Rockstar quiere que GTA VI se sienta como una ciudad que respira, donde cada esquina responde a lo que haces y no repite siempre la misma frase. La clave, según la propia compañía, podría estar en una inteligencia artificial aplicada a los PNJ, pero dirigida por guionistas humanos. Falta un detalle importante: hasta dónde piensan llegar con esa IA y qué no están dispuestos a ceder.
El estudio está valorando usar modelos de inteligencia artificial entrenados expresamente para los personajes no jugables de GTA VI, desde peatones anónimos hasta tenderos y conductores. Esta IA se alimentaría de guiones escritos por el propio equipo de Rockstar, pensados para encajar con el tono de la saga y con la historia principal que se está construyendo en paralelo.

Cuando se habla de inteligencia artificial en videojuegos, muchas personas imaginan diálogos infinitos y completamente improvisados. La idea de Rockstar va en otra dirección: no quieren que la IA invente GTA VI desde cero, sino que haga más creíbles las situaciones del día a día en el mundo abierto. La trampa, si no se explica bien, está en que algunos jugadores podrían esperar milagros imposibles.
Lo que Rockstar persigue es que los PNJ de GTA VI reaccionen con más matices a lo que haces tú. Que se note cómo un peatón comenta tu presencia de forma distinta si vas armado, si corres nervioso o si simplemente paseas; cómo un tendero se muestra más desconfiado si has montado un escándalo antes; o cómo dos conductores discuten en un semáforo de manera menos robótica.
En lugar de pedir a la IA que “se invente” las conversaciones, el sistema generaría variaciones sobre líneas ya creadas por guionistas. La mejora buscada es romper la sensación típica de los mundos abiertos donde, tras unas horas, ya te sabes todas las frases de memoria.
En un juego tan grande como GTA VI, esa variación aplicada a miles de encuentros cotidianos puede cambiar por completo cómo sientes la ciudad, sin que el jugador tenga la impresión de hablar con un chatbot genérico.

El plan de Rockstar pasa por combinar tres capas: el trabajo humano de escritura y diseño, la IA como motor de variaciones y el propio jugador, que activa esas respuestas con sus acciones. De ese choque entre lo que tú haces, lo que los guionistas han preparado y lo que la IA adapta en segundo plano, surgiría una experiencia donde casi cada PNJ parece tener su pequeño margen de reacción y no depender solo de un puñado de frases grabadas.
Strauss Zelnick, CEO de Take-Two, ha trazado una línea roja muy clara. En varias ocasiones comentó que la inteligencia artificial no va a sustituir al equipo creativo y que no debemos entender GTA VI como un juego fabricado por un algoritmo. Según sus propias palabras, “no puedes pulsar un botón y fabricar un GTA”. El objetivo de estos modelos es apoyar el proceso, no dirigirlo.
Ese matiz cambia bastante el enfoque de la inteligencia artificial en GTA VI. La creación del mundo, la personalidad de los protagonistas y el tono que hace reconocible a la saga seguirán siendo responsabilidad de guionistas, directores narrativos y diseñadores humanos. Para el equipo de guion, la IA se concibe como una herramienta de eficiencia.
El riesgo está en las expectativas. Muchos jugadores pueden asumir que esta inteligencia artificial convertirá cada PNJ en un personaje capaz de mantener una conversación ilimitada y totalmente dinámica, como si fuese una versión avanzada de un asistente virtual. Rockstar quiere evitar ese malentendido desde el principio y deja claro que esa IA estará filtrada, limitada y muy alineada con el tono de la franquicia, no será una caja de sorpresas desatada.
Incluso con modelos muy avanzados, dejar que respondan libremente a cualquier comentario podría acabar en frases incoherentes, chistes fuera de lugar o referencias que rompan por completo el estilo de Rockstar. Para evitarlo, las salidas estarán guiadas por marcos de diálogo ya definidos, con rangos de respuesta muy controlados. El mensaje interno es sencillo: mejor un mundo un poco menos “libre” pero totalmente reconocible como GTA VI que un caos impredecible.
Si Rockstar acierta con el diseño, vas a poder notar esta inteligencia artificial de forma más sutil que espectacular. No aparecerá un menú nuevo ni un botón especial de “hablar con IA”, pero tu cerebro irá registrando que las conversaciones con PNJ suenan menos repetidas y que el comportamiento emergente encaja mejor con lo que pasa en pantalla. Eso se traduce en una inmersión que sube un peldaño sin que pienses constantemente en la tecnología que hay debajo.
Imagina una misión secundaria donde debes escapar tras un robo. En un GTA clásico, los peatones gritan un conjunto de frases limitadas y los conductores reaccionan de forma bastante predecible. Con esta IA conversacional en GTA VI, los insultos que te sueltan, los comentarios de miedo o las discusiones entre ellos pueden variar lo justo para que la escena parezca nueva cada vez, pero sin cambiar el resultado jugable que el diseñador ha previsto para esa persecución.
En cualquier caso, esta integración de inteligencia artificial en un sandbox tan enorme también tiene una parte muy técnica que no se puede obviar. Hablamos de un mundo con miles de personajes activos al mismo tiempo, muchos de ellos en pantalla y otros procesándose en segundo plano. Cada respuesta generada por la IA implica memoria, tiempo de cálculo y coordinación con animaciones, expresiones faciales, gestos y, a veces, con eventos del propio gameplay.
Rockstar tiene que asegurar que los tiempos de respuesta sean muy bajos. Si le hablas a un PNJ o provocas una reacción violenta, no puedes esperar un segundo entero a que la IA “piense”. Esa latencia rompería el ritmo del juego y te sacaría totalmente de la experiencia. La inteligencia artificial para PNJ de GTA VI debe trabajar casi en tiempo real, con modelos optimizados y, probablemente, con sistemas de predicción que preparen posibles respuestas antes incluso de que pulses el botón.
Otro punto crítico está en la sincronización con animaciones y la gestión de memoria de consola o PC. Si un conductor te responde desde su coche, su cuerpo, su cara y su tono de voz tienen que combinarse para que lo que dice la IA parezca natural. Esa coordinación requiere que el sistema de diálogos no genere frases demasiado largas o imposibles de animar con los recursos ya cargados. Cualquier limitación técnica que se imponga ahí también puede ayudar a mantener controlado el estilo.

Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.