La inteligencia artificial se encuentra en un punto de inflexión: mientras las compañías tecnológicas y los expertos señalan que estamos transitando de la IA generativa a la IA agéntica, la percepción social y empresarial continúa marcada por la desconfianza.
Una reciente encuesta global de KPMG y la Universidad de Melbourne lo confirma: más de la mitad de los encuestados a nivel mundial (54%) desconfía de esta tecnología, a pesar de que un 72% reconoce su utilidad técnica. Esta dualidad refleja un escenario complejo en el que la innovación avanza más rápido que la capacidad de las personas y organizaciones para asimilarla y regularla.
Hasta hace poco, el foco estaba en la IA generativa, capaz de crear texto, imágenes o música y asistir a los humanos como colaboradores. Sin embargo, expertos como Julio Hutka, Director de Negocios Corporativos de Telecom Argentina, advierten que esta etapa está siendo superada por la llamada IA agéntica, un desarrollo que introduce agentes autónomos capaces de ejecutar acciones, corregirse a sí mismos y dialogar entre ellos.
“La IA agéntica es muy incipiente, recién la estamos empezando a ver. A diferencia de la generativa, que aumenta la eficiencia humana, la agéntica puede reemplazar al humano en ciertos aspectos. Un agente recibe una instrucción, la ejecuta, mide el error y se autocorrige. Si le damos libertad, itera con un nivel de autonomía absoluto”, explicó Hutka durante el encuentro SummIT 2025, organizado por Telecom.
El especialista subraya que estos agentes no solo se conectan mediante APIs para operar con máquinas, sino que también se reconfiguran y perfeccionan sus propios algoritmos en un proceso continuo de autocorrección. Esta dinámica multiplica la productividad, pero también plantea un desafío inédito: los humanos pueden perder el control sobre la interacción autónoma entre agentes de IA.
El Estudio global sobre la confianza, actitudes y uso de la inteligencia artificial, elaborado por KPMG y la Universidad de Melbourne con más de 48.000 participantes, expone con claridad la paradoja de la IA: su uso se expande, pero la confianza sigue siendo frágil.
Algunos hallazgos relevantes del informe:
Estos datos ponen de manifiesto la ambivalencia social respecto a la inteligencia artificial. Por un lado, se reconocen mejoras en eficiencia, innovación y accesibilidad; por otro, persisten preocupaciones sobre privacidad, ciberseguridad, impacto laboral y pérdida de la conexión humana.
La principal dificultad para las empresas radica en equilibrar el entusiasmo por la innovación con la necesidad de resultados concretos. La IA ofrece potenciales ganancias en productividad y creatividad, pero su implementación requiere una gobernanza clara y una estrategia vinculada directamente con los objetivos de negocio.
Sin este enfoque, los proyectos corren el riesgo de quedarse en el laboratorio, consumiendo recursos sin generar beneficios. Como advierte Hutka, el desafío no es decidir si avanzar o no con la IA —“no hay duda de que hay que hacerlo”—, sino diseñar casos de uso concretos y escalables que justifiquen la inversión y permitan medir el impacto real.
El debate se amplía más allá del plano corporativo. En el ámbito educativo, por ejemplo, el estudio de KPMG muestra que el 83% de los estudiantes ya utiliza herramientas de IA de manera regular, lo que mejora la personalización del aprendizaje y reduce la carga de trabajo. Sin embargo, también se detecta un uso complaciente y poco crítico que puede limitar el desarrollo de habilidades cognitivas esenciales.
Ese panorama actual recuerda a lo que algunos analistas han llamado una burbuja similar a la de las puntocom, como señaló recientemente Sam Altman, CEO de OpenAI. La diferencia es que, a pesar de la incertidumbre, la IA se ha vuelto indispensable para la competitividad en numerosos sectores, especialmente en mercados emergentes que la ven como una herramienta de supervivencia.
El avance hacia la IA agéntica promete un salto cualitativo, pero también aumenta las interrogantes sobre control, gobernanza y sostenibilidad económica. La confianza, más que la capacidad técnica, parece ser el gran factor que definirá el ritmo de adopción en los próximos años.
Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.