Una nueva iniciativa empresarial de Sam Altman ha irrumpido en el mercado de los implantes cerebrales, desafiando de manera directa a la conocida Neuralink de Elon Musk. Este movimiento refuerza la idea de que las interfaces cerebro-máquina pueden ser el próximo gran salto, incluso más allá de la inteligencia artificial o los vehículos autónomos.
Mientras la mayoría asocia a Musk y Altman con inteligencia artificial generativa, ambos parecen apostar ahora por intervenir en el cerebro humano de formas que eran impensables hace apenas una década.
Aunque Neuralink logró en 2023 la aprobación de la FDA estadounidense para realizar ensayos en humanos, hasta mediados de 2025 solo cinco pacientes con parálisis habían recibido el implante cerebral y conseguido mover cursores de ordenador con la mente. Es un avance pionero, pero si lo comparamos con la magnitud de los planes anunciados, la brecha sigue siendo grande.
Musk ha dejado claro que su objetivo es que miles, y pronto millones, de personas se conviertan en "aumentadas" gracias a estos dispositivos. Los objetivos anunciados hablan de realizar 20.000 implantes anuales para 2031, lo que podría traducirse en más de 1.000 millones de dólares de ingresos cada año según estimaciones difundidas por Bloomberg. Pero la distancia entre la meta y la situación actual plantea una pregunta inevitable sobre el verdadero ritmo de desarrollo.
Lo realmente relevante es que esta competencia subraya el potencial de los implantes cerebrales más allá de simples casos médicos. Musk sostiene que la interfaz directa entre cerebro y ordenador será la clave para que los humanos no queden rezagados frente a la inteligencia artificial.
Las aplicaciones que apunta la empresa no se detienen ahí. La versión avanzada de estos implantes promete restaurar sentidos perdidos, como la audición en personas sordas de nacimiento, permitir el control mental de prótesis, o incluso la grabación y reproducción de recuerdos como si fuesen archivos digitales
También te puede interesar:OpenAI quiere conquistar el mundo (de la IA) aliándose con gobiernos. El horizonte más futurista para Musk es todavía más audaz: sería posible crear visiones, emociones o sensaciones completamente artificiales directamente en la mente humana.
Hasta la fecha, la realidad muestra un ritmo muy diferente al discurso público. Con apenas cinco pacientes en fase de prueba (y todos ellos con parálisis) y la previsión de hacer entre 20 y 30 implantes más en los próximos doce meses, el despliegue masivo todavía se percibe lejano.
Estos datos se han verificado en documentos legales y declaraciones recogidas por Bloomberg y medios estadounidenses de referencia. La autorización para ampliar los ensayos, concedida tras un exhaustivo proceso regulador, indica que la tecnología ha superado las primeras barreras clínicas, pero aún no está lista para el gran público.
El contexto previo también ayuda a medir las expectativas: en 2020, Musk declaró que millones o incluso miles de millones de personas querrían incorporarse a esta tendencia tecnológica. Llegó a plantear para 2030 la cifra de un millón de personas “aumentadas”, aunque hasta ahora esas predicciones están lejos de cumplirse.
La trampa está en que, aunque la curva de adopción suele acelerarse una vez obtenidas varias autorizaciones regulatorias, el reto técnico y ético de expandir la interfaz cerebro-máquina a grandes volúmenes es mucho mayor que el de otros productos tecnológicos. Sin olvidar que cada paciente requiere un proceso médico personalizado, revisiones periódicas y soporte específico.
Si llegamos a ver una oleada de cirugías programadas para el periodo 2025–2026, podrías empezar a notar un interés generalizado en estos sistemas. Un primer indicador será la cifra de pacientes operados por año: si supera los centenares, el reto industrial será el siguiente gran obstáculo.
También te puede interesar:OpenAI Refuerza ChatGPT Pro: Integraciones Personalizadas y Razonamiento SuperiorPor último, la reacción de los reguladores y el nacimiento de otras empresas, como la de Sam Altman, marcarán el ritmo real de esta carrera. Mantente atento a nuevos anuncios sobre colaboraciones con hospitales y a los primeros resultados positivos en pacientes no paralizados.
A pesar del ruido mediático, el despliegue masivo de los implantes cerebrales de Neuralink para “aumentar” capacidades humanas sigue dependiendo de avances técnicos, resultados clínicos y aceptación pública. Lo que ya es innegable es que la competencia entre Musk y Altman amplifica la relevancia de esta tecnología en la conversación mundial, aunque los millones de usuarios de los que se habla sigan, por ahora, solo en las previsiones más optimistas de sus creadores.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.