Usas el móvil para casi todo y, cada vez más, también para pedir ayuda a ChatGPT. En pleno 2025, el Gobierno del Reino Unido negocia con OpenAI dar acceso gratuito a la versión Plus a toda la ciudadanía. Eso abriría una puerta grande al acceso a la inteligencia artificial, pero falta un detalle que lo cambia todo.
Quién y cuándo están claros: Reino Unido, este año, con el ministro Peter Kyle al frente, decidido a que la IA se use, al menos, en el sector público. Dónde también: en servicios de administración y, si sale bien, en el día a día. Aun así, la plataforma pertenece a una empresa privada, y ahí empieza el debate sobre para qué, cómo y con qué reglas vas a poder usarla.
Ahí entra la voz de Lorena Sánchez, Editora de Ciencia y Tecnología en The Conversation. “El acceso a la inteligencia artificial debe ser gratuito, público, masivo y libre”, defiende. Recuerda algo básico y olvidado: ChatGPT no es un servicio público, es de una compañía. Esa propiedad privada condiciona reglas, precios y prioridades.
Si Londres cierra el acuerdo, vas a poder usar funciones “premium” sin coste: mejores respuestas, más rapidez y acceso estable en horas punta. Ganaría la administración, que podría redactar cartas, resumir informes y atender consultas. La promesa es reducir brechas digitales y mejorar trámites. La trampa está en el bloqueo: ¿quién controla tus datos y quién decide los límites?
En oficinas, plantillas enteras podrían usar chatbots para redactar, resumir y traducir. Tú, como ciudadano, vas a poder recibir respuestas más claras y formularios mejor explicados. Si todo se sostiene en un único proveedor, cualquier cambio de política o precio afectará a servicios críticos. Hace falta un plan B técnico y legal, o ese acceso a la inteligencia artificial se vuelve frágil.
Imagina tres caminos posibles y qué señales mirar en los próximos meses:
Hay contexto: la versión gratuita de ChatGPT cada vez recorta más utilidades frente a las de pago, y no eres el único que lo nota. Sánchez sostiene que, si la IA ya está en ocio, estudio y trabajo, debe estar disponible de forma masiva y sin barreras. La realidad hoy es mixta: servicios privados pujantes y opciones públicas todavía en construcción.
Te quedas con dos ideas. Las herramientas de IA ya están en todo, desde recetas hasta papers, y la versión gratuita se queda corta justo cuando más la necesitas. Si el Reino Unido abre el acceso a la inteligencia artificial de forma universal, ganan los usuarios y el sector público, siempre que haya garantías de datos, pluralidad de proveedores y reglas claras para no atarte a una sola empresa.
Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.