ChinaDaitchOpenAIAgentes IADisneyOracleNueva YorkChatGPTGemini Deep ResearchGoogle DIscoGeminiGPT-5.2Gemini 2.5 Flash TTSAI PlusAlphabet (Google)

Divulgador Alan Daitch alerta a usuarios de IA: “Estamos charlando con un autocompletar muy sofisticado”

 | diciembre 12, 2025 21:26

Alan Daitch tiene 36 años, es argentino y se ha convertido en uno de los divulgadores de inteligencia artificial más escuchados en redes. Sus vídeos cortos sobre IA, publicados como @alandaitch en TikTok e Instagram, acumulan millones de visualizaciones y una cosa en común: siempre insisten en que hay un detalle que casi todo el mundo pasa por alto cuando abre un chat con una IA generativa.

Ese detalle, que él resume con la idea de la “máquina de autocompletar”, cambia bastante la forma en la que usas la inteligencia artificial en tu día a día. Mucha gente se lanza a pedirle que le escriba textos, le arme planes de viaje o incluso piense por ella, sin preguntarse qué hay realmente detrás de cada respuesta. Y ahí, según Daitch, está el riesgo de volverse “la persona más promedio del planeta”.

chatbot

Para entender por qué repite tanto esa frase, conviene ver primero quién es y qué hace. Alan Daitch no solo es emprendedor, también se dedica a explicar y contextualizar la inteligencia artificial a un público que muchas veces llega desde cero. Su misión es sencilla de describir y difícil de hacer bien: traducir cómo funcionan estos sistemas de IA para que cualquiera pueda usarlos sin miedo, pero también sin ingenuidad.

En redes sociales, donde suma más de 300.000 seguidores entre TikTok e Instagram, publica a diario vídeos cortos sobre inteligencia artificial. En ellos mezcla ejemplos prácticos con advertencias sobre cómo no deberías usar la IA generativa si quieres que tu trabajo, tus estudios o tu creatividad sigan teniendo algo de personalidad propia. Su tono no es catastrofista, sino más bien de compañero que te dice: “esto es potente, pero ojo con cómo lo usas”.

El corazón de su mensaje está en esa idea de la “máquina de autocompletar”. Cuando abres un chat con una inteligencia artificial y le pides que te redacte un email, te resuma un texto o te dé una idea, lo que hace el modelo es intentar predecir, palabra a palabra, cuál es la continuación más probable. No entiende el mundo como tú, no tiene experiencias, no sabe lo que sientes. Solo completa patrones de lenguaje de forma muy avanzada.

Si lo comparas con el autocompletado del móvil, la diferencia parece enorme al principio, pero la lógica es parecida. Tu teclado te sugiere la siguiente palabra según lo que más escribes y lo que escriben millones de personas. La inteligencia artificial generativa hace algo similar, solo que a otra escala, con muchos más datos y con una capacidad casi humana de redactar textos largos que suenan convincentes. Por eso, la mayoría olvida que está tratando con un sistema estadístico y no con una mente.

La trampa aparece cuando delegas en esa inteligencia artificial algo más que tareas puntuales. Alan Daitch alerta sobre ese punto con una frase que repite en entrevistas y charlas: si dejas que la IA pregunte por ti, redacte todo por ti, cree por ti en el trabajo y hasta planifique tus vacaciones, poco a poco te conviertes en “la persona más promedio del planeta”. Es decir, alguien que solo refleja lo que ya está en los datos, sin criterio propio.

Esto no va de que esté “mal” usar inteligencia artificial, sino de cómo la usas. Si cada vez que tienes que escribir un mensaje, preparar un trabajo o tomar una decisión pides a la IA que lo haga todo, vas a poder producir más rápido, pero también corres el riesgo de que tu estilo, tus ideas y tu forma de pensar se vayan diluyendo. Todo empieza a sonar parecido, como si copiaras siempre la media de Internet.

Cuando Daitch habla de convertirse en “promedio”, apunta, sobre todo, a la creatividad y al pensamiento crítico. La inteligencia artificial generativa se entrena con textos, imágenes y ejemplos que ya existen. Si tú solo aceptas lo que te devuelve, sin revisarlo ni torcerlo con tu propia mirada, lo único que haces es devolver al mundo una versión levemente editada de ese mismo material. Produces mucho, pero aportas poco.

La alternativa, según él, pasa por usar la inteligencia artificial como un punto de partida, no como un sustituto de tu cabeza. Vas a poder pedirle borradores, resúmenes o ideas de base, pero la parte clave sigue siendo tuya: decidir qué te sirve, qué cambias, qué mezclas con tu experiencia y qué descartas. Esto requiere algo que no todo el mundo está dispuesto a hacer: hacerse buenas preguntas y no quedarse con la primera respuesta bonita.

Y ahí entramos en otra de sus obsesiones: las preguntas. Cuando le consultan, en entrevistas o en directo, cuál ha sido la pregunta más “impertinente” que le han hecho, Alan Daitch responde que, para él, no existen las preguntas impertinentes. Considera que es sano que la gente se anime a cuestionar cualquier cosa, también la inteligencia artificial, aunque la duda parezca básica o torpe. En su experiencia, la curiosidad es justo lo que evita que trates a la IA como algo mágico.

Lo curioso es que, en el día a día, dice recibir mensajes de todo tipo. Algunos son dudas sinceras que rozan lo absurdo, que él llama, con humor, “estupideces atómicas”. Otros son directamente insultos disfrazados de pregunta, como cuando alguien le escribe solo para preguntarle si es estúpido. En este segundo caso, para él ya no hay una curiosidad genuina, solo ganas de atacar, y lo clasifica más cerca del insulto que de una pregunta real.

