OpenAI presentó en agosto de 2025 a GPT-5, la nueva versión de ChatGPT que combina respuestas rápidas con razonamientos largos sin que tú cambies nada. El lanzamiento llegó con una inquietud: Sam Altman, al frente de la compañía en San Francisco, admite que podrían aparecer efectos no deseados.
GPT-5 funciona como un sistema unificado que decide si responder en segundos o pensar durante más pasos cuando la tarea lo requiere. Tú escribes y listo. En una entrevista en el pódcast This Past Weekend, Altman dijo sentirse a la vez asombrado y preocupado por el salto del modelo. El verdadero foco no está solo en la potencia técnica, sino en lo que pasa con tus datos y tu bienestar.
La novedad suena cómoda: ya no alternas entre modelos, y GPT-5 ajusta el nivel de razonamiento. Con todo, Altman relató un momento incómodo. Le hicieron una pregunta compleja, no supo responder al instante, y GPT-5 sí. Describió la sensación de “inutilidad” frente a una máquina que resuelve mejor y más rápido, una impresión que muchos profesionales comparten cuando trabajan a diario con estas herramientas.
El punto crítico está en la privacidad. Miles de usuarios comparten con ChatGPT dudas íntimas sobre pareja, salud o trabajo, pero esas conversaciones no están cubiertas por leyes de confidencialidad como las de médicos o abogados. OpenAI podría verse obligada a entregar ese contenido ante una orden judicial, algo que Altman considera problemático.
Incluso fue más allá al describir su inquietud. Comparó el avance de GPT-5 con el Proyecto Manhattan, una referencia extrema a tensiones éticas y consecuencias difíciles de prever. Algunos expertos comparten la alerta, y otros creen que el paralelismo exagera el riesgo. La idea cala: GPT-5 no es un ajuste menor, es un salto que abre preguntas incómodas sobre límites y supervisión.
Si lo comparamos con la app móvil anterior, el ahorro de tiempo es claro. Altman teme que acabemos aceptando decisiones automáticas sin criterio propio. Dijo que vivir bajo reglas dictadas por una IA “se siente mal y peligroso”, y el matiz no es menor.
También te puede interesar:ChatGPT Pronto Permitirá Contenidos Eróticos para Usuarios Adultos, Según Sam AltmanTambién apuntó a la salud mental. Muchas personas hablan con la IA como si fuera pareja, y eso puede distorsionar expectativas y afectos. El propio Altman cree que la IA tendrá efectos negativos en la salud mental, aunque todavía no sepamos cómo aparecerán. Quiere mitigarlos rápido, pero reconoce que el mapa aún no está completo. Aquí GPT-5 agrava la duda por su mayor capacidad de conexión y respuesta.
El debate regulatorio suma presión. Altman cargó contra la normativa europea por ir a otro ritmo y soltó una frase contundente: “no hay adultos en la sala”. Para críticos externos, la comparación con el Proyecto Manhattan sugiere que ni siquiera OpenAI entiende del todo el alcance de lo que ha creado. Él ya había avisado antes: si se gestiona mal, podría salir muy mal.
Lo relevante es práctico: si usas GPT-5 para dudas médicas o legales, esa charla no tiene el blindaje de un despacho profesional. Altman admitió que, ante un juicio, OpenAI podría tener que aportar registros. En la entrevista y en el anuncio de agosto de 2025 se detalla la capacidad del sistema. Los hechos están verificados por las propias declaraciones públicas y la cronología del lanzamiento.
En cualquier caso, hay tres señales útiles si te preocupa la exposición de datos:
Sobre el impacto psicológico, la sensación de inferioridad tecnológica que Altman describió no es aislada. Profesionales creativos, abogados y analistas reportan algo parecido cuando GPT-5 supera respuestas en segundos. La trampa está en confundir “capacidad de respuesta” con “criterio”. Tú sigues siendo quien decide el contexto, el objetivo y las consecuencias de cada uso.
GPT-5 llega con promesa de productividad y una mochila de dudas reales: privacidad sin escudo legal, riesgo de dependencia psicológica y un vacío regulatorio que no acompaña el ritmo.
También te puede interesar:Los nuevos modelos de OpenAI podrían costar hasta $2000Ya puedes aprovechar su razonamiento profundo y su rapidez, pero conviene decidir qué preguntas haces y qué datos compartes. El siguiente hito será cómo OpenAI ajuste políticas y cómo reaccionen los reguladores europeos durante los próximos meses.
Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.