En pleno corazón de Greenpoint, Brooklyn, un proyecto artístico inusual está capturando la atención de locales y visitantes. Se trata de Chat Haus, un coworking no tradicional donde los “trabajadores” no son humanos, se trata de robots de cartón simulando ser chatbots de IA.
Esta instalación, creada por el artista Nim Ben-Reuven, ofrece una reflexión crítica (y al mismo tiempo humorística) sobre el impacto de la inteligencia artificial en el arte, el diseño y la vida profesional contemporánea.
El Chat Haus se sitúa en la ventana de un edificio en 121 Norman Avenue y permanecerá abierto al público hasta mediados de mayo, mientras su creador busca un espacio mayor para expandir su propuesta.
Más que un simple espectáculo visual, Chat Haus sirve como una exposición viva que plantea preguntas fundamentales sobre la naturaleza del trabajo en la era digital. Los robots de cartón, impulsados por pequeños motores, fingen trabajar frente a computadoras, generando una atmósfera que mezcla lo absurdo con lo profundamente relevante.
Según Ben-Reuven, el proyecto es una respuesta a su propia frustración al ver cómo su campo creativo se transforma bajo la creciente influencia de herramientas basadas en IA, como ChatGPT y otros modelos generativos (puedes leer más sobre la evolución de estos modelos aquí).
El material de construcción (cartón) no es una elección al azar. Ben-Reuven ha utilizado anteriormente este recurso, y en Chat Haus funciona como una poderosa metáfora: así como el cartón puede colapsar bajo presión, las creaciones de inteligencia artificial también pueden carecer de profundidad real cuando se examinan con mayor detalle.
También te puede interesar:Hemos probado ChatGPT Canvas y por esto creemos que es la herramienta más importante del añoEsta crítica no busca demonizar la tecnología, sino invitar a una conversación más matizada sobre el valor del arte tradicional frente al arte generado por máquinas, un debate que cada vez toma más fuerza en la industria creativa (descubre más sobre el arte generado por IA aquí).
A diferencia de otros discursos más apocalípticos sobre la automatización, Ben-Reuven mantiene un tono ligero y accesible. Su intención es que personas de todas las edades encuentren en Chat Haus una oportunidad para reír, reflexionar y discutir sobre el papel que la IA juega (y jugará) en nuestras vidas.
El éxito de la instalación demuestra cómo el arte puede ser un puente para el diálogo en tiempos de rápidos cambios tecnológicos, un tema que también está ganando atención en otros foros globales como el Festival de Arte y Tecnología de Ars Electronica.
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Estoy loco por la Inteligencia Artificial y la automatización.