Un joven pidió a ChatGPT que contara, número por número, hasta un millón. El modelo de OpenAI no lo hizo y el vídeo con la prueba se volvió viral en redes estos días. Importa porque, detrás de la broma, hay una decisión de diseño que afecta a cómo tú usas la inteligencia artificial cada día.
En la grabación, publicada en plataformas sociales y compartida miles de veces, se ve cuándo y cómo el usuario insiste una y otra vez. ChatGPT responde con frases tipo “Estoy aquí para ayudarte” o “¿En qué puedo asistirte?”, pero evita arrancar el conteo. Falta un detalle clave: ¿por qué no obedece una orden que , en un principio parece tan simple?
La conversación se llenó de ironías y comparaciones con otros asistentes. Un comentario que escaló rápido resumía la frustración colectiva con una pulla directa a la experiencia de uso.
“Cualquier cosa directa que le pido, en vez de responder me dice que aquí está para ayudarme y bla bla bla”
Lo que ves no es pereza de la IA. Es, justamente, lo contrario: un filtro para no malgastar cómputo en tareas inútiles. OpenAI programa a ChatGPT para evitar encargos absurdos, repetitivos o ineficientes, y priorizar respuestas útiles, rápidas y con sentido común. Contar hasta un millón entra de lleno en esa categoría.
Si pronunciases un número por segundo, llegar al millón tardaría unos 11 días y 13 horas de reloj. Incluso a tres números por segundo, seguirías hablando más de tres días seguidos.
También te puede interesar:OpenAI recauda $6.6 mil millones y alcanza una valoración de $157 mil millonesPara ChatGPT, generar esa salida superaría con facilidad el límite práctico de longitud y consumiría millones de tokens sin aportar valor. El sistema no te corta en seco: intenta reconducir la conversación hacia algo provechoso.
El modelo aplica reglas para frenar lo que no te ayuda. Por eso, ante peticiones de listados interminables, ChatGPT cambia el rumbo y sugiere alternativas. ¿Cómo consigues el mismo objetivo sin quemar recursos? Tres atajos prácticos funcionan bien en ChatGPT:
Los desarrolladores de OpenAI han explicado en documentación y notas técnicas que existen límites de longitud de salida y políticas de seguridad para evitar abusos y respuestas inútiles. En nuestras pruebas de redacción, cuando pides secuencias muy largas, ChatGPT resume, detiene la salida o propone un método alternativo, lo que encaja con el comportamiento del vídeo viral.
Hubo quien mencionó a Grok, el asistente de xAI, la empresa de Elon Musk, para subrayar que “quizá otro sí lo haría”. Los grandes modelos comerciales comparten controles parecidos, porque el cuello de botella no es solo técnico, también operativo y ético: evitar usos sin propósito, evitar costes innecesarios y cuidar la experiencia del usuario.
El mismo hilo dejó otra crítica de tono ácido: alguien dijo que le resulta más fácil encontrar soluciones de álgebra o física cuántica en un libro que pedir a ChatGPT una síntesis de lengua y quedar satisfecho.
Ese contraste revela una expectativa útil para ti: la IA brilla cuando el objetivo está claro, hay estructura y existe un criterio de calidad verificable. En tareas vagas o absurdas, los filtros saltan y la respuesta se vuelve conservadora.
También te puede interesar:ChatGPT Amplía el Modo de Voz Avanzada para Usuarios Gratuitos de EuropaEste episodio muestra algo importante: tú y otros usuarios ayudáis, incluso sin querer, a probar los límites éticos, operativos y de diseño de la IA generativa. Una orden aparentemente sencilla puede activar las barreras internas de ChatGPT y dejarte frente a mensajes que parecen excusas. Si ves respuestas del tipo “estoy aquí para ayudarte” tras pedir algo repetitivo o sin valor, estás notando esos guardarraíles.
Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.