Si sueles ver a ChatGPT como un asistente educado que te da la razón, te falta un detalle que cambia el juego. Existe una forma de pedirle que cuestione tus ideas y te ponga las cosas difíciles, hoy mismo, desde el navegador o el móvil.
La clave es lo que muchos llaman modo abogado del diablo de ChatGPT. No es una función oficial ni un comando secreto, y aun así funciona con sorprendente eficacia si das la instrucción correcta. Le pides que adopte ese papel, que desafíe tus argumentos y que señale errores, contraargumentos y consecuencias. No discute por deporte, y su objetivo no es “ganar” el debate.
Mediante este enfoque, la IA deja de reforzar tus intuiciones y te obliga a defenderlas mejor. El modo abogado del diablo de ChatGPT te ayuda a detectar sesgos, incoherencias y puntos débiles mientras piensas en voz alta. Desde julio de 2023, con las instrucciones personalizadas activas en la cuenta, puedes fijar esta actitud por defecto, aunque no es necesario para empezar.
La diferencia está en el tono y en la distancia emocional. La máquina no tiene ego, así que puede llevarte la contraria sin que te sientas atacado. Esa neutralidad facilita un debate más objetivo que el de una conversación humana tradicional, y te permite explorar argumentos opuestos sin miedo a “quedar mal”. Aquí es donde tu aprendizaje se acelera.
Con ese arranque ya lo tienes. Para que el modo abogado del diablo de ChatGPT brille, especifica cómo quieres que te rete: solicita que liste fallos de razonamiento, presente contraejemplos y describa riesgos y posibles consecuencias. Pide también que separe hechos de opiniones. Luego analiza sus respuestas, responde con nuevas pruebas y repite el ciclo sobre puntos concretos.
Este método no requiere plugins ni extras, solo cambia la instrucción que le das al chatbot. Puedes comprobarlo tú mismo en segundos, tanto en el servicio web como en la versión de escritorio y el móvil. Si ves respuestas demasiado suaves, di: “Sube el rigor, sé más crítico, pero mantén un tono respetuoso”. Pequeños ajustes producen grandes diferencias.
También te puede interesar:OpenAI recauda $6.6 mil millones y alcanza una valoración de $157 mil millonesLo vas a notar en usos muy distintos. Tras leer un libro o un artículo, pídele que refute su tesis y que contraste fuentes; vas a poder recordar mejor los conceptos porque te exige justificar. En decisiones complejas, como un proyecto nuevo, pide motivos por los que podría fracasar, escenarios de riesgo y señales tempranas, y así refinas prioridades y costes.
También es útil en crecimiento personal: formula una creencia limitante y solicita objeciones y alternativas concretas; el modo abogado del diablo de ChatGPT te empuja a revisar hábitos con menos autoengaño. En creatividad, pídele que actúe como editor severo y busque carencias, tópicos y personajes planos; saldrán ideas más sólidas y mejor desarrolladas.
Con este enfoque, muchos usuarios describen la experiencia como algo distinto: “Es como hablar con una inteligencia artificial totalmente distinta, y me encanta”. El modo abogado del diablo de ChatGPT convierte al asistente en un mentor analítico que cuestiona lo justo para que pienses mejor. No busca precisión por sí misma, busca mejorar tu razonamiento paso a paso.
Todo apunta a una tendencia clara: sistemas que no solo responden, también te retan. La próxima frontera puede centrarse menos en acertar a la primera y más en ayudarte a razonar con criterio. No hace falta una IA mucho más avanzada para pensar mejor, hace falta que permitas que te contradiga y examine tus argumentos con método y respeto.
También te puede interesar:ChatGPT Amplía el Modo de Voz Avanzada para Usuarios Gratuitos de EuropaDirectora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.