Aunque Apple prometía un renacer con Apple Intelligence, la marcha de John Giannandrea destapa un problema más profundo

Apple acaba de mover ficha en el corazón de su estrategia de inteligencia artificial, y el nombre clave es John Giannandrea, vicepresidente sénior de Machine Learning and AI Strategy. El directivo inicia ahora un proceso de retirada que terminará en 2026 y que reordena quién manda sobre Siri, Apple Intelligence y los modelos de IA que hay detrás de todo. Falta un detalle importante: qué cambia para ti como usuario.

La compañía lo ha comunicado desde Cupertino: Giannandrea dejará su puesto ejecutivo, aunque seguirá unos meses como asesor mientras se completa la transición. Lleva en Apple desde 2018, cuando llegó desde Google con una misión muy clara, reforzar la estrategia de inteligencia artificial de Apple y dar un nuevo rumbo al asistente de voz. La forma en la que se marcha muestra hasta qué punto las cosas no han ido según el plan inicial.

Cuando Apple lo fichó, Giannandrea venía con fama de “fichaje estrella” tras años en Google, y se le entregaron las llaves de casi todo lo relacionado con IA dentro de la empresa. Bajo su paraguas quedaron los Apple Foundation Models, el motor de búsqueda interno de la compañía y la investigación en aprendizaje automático. También lideró la evolución de Siri y coordinó proyectos de IA que afectaban a varios equipos a la vez.

Esa concentración de poder buscaba algo muy concreto: que la estrategia de inteligencia artificial de Apple dejara de ir por detrás de Google o Microsoft. Giannandrea y su equipo definieron las bases de Apple Intelligence, el gran proyecto que debía renovar cómo te relacionas con el iPhone, el Mac o el iPad, desde la escritura hasta la organización de fotos y documentos. Sobre el papel sonaba ambicioso y, en teoría, muy integrado.

El problema llegó cuando ese proyecto empezó a tropezar. Apple Intelligence se presentó como una revolución silenciosa para los dispositivos de la marca, pero el desarrollo no avanzó al ritmo que Tim Cook y el resto de la cúpula esperaban. Se abrió una brecha clara entre las promesas públicas y el estado real del producto, algo que internamente generó bastante frustración.

Según filtraciones recogidas por The Information, la demo de Apple Intelligence que Apple enseñó en la WWDC 2024 no reflejaba de verdad las capacidades avanzadas que se habían insinuado meses antes. Muchas de las funciones que sonaban más espectaculares ni siquiera estaban implementadas en ese momento. Lo que viste en el escenario, si seguiste la conferencia, estaba bastante por delante de lo que los ingenieros tenían listo.

Esa diferencia entre marketing y producto funcionó como una especie de detonante. Apple tuvo que reconocer después que la nueva Siri con funciones personalizadas, una pieza clave de la estrategia de inteligencia artificial de Apple, se retrasaría hasta 2026. Es decir, dos años por detrás de la fecha en la que buena parte de la industria ya estaría desplegando asistentes más contextuales y proactivos.

A partir de ahí, la presión interna subió varios niveles. Bloomberg cuenta que la confianza de Tim Cook en Giannandrea se fue erosionando con cada retraso respecto a lo prometido en la WWDC 2024. En una reunión interna, el propio directivo llegó a admitir ante su equipo que los retrasos de Apple Intelligence eran “feos”, una forma bastante directa de reconocer la magnitud del problema.

Todo esto no ocurría en el vacío. Dentro de Apple ya existían tensiones de larga duración entre el grupo de AI/ML liderado por Giannandrea y el equipo de software al mando de Craig Federighi. Mientras el primero defendía avanzar con mucha cautela y con la privacidad como prioridad absoluta, Federighi empujaba hacia un enfoque más pragmático, con obsesión por sacar resultados visibles al usuario cuanto antes.

Ese choque cultural se filtró incluso al lenguaje del día a día. Algunos ingenieros empezaron a referirse al grupo de AI/ML como “AIMLess”, un juego de palabras que sugería falta de rumbo claro. El apodo refleja bien el clima de desgaste: para una parte del personal, la estrategia de inteligencia artificial de Apple se quedaba atrapada entre promesas grandes y decisiones excesivamente conservadoras.

El desenlace llegó en marzo de 2025 con un giro organizativo: Apple movió piezas y situó a Craig Federighi y a Mike Rockwell como responsables del nuevo rumbo de Siri. Rockwell, pieza clave en el desarrollo de las Vision Pro, aportaba una visión más ligada a productos concretos, con plazos y entregables. Con todo, ese cambio también suponía, en la práctica, un recorte importante en el poder de Giannandrea.

Tras esa reorganización, muchas de las funciones y responsabilidades del veterano ejecutivo pasaron a otros directivos. Él quedó enfocado sobre todo en tareas de investigación en tecnologías de IA y robótica, lejos de la primera línea de producto. Visto con perspectiva, era un adelanto de lo que ahora se confirma: su salida progresiva de la estructura ejecutiva de la compañía.

