Sam Altman dice en voz alta lo que muchos evitan: si la inteligencia artificial sigue su curso, podría quitarle su propio puesto como CEO de OpenAI y eso, lejos de asustarle, le entusiasma. Lo contó en una entrevista con Mathias Döpfner, en Alemania, y abre una pregunta directa para ti: si el jefe puede ser una IA, ¿qué papel vas a jugar tú?
En esa conversación, el cofundador y director ejecutivo de OpenAI defendió que llegará un punto en el que una máquina dirija mejor que cualquier humano. No dio una fecha exacta, pero sí una postura clara. Su mensaje no es de derrota personal, sino de transición planificada, y ahí está la clave que falta por entender si miras tu propio trabajo.
“Llegará un momento en que la IA será mucho mejor CEO de OpenAI que yo, y espero con ilusión ese día.”
Sam Altman lleva cerca de diez años volcado en construir esta tecnología y admite que ese periodo ha sido especialmente estresante. Para él, que una IA asuma sus tareas sería señal de éxito del proyecto y una forma de recuperar foco en otras funciones internas.
El contraste con el clima general es evidente. Mientras Sam Altman apuesta por convivir con la automatización, el mercado laboral vive con dudas crecientes. Los empleos “de entrada” aparecen como los más expuestos, con estudios que sitúan el riesgo de reemplazo por encima del 50%. Bill Gates ha anticipado también sustituciones amplias en diversas profesiones, y sugiere que las personas elijan en qué tareas desean centrarse. Aun así, ¿dónde están hoy los límites reales?
Si una IA dirige una empresa, tú vas a poder aportar valor en aquello que la máquina no prioriza: definir propósito, reducir ambigüedad en contextos nuevos y dar confianza a clientes y equipos. Sam Altman insiste en que la vía inteligente no es pelear contra lo inevitable, sino volverte necesario al lado de esa IA. Falta un detalle práctico para aterrizarlo, y es cómo haces esa transición de manera ordenada.
También te puede interesar:GPT-6 Podría Marcar el Inicio de la AGI: lo que Sam Altman Acaba de Revelar Preocupa a MuchosLa primera ola no va de despedir por despedir, sino de reasignar tareas repetitivas y de “entrada” a sistemas automáticos. En ese escenario vas a poder ganar sitio si te mueves rápido en tres frentes claros y medibles durante los próximos meses. Conviene no sobrerreaccionar: el paso a decisiones complejas será gradual y auditable.
Las declaraciones públicas de Sam Altman proceden de una entrevista con Mathias Döpfner, CEO de Axel Springer, y encajan con su trayectoria de la última década. El dato temporal existe y es verificable: habla de “diez años” de trabajo intenso, es decir, un periodo 2015–2025 con una presión creciente. La cifra de riesgo laboral, superior al 50% en perfiles junior, aparece en estudios recientes y sirve de referencia para dimensionar el impacto.
En el fondo, Sam Altman intenta bajar la ansiedad colectiva. No ignora la amenaza, pero la reencuadra como una oportunidad de reorganizar funciones y de medir mejor qué debe hacer cada uno. También recuerda que, para él, automatizar el puesto directivo era un objetivo declarado, así que verlo cumplido sería coherente con su plan. Eso no borra la necesidad de preparar salvaguardas y procesos de control humano.
No hay fecha cerrada, pero puedes anticipar fases. En 12–24 meses, si ves que OpenAI u otras firmas trasladan presupuestos, auditorías y aprobaciones a sistemas automáticos con métricas transparentes, la transición habrá empezado de verdad.
Señales útiles: comités híbridos donde la IA propone y las personas ratifican, contratos ejecutados por “agentes” y reportes financieros generados sin intervención manual.
Otra pista será cultural. Si en tu empresa se premia ya la capacidad de diseñar flujos con IA, no solo de ejecutarlos, es que el cambio ha entrado en fase operativa. Sam Altman apunta a ese punto exacto: cuando la IA haga la parte pesada y tú te quedes con lo que multiplica la decisión, la coordinación y la confianza del equipo y del cliente.
También te puede interesar:Los nuevos modelos de OpenAI podrían costar hasta $2000Lo que hoy suena provocador encierra una invitación práctica. Si das por buena la posibilidad de que una IA asuma parte del mando, vas a poder posicionarte antes y mejor. Sam Altman no pide fe ciega, sino adaptación con cabeza: menos miedo a la “sustitución” y más energía en escoger tareas de alto impacto. El debate sigue abierto, pero las señales llegarán pronto y conviene estar atento a ellas.
Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.