La pandemia abrió la puerta a miles de empleos tech para recién titulados, pero la inteligencia artificial ha cambiado las reglas en muy poco tiempo. Investigadores de Stanford describen cómo la IA generativa, como ChatGPT, automatiza muchas tareas de entrada, y el efecto ya se nota en Estados Unidos.
En 2020 y 2021, con el boom digital, un ciclo de FP o un grado en informática te ponía cuatro ofertas sobre la mesa. Pasaba en Madrid, en Barcelona y en remoto. Te incorporabas como junior, te marcaban tareas pequeñas y tenías mentores cerca. Ese esquema se ha resquebrajado y no por falta de proyectos, sino por quién los ejecuta ahora.
El giro llega con la adopción de agentes inteligentes en producto y en desarrollo. Las empresas valoran menos el simple título y piden experiencia real desde el primer día. Lo oyes en entrevistas: piden al menos dos años de experiencia para considerar a un programador junior. En paralelo, en Estados Unidos se ha frenado la contratación, y no por casualidad.
La razón es concreta. La IA ya hace parte del trabajo clásico de los perfiles de entrada: genera código, documenta, busca en repositorios y en grandes volúmenes de datos. Los seniors pasan a vigilar que todo funcione, revisan salidas y corrigen desvíos, y eso quita tiempo de acompañamiento a los recién llegados. El circuito de aprendizaje se estrecha y el listón de acceso sube.
¿Qué te piden entonces? Dominar lenguajes populares desde el primer día para validar lo que produce la IA, moverte con soltura entre prompts y pruebas, y aportar creatividad para fijar un enfoque de proyecto. El mercado exige más: a muchos programadores junior se les pide un nivel casi de senior en criterio técnico y comunicación.
El estudio de Stanford aporta contexto medible: entre programadores de 22 a 25 años, las plantillas cayeron casi un 20% en julio frente al pico de finales de 2022. Y no solo en software. El mismo trabajo detecta automatización en recepción, traducción y atención al cliente. El patrón es claro y explica parte del frenazo.
También te puede interesar:Así convierte la IA a unos pocos en milmillonarios… mientras tú pagas el precio sin saberloEn España, el impacto se nota en las historias personales. Carla Lozano envió más de cien currículos y solo le llamaron una vez. Las entrevistas también han cambiado: combinan problemas complejos con jerga muy específica. Muchos centros no preparan para ese formato, y eso te deja atrás si no entrenas por tu cuenta.
Las condiciones también han empeorado para el acceso. Antes entrabas como junior y podías subir a 25.000 o 30.000 euros en pocos años. Hoy, los salarios se estancan y las prácticas ya no garantizan empleo. Daniel Dmitrenco consiguió trabajo gracias a su manejo de IA, pero avisa de la nueva norma: las empresas prefieren reforzar plantilla con perfiles experimentados.
Si lo comparamos con la era pospandemia, la diferencia es nítida: ahora las compañías integran IA y prompts en el día a día, y buscan menos tareas de entrada. Te van a medir por tu aportación diferencial. Ahí entra el mensaje de Mar Pujadas: a un programador junior ya le exigen lo que antes pedían a un senior, incluido ownership y adaptación rápida.
¿Por dónde empiezas? El profesor Javier Prada lo resume en cuatro pilares: criterio, reflexión, análisis y comunicación. Lo explica con una idea que conviene memorizar. "La IA tiene sesgos y se equivoca; necesitas espíritu crítico para trabajar con ella." Si no cuestionas resultados, no podrás validar entregables ni defender decisiones ante clientes.
También hay margen para el optimismo. Vicenç Álvaro, de ManpowerGroup, ve ventaja en tu generación: eres nativo digital y te adaptas antes a nuevas herramientas. Con todo, esa baza solo cuenta si la conviertes en resultados. La IA acelera tu aprendizaje, pero no sustituye tu criterio. Y las empresas se fijan justo en eso.
Para no perderte en el camino, céntrate en tres movimientos muy concretos:
Habrá casos en los que toque abrir el campo. Algunos programadores jóvenes ya cursan especializaciones en IA o miran opciones en el extranjero cuando el acceso local se complica. Las grandes tecnológicas han cambiado su rutina y eso marca tendencia: trabajar con IA, revisar su output y ajustar prompts es ya el pan de cada día.
La sensación de fondo es compartida: muchos programadores jóvenes perciben que son la última generación que logró entrar antes de la disrupción total. Si dominas herramientas, entiendes sus límites y aportas criterio y comunicación, vas a poder abrirte paso. El mercado ha subido el listón, pero sigue necesitando programadores junior capaces de guiar a la IA y entregar valor donde las máquinas no llegan.
Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.