Elon Musk intentó sumar a Mark Zuckerberg para comprar OpenAI y mover ficha en febrero, en plena guerra legal con la propia compañía. El cruce revela hasta qué punto los grandes dueños de plataformas quieren controlar la inteligencia artificial. La clave que aclara el juego llega desde los tribunales.
Lo que ha salido ahora, según documentos del juicio entre el CEO de X y OpenAI, es que Musk contactó con Zuckerberg para una compra conjunta. La cifra es la que congela el pulso: 97.000 millones de dólares en febrero. En su momento, muchos tomaron la idea como una fanfarronada, pero la trastienda cuenta otra cosa.
En junio, OpenAI citó a Meta para que entregase correos y notas de esa posible implicación. Meta se negó a aportar los documentos y OpenAI pidió al juez una orden para obligarla. Queda un matiz que Meta sí quiso subrayar.
Andy Stone, portavoz de Meta, afirmó que no hubo firma de ningún compromiso formal. Andy Stone: "Ni Meta ni Mark Zuckerberg firmaron la carta de intención". No negó, eso sí, que existiese el encuentro. Y ahí se abre la grieta: la reunión existió, la voluntad de comprar OpenAI se planteó, y los papeles ya están en el juzgado.
Musk, quien fue parte de la junta directiva de OpenAI, ha demandado a la compañía por alejarse del modelo sin ánimo de lucro. OpenAI, por su parte, anunció su plan de separar la rama benéfica de una nueva entidad con ánimo de lucro.
Para la empresa, resulta relevante que Musk pida volver al “sin lucro” mientras intentaba comprar OpenAI con Meta. El dinero y el cómputo mandan en esta carrera.
También te puede interesar:OpenAI Lanza el Modo Visión en Tiempo Real y Compartir Pantalla en EuropaDesde hace meses, según fuentes del sector, OpenAI sufre una campaña de presión por parte de monopolios y grandes actores: intentos de comprar OpenAI y, en paralelo, de recortar su potencial atrayendo a su mejor talento. Meta ha contratado a varios perfiles clave de OpenAI, incluido el cocreador de ChatGPT, para reforzar su equipo de IA. Aquí no hay sutilezas: es poder duro.
Detrás están multimillonarios que dominan infraestructuras y audiencias: redes sociales y apps de mensajería, viajes espaciales y comunicaciones por satélite. En ese grupo entran Musk y Zuckerberg, y también gigantes como Google o Microsoft.
La supervivencia de una compañía pequeña e independiente como OpenAI es frágil en una “oligarquía de multimillonarios tecnócratas” que marca el tempo del mercado. Quedan márgenes para resistir si el regulador y el talento aguantan.
Escenario central: si el juez obliga a Meta a entregar documentos, vas a poder ver hasta dónde llegó el plan para comprar OpenAI. Si el expediente detalla compromisos o borradores, la presión legal sobre Musk aumentará y el relato de contradicción ganará peso. Si no aparece nada sustantivo, OpenAI habrá gastado capital reputacional sin premio.
Mejor caso: la citación abre la puerta a acuerdos de no agresión sobre talento, y OpenAI estabiliza su gobernanza mixto-benéfica mientras negocia más cómputo. Peor caso: se reactivan ofertas para comprar OpenAI y, con la incertidumbre interna, crece la fuga de investigadores. La táctica de siempre —comprar, copiar o vaciar a golpes de fichajes— se repetiría.
Antes de este choque, OpenAI nació como organización sin ánimo de lucro y, con el salto de la IA generativa, giró hacia una estructura híbrida para poder financiar chips, nube y talento. El giro molestó a Musk y desembocó en la demanda. Sin ingresos significativos y acceso estable a cómputo, mantener el propósito original resultaba difícil.
También te puede interesar:OpenAI une fuerzas con los Laboratorios Nacionales de EEUU para transformar la investigación científicaEn un mercado dominado por plataformas gigantes, comprar OpenAI o debilitarla seguirá siendo tentación. La próxima pista llegará cuando el juez decida sobre la documentación de Meta y se conozcan los correos que faltan.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.