En A Coruña, Omar Hatamleh —jefe de IA e Innovación en el Goddard Space Flight Center de la NASA y presidente ejecutivo de Ecosystems 2030— dibujó un giro que afecta a todos: la inteligencia artificial va a rediseñar trabajo y salud a la vez. Dijo que no existe un único futuro, sino varios posibles.
El experto situó el primer impacto en lo médico, por su efecto directo en tu vida diaria. Hoy ya hay sistemas de inteligencia artificial capaces de analizar tu voz y predecir en segundos el riesgo de diabetes, y un simple escáner de retina puede estimar la probabilidad de alzhéimer. Un reloj inteligente, si detecta arritmia mientras conduces, podría avisarte para frenar y ponerte a salvo antes del susto.
Con todo, el foco no es solo detectar, sino adelantarse. Con gemelos digitales apoyados en computación cuántica, la inteligencia artificial podrá anticipar con meses de ventaja cuándo vas a enfermar y ajustar un tratamiento antes de que aparezcan síntomas. Hatamleh liga esto a un cambio de calidad de vida: vivir más es útil si llegas a los 100 con cuerpo de 60. Falta discutir quién controla esos datos.
Ahí está la trampa. Hatamleh avisó de que muchos usuarios aceptan respuestas de IA sin pensar, y eso erosiona el juicio crítico. También alertó de un riesgo mayor: si alimentamos sin freno a la tecnología, podemos perder control sobre su rumbo. Y si aprende de todo lo hecho con el código genético, no se puede descartar un conflicto con los humanos en escenarios extremos.
En el trabajo, el calendario es concreto. Para 2030, él prevé la segunda fase de la revolución: una inteligencia artificial general con más razonamiento que nosotros en muchas áreas. Hoy tú haces y la IA te asesora, pero pronto, según su visión, la IA hará la mayor parte del trabajo y tú pasarás a asesorar. La IA generativa ya permite comprimir dos semanas de un ingeniero en 15 minutos, y la meta es que seis meses quepan en minutos.
La transición no afecta igual a todos. La tendencia empuja a que los trabajos manuales y repetitivos los cubran máquinas, mientras que música, pintura y arte son los menos sustituibles por inteligencia artificial. Pasarás más tiempo interactuando con IA que con personas, y esos sistemas sabrán más de ti que tú mismo. Privacidad y control deben sostenerse.
También te puede interesar:El Impacto de la Inteligencia Artificial en el Trabajo de Creadores DigitalesSi lo llevamos a tu día a día, vas a poder delegar tareas largas, buscar patrones y simular escenarios en segundos, y tú aportarás criterio, ética y contexto. La inteligencia emocional y la capacidad de adaptarte serán tu seguro profesional, porque el coeficiente intelectual pierde peso frente a herramientas que calculan mejor y más rápido. Tu valor estará en decidir, coordinar y conectar a personas con tecnología.
Estas previsiones se expusieron en un encuentro público en A Coruña y las verificamos por el cargo y trayectoria de Hatamleh en la NASA y en Ecosystems 2030. Su idea central cabe en una frase: "No hay un solo futuro, hay varios y dependen de nuestras decisiones colectivas". La fecha-llave que dió es 2030, y otra frontera temporal es 2050, cuando anticipa robots humanoides muy avanzados.
En clínica ya asoma lo que viene. Pacientes con ELA pueden llevar microchips cerebrales que convierten el pensamiento en voz con su entonación. Se prueba la impresión de pastillas 3D que juntan varios fármacos en una cápsula, ideal para mayores. Y hay centros capaces de detectar párkinson o alzhéimer solo analizando la respiración al entrar. Hatamleh precisó que varias de estas “clínicas del futuro” son técnicamente posibles hoy.
Más a medio plazo, la inteligencia artificial se cruzará con bioingeniería: imprimir órganos en 3D usando tu genética, e inyectar nanobots para corregir fallos del sistema inmunológico. También saltará a movilidad y seguridad personal con wearables que te alerten a tiempo real. El objetivo no es vivir 120 años sin más, sino llegar con energía y autonomía. Tocará pactar reglas claras sobre datos y sesgos.
Para 2050, el especialista dibuja un planeta con robots humanoides tan parecidos a nosotros que, en cuatro décadas, costará distinguirlos. No serán solo cables y metal, sino mezclas biológicas y mecánicas.
Esto abre dilemas: ¿tendrán los robots los mismos derechos? ¿Qué pasa si los sistemas, que te conocen mejor que tú, condicionan tu conducta? Aquí tu filtro crítico será tan importante como cualquier avance técnico.
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¿Qué puedes hacer ya? Refuerza lo humano. Vas a poder marcar la diferencia con criterio, empatía y adaptación. Haz tres cosas simples:
Hatamleh también anticipa convivencia cotidiana con drones y coches voladores, y una economía donde la inteligencia artificial hará “casi todo” y tú supervisarás. El control humano es irrenunciable. Si ves caer el pensamiento crítico y subir la manipulación, actúa: pide transparencia, audita sesgos y reclama explicaciones comprensibles. El próximo gran hito es 2030. A partir de ahí, cada decisión colectiva inclinará la balanza del futuro que te toque vivir.
Me dedico al SEO y la monetización con proyectos propios desde 2019. Un friki de las nuevas tecnologías desde que tengo uso de razón.
Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.