La pregunta ya no es si la inteligencia artificial va a tocar tu empleo, sino cuánto y cuándo. En España, la ONU advierte que hasta 8,7 millones de puestos podrían verse amenazados por la automatización de aquí a 2033.
Los puestos con tareas rutinarias concentran el riesgo porque la inteligencia artificial aprende patrones y repite procesos con menos errores y más velocidad. Operaciones de caja, introducción de datos o gestión de citas encajan en ese marco. La automatización empuja primero donde hay pasos predecibles, métricas claras y poco margen para la improvisación.
¿Qué pasa con lo que no es tan mecánico? Aquí la línea se mueve: los trabajos que exigen creatividad, pensamiento crítico, habilidades sociales y empatía resisten mejor. También van a cambiar, porque la inteligencia artificial no sustituye bien una conversación complicada o una idea original, pero sí puede asistirte con borradores, resúmenes y propuestas iniciales.
En una entrevista difundida por el canal TalentMatch en TikTok, un especialista en técnicas de resolución de problemas con IA, insiste en que el impacto no será uniforme. “Depende de dónde trabajes”, afirma, y matiza que la tecnología transformará la industria, eliminará ciertos puestos y creará otros nuevos. Quienes diseñan y desarrollan inteligencia artificial, por ahora, tienen menos papeletas de quedarse fuera.
El gran dilema es aritmético: los nuevos empleos pueden no compensar los que desaparecen. El Fondo Monetario Internacional estima que la inteligencia artificial alterará el 40% de los empleos a nivel mundial. En España, varios expertos calculan la creación de alrededor de un millón y medio de nuevos puestos ligados a programación y tecnología en ese horizonte, muy por debajo de los 8,7 millones en riesgo para 2033.
También te puede interesar:Lo que Ocurre Dentro de las Empresas con la IA: Ilusión Desatada y Desorden EstratégicoLa brecha de formación ya se nota y puede abrirse más. Muchos de los trabajadores expuestos a la automatización no tienen hoy las habilidades necesarias para entrar en esos roles tecnológicos. Si trabajas en caja, en administración rutinaria o en atención telefónica, el salto hacia programación, datos o supervisión de sistemas exige tiempo, apoyo y reciclaje formativo real.
Si participas en el diseño o desarrollo de inteligencia artificial, el riesgo inmediato baja, y lo mismo ocurre si tu día a día se apoya en creatividad, negociación o trato cercano. Vas a poder ganar margen si integras la inteligencia artificial como herramienta y no como sustituto. Si estás en trabajos de tareas repetitivas, el movimiento será el contrario y conviene adelantarte.
Para moverte con opciones, céntrate en tres pasos cortos que marcan diferencia en el mercado:
De cara a los próximos meses, puedes esperar tres escenarios. Mejor: la inteligencia artificial te quita tareas pesadas y te libera tiempo para funciones de mayor valor. Central: parte de tu puesto se automatiza y se te pide manejar herramientas nuevas. Peor: la automatización sustituye el puesto y necesitas reorientarte rápido. Señales útiles que conviene vigilar:
No es un destino escrito: la inteligencia artificial es una herramienta, y tu margen depende de cómo la uses y dónde te posiciones. Si tu empleo es rutinario, anticiparte reduce el impacto. Si ya trabajas con creatividad o trato humano, vas a poder multiplicar tu valor combinando criterio y tecnología. El reloj corre hacia 2033, y moverse ahora pesa más que cualquier etiqueta de riesgo.
También te puede interesar:Dos Expertos de Princeton Desinflan la Idea de la IA como Evolución Absoluta y Ponen el Foco en lo que sí CambiaráDirectora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.