Google ha elegido Tennessee para ubicar Hermes 2, una central de energía nuclear avanzada diseñada para alimentar sus centros de datos. El movimiento llega en plena escalada del consumo eléctrico por la inteligencia artificial y activa su acuerdo con la startup Kairos Power. Falta un detalle clave para entender por qué este paso es diferente y qué cambia para la red eléctrica del sureste.
El plan arranca con 50 megavatios (MW) que irán a la red de la Autoridad del Valle de Tennessee (TVA) y servirán a instalaciones de Google en el área de Montgomery (Tennessee) y en Jackson (Alabama).
Es la primera vez que una compañía eléctrica de Estados Unidos acuerda comprar electricidad de un reactor avanzado de cuarta generación, una categoría que apunta a operar con más seguridad y eficiencia, y que busca sostener cargas 24/7 típicas de la IA.
Clientes de energía, una empresa de servicios públicos y un desarrollador tecnológico empujan juntos la innovación. En la primera fase, TVA comprará la electricidad de Hermes 2 y Google adquirirá los “atributos de energía limpia” a través de TVA para certificar que sus centros locales consumen electricidad no fósil. Este reparto de roles reduce riesgos y acelera calendario, pero tiene condiciones.
La razón de fondo es simple: la IA dispara la demanda. Goldman Sachs calcula que el consumo de los centros de datos crecerá un 160% hacia finales de la década, y que la IA representará el 27% de esa electricidad en 2030. En ese escenario, la energía nuclear ofrece potencia continua y predecible, algo que hoy no garantizan ni la red ni el mercado en horas de máxima carga.
El interés se extiende entre grandes tecnológicas. Amazon compró en marzo de 2024 un centro de datos alimentado por un reactor nuclear, y Microsoft firmó con Constellation Energy para reactivar una unidad en Three Mile Island (Pensilvania). Investigadores como Alex de Vries (Digiconomist) prevén que la huella energética de la IA siga creciendo con fuerza en los próximos cuatro años, incluso con mejoras de eficiencia.
También te puede interesar:OpenAI Anuncia Stargate Norway: Su Primer Centro de Datos de IA en Europa¿Por qué SMR y no plantas gigantes? El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) estima que cada SMR puede generar hasta 300 MW, con recargas de combustible cada tres a siete años frente a uno o dos en reactores tradicionales.
Estos reactores modulares prometen construir e instalar con más facilidad, y podrían ayudar en la transición a energías limpias y en objetivos de desarrollo sostenible. Generan residuos similares a los de gran escala.
Google ya adelantó en octubre de 2024 un acuerdo a largo plazo con Kairos para asegurar 500 MW mediante seis o siete SMR. Hermes 2 sería el primero, con entrada prevista en 2030. Aunque la capacidad de un SMR queda por debajo de los grandes reactores —estos pueden rozar los 1.000 MW por planta—, el diseño modular permite escalar por bloques según crece la carga de la IA y coordinar mejor la inversión con la demanda real.
Hay una trampa: en Estados Unidos ningún SMR tiene todavía autorización para explotación comercial. El éxito del plan depende de las licencias y de cómo encaje en la red de TVA. Si ves estos hitos, vas por buen camino:
Los datos proceden de anuncios de Google y Kairos Power, verificados en la web de TVA, y de métricas técnicas del OIEA sobre SMR. El jefe de TVA, Don Moul, lo resume así: “La energía nuclear es clave para la seguridad energética futura y compartir riesgos acelera los plazos”. La participación de Google reparte costes y riesgos, y, según TVA, beneficia también a sus 10 millones de usuarios con más suministro estable.
¿Qué cambia para ti en el corto plazo? Si trabajas con servicios de IA, vas a poder contar con infraestructuras que priorizan continuidad eléctrica. Cuando la energía nuclear cubre la base, la red libera hueco para integrar más renovables y reducir subidas de precio en picos. Con todo, el calendario real dependerá de permisos, costes de construcción y de cómo evolucione el consumo de cómputo en la nube.
También te puede interesar:Adam Aleksic, Sobre el Impacto de la IA: “Estamos Dejando que un chatbot Moldee Nuestro Lenguaje”La apuesta tiene riesgos conocidos: plazos largos, sensibilidad a costes y gestión de residuos. El formato por etapas —50 MW primero, 500 MW en la hoja de ruta— limita exposición y crea señales claras al mercado. Si las licencias llegan a tiempo y la demanda de IA mantiene el ritmo, la energía nuclear puede convertirse en el pilar silencioso del centro de datos en Tennessee y Alabama.
En conjunto, Google mueve ficha con Hermes 2 para atajar la presión eléctrica de la IA con energía nuclear despachable. El próximo hito pasa por la aprobación regulatoria y el inicio de obras. Hasta entonces, conviene vigilar la demanda real de cómputo y los avances de SMR en Estados Unidos, mientras otras tecnológicas exploran rutas similares con Amazon y Microsoft en el tablero.
Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.