Cómo cambia la estrategia de inteligencia artificial de Apple con Amar Subramanya y Craig Federighi al mando

Mientras se cocinaba la retirada de Giannandrea, Apple preparaba la siguiente ficha del tablero. La compañía ha incorporado a Amar Subramanya como nuevo vicepresidente de IA, con el encargo de reforzar las áreas técnicas más sensibles. No es un desconocido en el sector: llega desde Microsoft, donde también ocupaba un cargo de vicepresidente corporativo de IA, y antes pasó 16 años en Google.

Durante su etapa en Google, Subramanya fue responsable de ingeniería del asistente Gemini, uno de los grandes proyectos de IA generativa de la casa. Con este perfil, Apple busca a alguien que ya haya lidiado con lanzamientos complejos, modelos de lenguaje y despliegues a gran escala. O dicho de otro modo, un directivo que viene de jugar la liga más competitiva de la estrategia de inteligencia artificial de Apple a nivel global.

Según la nota oficial de Apple, Subramanya asumirá el control de los Apple Foundation Models, de la investigación en aprendizaje automático y de los equipos de AI Safety and Evaluation. Son precisamente los bloques técnicos que habían estado bajo el paraguas de Giannandrea, así que el relevo es bastante directo. La seguridad y la evaluación de modelos también ganan visibilidad, algo clave en un momento en el que la IA se integra hasta en las funciones más simples del sistema.

Hay otro matiz que dice mucho sobre hacia dónde se mueve Apple: Amar Subramanya reportará directamente a Craig Federighi. Esto coloca al jefe de software todavía más en el centro del proyecto, con una cadena de mando más clara. El resto de equipos relacionados con IA se repartirán entre Sabih Khan y Eddy Cue, cada uno alineado con sus áreas de negocio, desde operaciones hasta servicios.

Con esta estructura, Apple configura una especie de triángulo donde la estrategia de inteligencia artificial de Apple se coordina de forma más explícita. Federighi marca el rumbo de software y experiencia de usuario, Subramanya pilota los cimientos técnicos y Khan y Cue conectan la IA con la cadena de suministro y los servicios digitales. En teoría, esto debería reducir las tensiones cruzadas que tanto ruido habían generado en los últimos años.

Los datos que han ido apareciendo en medios como Bloomberg y The Information se han contrastado con fuentes internas y con la propia comunicación oficial de Apple. Un mensaje interno filtrado resume bien el ambiente actual: “Ahora el objetivo no es solo prometer, es que el usuario vea la diferencia en meses, no en años”. Esa frase encaja con la urgencia que siente la compañía frente a rivales que mueven ficha casi cada trimestre.

Qué puedes esperar de la IA de Apple en los próximos dos años

La gran pregunta es qué significa todo esto para ti cuando uses un iPhone, un Mac o un iPad. En el corto plazo, el efecto más visible será el calendario: Apple mantiene 2026 como la fecha en la que la nueva Siri personalizada debería estar lista, así que el margen para fallar otra vez es mínimo. Si se repiten los retrasos, el golpe a la credibilidad de la estrategia de inteligencia artificial de Apple sería complicado de digerir.

Este cambio de liderazgo puede acelerar varias cosas. Vas a poder notar mejoras progresivas en funciones que ya conoces, como el resumen de notificaciones, la escritura asistida o la búsqueda dentro del sistema, sin esperar a una gran actualización anual. También cabe esperar un mayor alineamiento entre lo que Apple enseña en sus keynotes y lo que realmente llega a tu dispositivo en las semanas posteriores.

Otro foco claro está en la privacidad, un pilar que Apple no quiere perder pero que a veces ha chocado con la rapidez. El equipo de Giannandrea tendía a priorizar el procesamiento local y la minimización de datos, aunque eso hiciera el desarrollo más lento. Con Subramanya al mando, la clave estará en combinar ese enfoque con soluciones mixtas, donde parte del cálculo se haga en la nube pero manteniendo controles estrictos.

Si lo comparamos con la app móvil de Google o con los servicios de Microsoft, Apple parte con desventaja en asistentes generativos, pero tiene un punto muy fuerte: el control del hardware. Si esta reorganización se traduce en decisiones más coordinadas, vas a poder ver experiencias de IA muy integradas con el chip del dispositivo, algo parecido a lo que ya pasa con la fotografía computacional, pero aplicado a texto, voz y organización personal.

En cualquier caso, el reto es enorme. El sector de la IA se está moviendo a una velocidad alta, con nuevas funciones y modelos cada pocos meses. Para Apple, cada keynote en la que la estrategia de inteligencia artificial de Apple no muestre algo tangible juega en su contra. Las señales a vigilar son claras: si a lo largo de 2025 y 2026 ves llegar versiones de Siri más contextuales, menos rígidas y realmente conectadas con tus apps, significará que este cambio de mando empieza a funcionar.

La salida progresiva de John Giannandrea y el aterrizaje de Amar Subramanya marcan un punto de inflexión para Apple. La compañía pasa de un modelo más disperso a una cadena de mando donde Craig Federighi concentra el poder sobre la IA de producto, mientras Subramanya controla las piezas técnicas clave.

A partir de ahora, la credibilidad de la estrategia de inteligencia artificial de Apple se medirá menos por grandes frases en la WWDC y más por algo mucho más sencillo: cuánto mejora tu día a día cada vez que actualizas tu dispositivo.