Un salto fulminante de las acciones de Oracle en la Bolsa de Nueva York encendió las alarmas de Wall Street y disparó el foco sobre Safra Catz. En apenas seis horas, su patrimonio sumó más de 400 millones de dólares, un movimiento que resume la fiebre por la inteligencia artificial y una cifra contable que pocos miran de cerca.
Según Forbes, el miércoles arrancó con Safra Catz en 3.000 millones de dólares y cerró con 3.400 millones. El mismo rally empujó a Larry Ellison, cofundador de Oracle, hasta la segunda posición entre las mayores fortunas del mundo, con 386.300 millones de dólares, frente a 293.000 esa misma mañana.
El motor del entusiasmo llegó del informe financiero de Oracle: la compañía reportó 455.000 millones de dólares en obligaciones de desempeño pendientes. En palabras simples, son contratos ya firmados cuyo ingreso aún no se reconoce. Para un inversor, es una reserva de ventas futura, y explica por qué el mercado asumió más crecimiento por delante.
La propia Safra Catz lo subrayó en la presentación de resultados, sosteniendo que Oracle ya es la opción preferida para cargas de trabajo de inteligencia artificial. “Oracle es la opción preferida para cargas de trabajo de IA”, afirmó. Esa frase encaja con la otra pieza del rompecabezas: contratos en la nube con OpenAI, xAI, Meta, Nvidia, AMD y otras firmas clave del sector.
La historia personal de Safra Catz explica cómo se construye esta posición. Nacida en Israel y criada en Brookline, Massachusetts, estudió en Wharton y se graduó en Derecho en 1983. Antes de llegar a Oracle en 1999 como vicepresidenta senior, pasó más de una década en Wall Street como banquera de inversiones, lo que marcó su estilo al mando.
Desde 2014, cuando tomó el timón como codirectora ejecutiva tras la salida de Ellison, y sobre todo desde 2019 como única CEO después del fallecimiento de Mark Hurd, Safra Catz ha empujado una transformación dura. Bajo su gestión, las acciones de Oracle han subido más de un 800%, un registro que no se veía desde el auge tecnológico de 1999, según CNBC.
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Antes de esa etapa, Safra Catz lideró el grupo de fusiones y adquisiciones de Oracle. Gestionó compras como PeopleSoft por 10.300 millones de dólares en 2004 y Sun Microsystems por 7.400 millones en 2009, operaciones que superaron obstáculos regulatorios relevantes. Integrar compañías grandes siempre exige tiempo, y parte del valor llega meses después.
También hay matices en su retribución. En 2022, Safra Catz fue de las CEO mejor pagadas de Estados Unidos, con 138 millones de dólares, principalmente en opciones sobre acciones. En 2024, su compensación fue cercana a 6,5 millones, según documentos de Oracle. La cifra varía porque el componente en acciones depende de objetivos y del precio en bolsa.
Más allá del negocio, Safra Catz mantiene presencia en decisiones públicas. En 2016 formó parte del grupo de transición de Donald Trump. Hoy integra el Consejo Asesor de Seguridad Nacional junto a líderes como Mary Barra, Brian Moynihan, Hamdi Ulukaya y Marc Andreessen. Esa red también pesa cuando se negocian centros de datos, energía y permisos.
El salto de Oracle ha puesto a Safra Catz en el centro del radar por una razón simple: cuando crece la demanda de IA, crece el valor de quien puede servirla a escala. Su trayectoria y los acuerdos firmados lo sostienen, y las cifras de obligaciones lo apuntalan. La clave seguirá en la ejecución. Si se mantiene el pulso, Safra Catz y la CEO de Oracle seguirán marcando el paso del mercado de la nube y la IA.
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Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.