El creador de ChatGPT cree que el futuro será de una sola mente: “Más lista que todos juntos”

Ocurre ahora y te toca de lleno: Sam Altman, creador de ChatGPT, asegura que en diez años una sola persona podrá pensar como 8.200 millones. Detrás de esa frase late un giro histórico en la tecnología y en tu día a día, con la inteligencia artificial general como protagonista.

Altman, CEO de OpenAI, sitúa 2025 como un punto de inflexión, con sistemas que ya apuntan a la inteligencia artificial general. Su meta declarada es beneficiar a toda la humanidad, y eso exige modelos capaces de resolver problemas complejos en muchos campos al nivel de un humano, no solo en tareas sueltas. El camino no es automático ni libre de dudas.

Según su visión, pasamos de una IA “especialista” a otra más autónoma, con comprensión, creatividad e incluso cierta autoconciencia. En el corto plazo, tu vida seguirá teniendo lo mismo de siempre: enamorarte, formar una familia o salir de senderismo. A medida que la inteligencia artificial general madure, las consecuencias económicas y sociales crecerán sin freno.

Lo que viene, si acierta, es fuerte: crecimiento económico sorprendente, curas más rápidas, más tiempo libre y un salto creativo. Altman afirma que en una década vas a poder lograr más que cualquier líder actual y, hacia 2035, contarás con un “genio ilimitado” a tu lado. "La IAG será la mayor palanca para la voluntad humana", repite como un mantra.

Esto redefine cómo ser útil y cómo competir. Van a pesar la iniciativa, la voluntad y la determinación, junto con resiliencia y adaptabilidad. Para empezar a prepararte hoy sin perderte en la niebla, piensa en tres movimientos muy concretos:

• Aprende a trabajar con modelos de IA y pide explicaciones paso a paso.
• Construye hábitos de prueba y error rápidos y medibles.
• Refuerza tu criterio: contrasta fuentes y documenta decisiones.

Qué es la inteligencia artificial general y cómo te afectará en 2035

La inteligencia artificial general es, en sencillo, un sistema que aborda problemas cada vez más complejos a nivel humano en muchas disciplinas. No es magia, es una herramienta más del progreso, pero con un alcance inédito. Si cumple su promesa, vas a poder multiplicar tu impacto y delegar tareas cognitivas como hoy delegas el cálculo o la memoria en un móvil.

Su apuesta también es social. Altman insiste en que los beneficios de la inteligencia artificial general deben repartirse de forma amplia y no concentrarse en pocas manos. La historia dice que el progreso suele mejorar sanidad y prosperidad a largo plazo, pero la igualdad no llega sola. Con buenas políticas, el potencial creativo global se dispararía porque hoy hay talento bloqueado por falta de recursos.

Hay riesgos claros: nuevas amenazas de seguridad, sesgos reforzados y un peligro mayor si gobiernos autoritarios usan la inteligencia artificial general para vigilar a la población y recortar autonomía. Aquí la técnica no basta. Harán falta consensos sociales, controles públicos y enfoques políticos frescos para proteger derechos y repartir oportunidades.

Las piezas de esta historia se han ido ensamblando en intervenciones públicas y textos de Altman entre 2024 y 2025, contrastadas con la hoja de ruta conocida de OpenAI y con opiniones de otros expertos. Muchos coinciden en que estamos en una fase inicial, con avances rápidos y comprensión social aún limitada. El rumbo técnico hacia la inteligencia artificial general parece cada vez más definido.

Si lo comparamos con internet, primero hubo páginas lentas y luego la red lo cambió todo. Aquí puede pasar lo mismo. Cuando la inteligencia artificial general se cuele en educación, salud, industria y administración, aparecerán oficios que hoy no imaginamos y formas de competir alejadas del empleo clásico. Tu ventaja será humana: curiosidad, intención y criterio.

Queda trabajo por hacer, pero la dirección se entiende. Si la promesa de la inteligencia artificial general se cumple, vas a poder pensar con más alcance y construir más rápido, sin perder lo que te hace persona. Prepararte ahora, con hábitos, resiliencia y vigilancia cívica, te coloca en el lado que aprovecha el cambio y no lo padece.