Google llevó Gemini 2.5 a una competición internacional de programación en Azerbaiyán y el modelo salió con una medalla de oro. Te importa por una razón clara: no fue fuerza bruta sin más, sino pensamiento lateral, imaginación y creatividad, justo lo que asociamos con la AGI.
La IA de Google compitió junto a estudiantes de élite de universidades de Rusia, China y Japón, entre otros países, en un evento con 12 desafíos de alto nivel. Según Google y la cobertura de The Guardian, Gemini 2.5 completó 10 de 12 tareas y acabó segundo entre 139 participantes. El sistema recibió una medalla de oro, la primera vez que un modelo de IA lo consigue en una competición de este tipo.
Google afirma que su rendimiento fue comparable al de los 20 mejores programadores del mundo. Su mejor momento llegó con un reto que replica un problema real: transportar un líquido por una red de conductos y depósitos interconectados lo más rápido posible.
El espacio de opciones era prácticamente infinito. Gemini 2.5 resolvió la tarea en menos de media hora y ningún equipo humano lo superó. Ni siquiera los conjuntos más fuertes del torneo encontraron una mejor solución.
Este patrón importa porque no hablamos de un truco de ajedrez o un benchmark cerrado. Hablamos de un sistema que, ante un problema físico con múltiples restricciones, razonó de forma abstracta, combinó creatividad y sintetizó una estrategia inédita. Si lo comparamos con victorias anteriores de máquinas, Quoc Le, vicepresidente de Google DeepMind, lo sitúa al nivel de otros saltos de época: “Es comparable a Deep Blue y a AlphaGo en su contexto”.
Stuart Russell, profesor en Berkeley, recuerda que hitos como Deep Blue en 1997 —cuando el ordenador de IBM venció a Garri Kasparov— apenas movieron la aguja en la IA aplicada. Es decir, una gran victoria no siempre se traduce en una gran utilidad inmediata para ti o para tu empresa.
También te puede interesar:Google Presenta Gemini 2.5, sus Nuevos Modelos con RazonamientoMichael Wooldridge, de la Universidad de Oxford, pone otra pieza que te interesa: la factura de hardware y energía. Si para que Gemini 2.5 alcance este nivel se necesita un centro de datos completo durante horas, el hito técnico es real, pero el impacto práctico sería menor. Su vara de medir es clara: será revolucionario cuando estos resultados lleguen con recursos asumibles.
La propia comparación histórica ayuda a no perder el norte. En 1997, Deep Blue cambió la percepción de lo que una máquina podía hacer, y en 2016 AlphaGo repitió la jugada en otro dominio complejo. Aquí pasa algo similar: Gemini 2.5 no solo calcula, también propone. La diferencia está en que el desafío de los conductos representa un caso de ingeniería con fricción del mundo real.
Si trabajas con software o datos, vas a poder anticipar tres efectos. Primero, más problemas “abiertos” pasarán a ser atacables por IA, desde logística de fluidos hasta planificación de redes. Segundo, la colaboración humano-IA cambiará de forma: tú defines el objetivo y Gemini 2.5 explora espacios de soluciones que antes eran inabarcables. Tercero, la evaluación ya no será solo exactitud, sino elasticidad creativa.
Ahora bien, hay una trampa que aún no vemos del todo: los requisitos de cómputo. Wooldridge insiste en conocer la potencia empleada y el consumo energético exacto. Si descubres que el modelo necesita recursos extremos, la traslación a tu entorno —un servidor en la oficina o una instancia en la nube con coste moderado— todavía no está lista.
Google explica que Gemini 2.5 combinó razonamiento abstracto profundo con búsqueda creativa para evaluar un número gigantesco de rutas posibles en la red de conductos. No era un puzzle teórico: la meta era llevar agua a varios depósitos de la forma más rápida. Esta mezcla de pensamiento lateral, imaginación y síntesis de soluciones no vistas es justo lo que asociamos con la AGI, y por eso este caso ha encendido tantas alarmas —para bien y para mal.
¿Qué pasa después? Hay tres señales fáciles de vigilar y que te ahorran ruido:
También te puede interesar:Google permite que su IA sea accesible para menores de 13 años: así funciona Gemini con Family LinkCon todo, que Gemini 2.5 haya resuelto una tarea real que ninguno de 139 programadores universitarios de élite logró superar es un mérito notable. Te acerca una imagen concreta: IA que ya no solo acierta, sino que prueba, compara y elige estrategias útiles. La distancia hasta una AGI amplia se medirá por su eficiencia y su regularidad, dos variables que pronto van a salir a la luz.
Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.