La normativa se aplica de forma variable dependiendo del contexto y del funcionario, lo que explica por qué nombres tan llamativos a veces se aprueban y otras se frenan antes de que lleguen al documento legal.
La noticia ha reavivado el debate sobre si los controles actuales son suficientes o necesitan modernizarse ante la avalancha de términos tecnológicos en el día a día.
Verás que la globalización y la conexión constante a internet han cambiado la forma en que los padres seleccionan un nombre. Aparecen guiños a videojuegos, series, aplicaciones y servicios como protagonistas de las tendencias más recientes.
Esta oleada ya había provocado debates acalorados antes, pero el caso de Chat Yipití suma ahora la viralidad como motor y a la inteligencia artificial como referente directo.
Para quienes ven estos nombres como “una tarjeta de presentación digital”, el paso que han dado sus padres podría dar inicio a una generación de menores que reflejan no solo una moda sino toda una era tecnológica en sus documentos personales.
Tras unos días frenéticos, la historia de Chat Yipití permanece en boca de todos y ya forma parte del acervo popular colombiano. El próximo hito podría aparecer cuando la niña entre a la escuela o, quizá, cuando otra moda digital inspire nuevos nombres inesperados.
Por ahora, el caso demuestra cómo la elección de un nombre puede reflejar tanto el espíritu de una época como las dudas sobre el futuro. El debate sobre la originalidad y las fronteras legales seguirá abierto cada vez que una familia opte por un nombre vinculado a la cultura digital.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.