La predicción llega con fecha y nombre propio: Manny Medina, fundador y director ejecutivo de Paid, asegura que en cinco años la mitad de la fuerza laboral será digital. Importa porque tú, tu empresa y tu próximo empleo podrían depender de cómo adoptes los agentes de inteligencia artificial.
Hoy los agentes de inteligencia artificial ya están cambiando el día a día en empresas de Europa y Estados Unidos. No es un anuncio a futuro, es implementación real y acelerada. Paid ha surgido como el “back office” de esta ola: monetiza y gestiona agentes, valora su trabajo, controla el coste de cómputo y demuestra el valor ante clientes.
Con todo, hay una pieza estratégica menos visible: el talento. Medina ha elegido Londres para crecer. Argumenta que la capital británica ofrece una reserva tecnológica amplia, universidades de alto nivel y un ecosistema menos saturado que San Francisco.
Habla de escala: 12 millones de personas en Londres frente al millón de Seattle, y un entorno que le ha permitido construir el equipo localmente. La mayor demanda de agentes de inteligencia artificial sigue viniendo de Estados Unidos, por eso mantienen operaciones y ventas a dos orillas del Atlántico.
Aquí es donde el organigrama empieza a moverse. Medina proyecta que para 2026 verás equipos con personas y agentes de inteligencia artificial trabajando a la vez, y que estos agentes cobrarán en función del valor que generen. En Europa habrá un matiz: el EU AI Act exigirá supervisores humanos. Eso creará nuevos esquemas de pago, nuevos controles y, sí, nuevas responsabilidades.
El giro laboral ya enseña sus primeras señales. Medina cita un trabajo académico de Stanford, recogido por Bloomberg, que registra una caída del 13% en la demanda de empleos de entrada. Ese 13% duele en el primer escalón y complica el acceso de recién titulados a su primer contrato. “En cinco años, la mitad de la fuerza laboral serán agentes de IA”, resume Medina.
La estructura tenderá a equipos híbridos donde un responsable humano coordina una “célula” de agentes de inteligencia artificial con objetivos, presupuesto de cómputo y auditorías de calidad. Se medirá a cada agente por resultados, no por horas, y ajustar su “salario” digital al impacto real.
Pagos variables, tableros de coste y trazabilidad se volverán rutina. Faltará el factor europeo: la supervisión humana obligatoria y la transparencia en cada paso, especialmente en sectores regulados.
La norma pide supervisores humanos para los agentes de inteligencia artificial, y empuja a la transparencia y a la responsabilidad. Medina lo ve con pragmatismo: no frena la innovación, da reglas claras, como ocurrió con el GDPR para los datos. Para operar en Europa vas a poder apoyarte en procesos estandarizados, documentar riesgos y ganar confianza de clientes.
Habrá más papeleo y más pruebas de seguridad, Aun así la contrapartida es valiosa: menos incertidumbre legal y más claridad comercial. Las empresas tendrán que repensar flujos, entrenar “supervisores de agentes” y redactar nuevos contratos de valor por resultado. Ese marco puede acelerar la adopción si sabes qué medir y cómo explicarlo a tus clientes.
La foto final combina oportunidad y presión. La eficiencia empuja a los agentes de inteligencia artificial, y el EU AI Act fija límites razonables para operar con confianza. Si das el paso, vas a poder crear, medir y cobrar por agentes que resuelven trabajo real, con costes controlados y reglas claras. El riesgo está en quedarse quieto mientras la fuerza laboral digital avanza dos casillas por turno.
Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.