Este lunes por la noche, en Reino Unido, los espectadores de ‘Dispatches’ en Channel 4 se quedaron con una duda extraña: la presentadora movía la boca de forma rara y sus gestos no terminaban de cuadrar. El episodio se llamaba “Will AI take my job?”, y tocaba el empleo.
Al acabar el programa, la cadena reveló la clave: la presentadora era una presentadora IA, generada por ordenador de principio a fin. No hubo actriz real en pantalla y, con ello, asististe a la primera presentadora IA de la televisión británica. La figura fue producida por Seraphinne Vallora, una agencia que combina moda y tecnologías para crear rostros y voces sintéticas con aspecto real.
La emisión de Dispatches buscaba mirar de frente una pregunta incómoda sobre trabajo y tecnología, y lo hizo con una trampa honesta: mostrar cómo una presentadora hecha con IA puede pasar por humana en directo. Los pequeños fallos que viste —movimientos faciales tensos y una boca ligeramente borrosa— eran el hilo del que tirar. Y el giro final, el objetivo real del episodio.
Louisa Compton, jefa de informativos y actualidad de la cadena, lo justificó con un mensaje claro: era un recordatorio de lo fácil que resulta engañar al público cuando el contenido no se puede verificar a simple vista.

La propia Compton lo resumió así: “La IA no puede proporcionar un periodismo de calidad, contrastado, imparcial y fiable”. Con todo, el equipo defendió que el uso cumplía las directrices editoriales de la casa.
El movimiento llega tras otro hito reciente: Tilly Norwood, presentada como la primera actriz creada por IA, vivió una guerra de pujas en Hollywood hace pocas semanas. El patrón se repite. La industria audiovisual explora la IA para presentadora generada por IA, actores sintéticos y retoques de postproducción, ya sea para reducir coste o para modificar contenidos, del streaming al cine chino.
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Ahora la línea entre recreación y engaño es fina. Con una presentadora de inteligencia artificial puedes cambiar el tono, ajustar énfasis o regrabar en minutos, y eso altera cómo interpretas los hechos. Un “detalle” añadido a posteriori puede dirigir la narrativa. En todo caso, el episodio funcionó como stress test: si dudas, estás más atento, y esa alerta es sana para el consumo crítico.
Hay un último ángulo laboral. Que la primera presentadora IA británica aparezca en un reportaje sobre empleo no es casualidad. La pregunta de fondo no es solo si “la IA te quita el trabajo”, sino qué tareas concretas automatiza, cuáles supervisas tú y qué garantía exige la audiencia. Si otras cadenas replican el formato, la señal será clara: la convivencia entre rostros sintéticos y periodistas humanos se acelera.

Directora de operaciones en GptZone. IT, especializada en inteligencia artificial. Me apasiona el desarrollo de soluciones tecnológicas y disfruto compartiendo mi conocimiento a través de contenido educativo. Desde GptZone, mi enfoque está en ayudar a empresas y profesionales a integrar la IA en sus procesos de forma accesible y práctica, siempre buscando simplificar lo complejo para que cualquiera pueda aprovechar el potencial de la tecnología.