Valora que el espacio público, y en especial las redes donde habla de inteligencia artificial, permita que cualquier curiosidad se exprese sin que la otra parte se ofenda solo por recibir una cuestión incómoda. Él mismo se define como alguien que formula preguntas que otros consideran impertinentes, tanto en su trabajo como en su vida diaria, y por eso afirma que jamás se molestaría por una duda que venga con intención honesta.

Esa actitud conecta con cómo entiende el uso de la inteligencia artificial: preguntar mucho y asumir que no pasa nada por no saber algo. En vez de usar la IA para ocultar tu ignorancia, la usa como herramienta para explorarla y reducirla. Pregunta, vuelve a preguntar, contrasta y, si hace falta, le discute al modelo. Esa relación activa contrasta con el uso pasivo, en el que solo copias y pegas lo que la máquina de autocompletar saca de su “bolsa” de probabilidades.

Cómo usar la inteligencia artificial sin volverte “la persona más promedio del planeta”

Si te fijas en sus vídeos sobre inteligencia artificial, hay un patrón que se repite. Primero, te enseña algo llamativo que puedes hacer con una IA generativa. Después, casi siempre, introduce un límite o un aviso. El mensaje de fondo es que la herramienta puede ser increíblemente útil, pero solo si tú sigues tomando las decisiones y no delegas el timón entero en esa máquina de autocompletar que responde según lo que ha visto miles de veces antes.

En la práctica, esto se traduce en tres gestos sencillos que propone constantemente, aunque no siempre con estas palabras. Primero, pide a la inteligencia artificial que te dé varias opciones en lugar de una respuesta única. Segundo, revisa y corrige lo que te devuelve, adaptándolo a tu contexto real. Tercero, anota lo que no entiendes y vuelve a preguntar, tanto al modelo como a personas de carne y hueso que sepan del tema.

Esa combinación de curiosidad y distancia crítica es clave porque, como recuerda Daitch, la inteligencia artificial generativa a veces “se inventa cosas” con total seguridad. No lo hace para engañarte, sino porque intenta completar la frase de la forma que le parece más coherente con lo que ha visto en sus datos. Por eso insiste en que nunca deberías dejar que una sola respuesta automática marque tus decisiones importantes.

La popularidad de su enfoque se refleja en las cifras: sus cuentas de TikTok e Instagram, creadas hace apenas unos años, ya superan en conjunto los 300.000 seguidores y suman varios millones de reproducciones en vídeos sobre IA. Este tipo de impacto en plataformas sociales se puede comprobar fácilmente revisando sus perfiles públicos, que son su principal canal de difusión. Un editor de tecnología lo resume así: “Ha conseguido que miles de personas entiendan la IA como una herramienta, no como una bola de cristal infalible”.

Por qué su visión sobre preguntas “impertinentes” importa en plena ola de IA generativa

Que alguien con tanta audiencia en contenidos de inteligencia artificial defienda que no hay preguntas impertinentes no es un detalle menor. En un momento en el que mucha gente tiene miedo a parecer ignorante al hablar de IA, su postura invita justo a lo contrario: a presentar tus dudas más básicas, a pedir que te expliquen otra vez un concepto y a no aceptar sin más la jerga técnica. Recuerda que la línea se cruza cuando la pregunta es solo un insulto con forma de frase interrogativa.

Mirando hacia adelante, el propio ritmo de mejoras en modelos de inteligencia artificial generativa hará que esta conversación se vuelva más urgente. En los próximos meses y años irás viendo nuevas versiones de estas herramientas, con respuestas aún más pulidas y capacidades que hoy parecen ciencia ficción. Cada vez será más fácil olvidar que detrás sigue habiendo una máquina de autocompletar muy avanzada, pero máquina al fin y al cabo.

Si notas que empiezas a aceptar sin pensar todo lo que sale de un chat de IA, o que ya casi nunca escribes algo desde cero, quizá sea una buena señal de alarma. En ese punto, las advertencias de Alan Daitch cobran sentido práctico: conviene frenar un momento, recuperar el hábito de hacer preguntas raras, y recordar que tu valor no está en repetir la media de Internet, sino en filtrar y reinterpretar lo que la tecnología te devuelve.

Al final, su mensaje encaja en una idea sencilla: la inteligencia artificial puede ayudarte a escribir, a aprender y a crear más rápido, pero no debería ocupar el lugar de tu criterio. Si asumes que sigues hablando con una “máquina de autocompletar”, vas a poder aprovechar la inteligencia artificial para potenciar lo que ya sabes, en lugar de dejar que decida por ti quién eres y qué piensas.

Copyright © gptzone.net

La Newsletter Diaria Sobre Inteligencia Artificial. Además: Portal de Noticias, Tutoriales, Tips y Trucos de ChatGpt, Openai e Inteligencia Artificial.

Nuestra web está alojada en:

hosting raiola

Suscríbete a nuestra Newsletter Diaria sobre IA

 

Suscríbete a GptZone y recibe cada día TOTALMENTE GRATIS:

 

  • 📰 Noticias Exclusivas de Inteligencia Artificial.
  • 🤖 Prompts Creativos y prácticos.
  • 🎥 Videos Inspiradores sobre IA.
  • 🛠️ Apps Recomendadas para revolucionar tu día a día.

Te has suscrito Satisfactoriamente!

linkedin facebook pinterest youtube rss twitter instagram facebook-blank rss-blank linkedin-blank pinterest youtube twitter instagram