El director ejecutivo de Nvidia lanzó un aviso que resuena hoy en oficinas y fábricas: si no aprendes a usar la inteligencia artificial, otra persona que sí lo haga ocupará tu sitio. Importa porque la IA ya no solo cambia herramientas, también reordena empleos, lenguas y poder informativo.
La Organización Internacional del Trabajo estima que, como mínimo, un 25% del empleo mundial puede verse afectado por la IA, y que un 3% (unos 115 millones de puestos) corre riesgo real de automatización. No es un tema lejano ni de nicho, afecta a casi todos los países y sectores. La historia sugiere otra cara de la moneda que te interesa conocer.
Cada ola tecnológica borra tareas y crea otras. Hoy, millones de personas ya trabajan entrenando y supervisando algoritmos de aprendizaje automático: clasifican imágenes, transcriben audios y revisan textos. Sin ese trabajo invisible no existiría la sistematización que te permite “hablar” con un chatbot. Los modelos como ChatGPT dependen de bases de datos gigantes y de un entrenamiento masivo con corpus lingüísticos, numéricos y de imágenes.
Para entender el alcance, conviene una definición. Según la definición de la Comisión Europea, la inteligencia artificial es un sistema de software (y a veces hardware) que razona, aprende y adapta su comportamiento al entorno. En la práctica, la IA busca imitar capacidades humanas como el lenguaje o la planificación. Sigue cometiendo errores que cualquiera puede detectar en el uso diario.
A corto plazo, lo que podemos es delegar tareas repetitivas y acelerar procesos, pero necesitarás criterio para validar resultados. La mente humana sigue siendo más eficiente y elegante al crear explicaciones, no solo correlaciones
Esa diferencia explica por qué las IA fallan cuando aprenden de la web, que mezcla aciertos con imprecisiones. Como resumen del nuevo contrato laboral: “Si no aprendes a usar la IA, te reemplazará quien sí la aprenda”.
También te puede interesar:El CEO de Klarna usa un avatar de IA para presentar resultados financierosEn paralelo, crece un dilema mayor: ¿qué pasa si la IA se acerca a la conciencia y fija objetivos propios distintos de los humanos? Voces del sector ponen fechas ambiciosas. Sam Altman dijo a Donald Trump que Estados Unidos podría alcanzar una IA de nivel humano durante su presidencia, que termina en 2029. Con todo, los sistemas actuales aún se equivocan en cosas básicas que tú detectas al primer vistazo.
Ese margen de error se nota en la información pública. Ya funcionan 1.271 sitios de noticias globales generadas íntegramente por IA, sin supervisión humana. Producen fallos frecuentes en títulos y textos, por encima de lo admisible. En elecciones, los deepfakes y las fake news se multiplican y siembran dudas.
Para contener el daño, la ONU ha fijado principios globales sobre integridad de la información, que exigen medios en la web independientes, pluralistas, libres y tolerantes. En el ámbito de la lengua, la Real Academia Española ve un horizonte revolucionario con la IA, y propone límites prosódicos y éticos, porque la lengua es el núcleo de nuestra cultura compartida.
El lenguaje no es un adorno, está ligado a derechos individuales, a derechos nacionales sobre identidad y diferencias culturales. Aquí aparece un cambio enorme en positivo: muy pronto, traductores automáticos podrían permitir conversación simultánea entre personas de distintas lenguas, el “fin de Babel”. Habrá que cuidar acento, matiz y contexto para no borrar diversidad.
En empleo, la OIT respalda con datos el impacto y, a la vez, confirma que surgen nuevas funciones alrededor del entrenamiento y la supervisión. En lenguaje, la RAE impulsa reformas internas tras más de 300 años para adaptarse a este salto. Y en gobernanza, la ONU pide integridad. Los datos aquí citados proceden de documentos públicos y referencias oficiales consultables, cruzados entre instituciones.
Hoy en día, la inteligencia artificial te empuja a aprender nuevas destrezas, a exigir calidad informativa y a defender la riqueza del idioma. Adóptala con cabeza y mantén criterio, porque vas a poder trabajar más rápido, comunicarte entre lenguas y evitar trampas de desinformación.
También te puede interesar:Informe Revela los Riesgos Ocultos de la IA en el Desarrollo Emocional AdolescenteDirectora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.